En esta humilde vivienda reside junto a su familia la saltadora Marysabel Senyu, medallista de oro en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador.SCHARLIE PAPA Y MARCOS SÁNCHEZ
Marysabel
Senyu reside en una humilde vivienda del sector Cumajón de La Romana. Dice no
sentir rencor por los comentarios racistas que se publican en las redes. Su
madre es dominicana y su padre haitiano.
FLORENTINO
DURÁN/Listín Diario
La Romana.-La odisea para llegar al barrio Cumajón en lo profundo de Villa Hermosa en esta ciudad, se compensa al conocer el sueño de una atleta de salto que nos acaba de dar una presea de oro en los Juegos Centroamericanos celebrados en El Salvador.
Con 6´4 de
estatura y 164 libras, algunas diez por encima de su peso ideal, ella está
orgullosa de su medalla, la cual dedica a sus padres, con quienes reside en un
ambiente de humildad y pobreza que parecía darle vergüenza mostrar y al que
llegamos por la estrategia montada por el equipo del LISTÍN.
Marysabel
Senyu, quien sueña con ganar una presea olimpica, se prepara intensamente cinco
horas, seis días a la semana porque tiene la mira puesta en Rusia, donde está
fijada la cita de su próximo compromiso.
Al lado de sus
padres, exhibió su trofeo, que simboliza oro, en el mismo frente a su vivienda,
adornada con varias banderas dominicanas, en un barrio donde no se recomienda
entrar a quien no le conocen por los riesgos que se corre.
Su madre
Hermita Fernández, nacida en 11 de noviembre del 1966 en el batey Higo Claro,
no esconde la alegría por la hazaña de su hija, entre otros ocho que ha
procreado, mientras que su padre Louis Coneuis, alias “Machete”, sostiene con
orgullo que nació en 1953 en Haití y llegó al país en 1973, desde cuando ha
trabajado desde picador de caña, jornalero, agricultor y otras labores en el
ingenio Central Romana, donde se desenvuelve como sereno de primera categoría
actualmente.
Doña Herminia
recuerda el nacimiento de Marysabel en 1992, en el hospital público Doctor
Francisco Gonzalvo de esta ciudad y cita que, siendo niña le daba cheles, para
ir al polideportivo, dado que al igual que Karina, la otra menor de la casa,
quien optó por el atletismo, siempre les gustaron los deportes.
Marysabel en compañía de sus padres Herminia Fernández y Louis Coneulis.
Herminia
mostró su cédula, como dominicana, anhelando que se haga realidad una ayuda
para terminar su vivienda, que está “a tiro de plato”, al lado de la modesta
casucha donde residen, con un pequeño quiosco de vender chucherías, muy lejos
de ser un colmado.
Cuando vieron
su hija ganar a través de la televisión saltaron de alegría. Ella inició sus
entrenamientos con el profesor Rafael Febles, nativo de El Seibo, responsable
de éxito de muchos atletas de la región. Luego ha continuado con su entrenadora
Natalia Korotoeva, quien le diseña el programa de entrenamientos en Santo
Domingo, una rutina que inicia a las 6:30 y concluye a 11:00 de la mañana de
lunes a sábado.
Su anhelo
“Quisiera
ayudar mis padres, que son todo para mí. Prepararme con la ayuda de Dios para
obtener unas medallas en los Juegos Panamericanos y ganar unas olimpíadas”,
sostiene Marysabel, quien dice llevarse bien con Juana Arrendel, otrora
medallista panamericana de salto alto, así como con con la velocista Marileidy
Paulino, con quien ha compartido prácticas, habitaciones y coincidido en
competencias locales e internacionales.
Senyu
pertenece a los Cuerpos Castrenses, desde los 16 años, recibe una ayuda de
PARNI y cursa el 6to semestre de Educación Física en la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD).
Marysabel, no
se queja, ni siente molestias por los comentarios en las redes, celebra que la
mayoría la favorecen y felicitan por lo alcanzado y reitera que se lleva bien
con sus compañeros atletas. No tiene admiración por figuras, ni atletas locales
y cita a la ucraniana María Lastikeni como su modelo a seguir al confesar que:
“En realidad, yo me admiro yo misma”.
En principio,
Marysabel aceptó una entrevista para el LISTÍN, al día siguiente se arrepintió
y aunque se sorprendió al vernos hablar con sus padres, frente a su casa; a
quien conoció fue a Porfirio Cedano (Charlie Papa) del grupo, reacción que
resultó clave para dejarse tomar fotos y hablar de forma abierta y sonriente.
Reservada
La atleta se
mostró tímida al hablar de sus carencias, pero su madre expresó que necesita de
todo. Ella no ha tenido ayuda ni pública, ni privada para alcanzar su sitial, y
solo recuerda al regidor Braulio Díaz y figura en nómina de las Fuerzas
Armadas.
Enfoque
Sonriente y
distendida, la espigada deportista posó con su medalla en el pecho, en medio de
sus padres, uno de los cuales acababa de terminar su jornada de trabajo,
entrada la noche, dejando claro que sin sacrificio, no se logran las metas.
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