Una
de las particularidades de esta influenza es que las personas entre los 20 y
los 40 años eran especialmente susceptibles a este virus, si bien las razones
de ello siguen siendo un misterio. Lo habitual es que las poblaciones más
vulnerables a este tipo de virus sean las personas mayores o los niños, o
aquellos con problemas de salud anteriores o mujeres embarazadas, precisa la
OMS.
"Las
teorías sobre el extraño comportamiento de la pandemia de la gripe de 1918 son
que las personas de edades avanzadas podían haber tenido anticuerpos de brotes
anteriores y que el hacinamiento masivo de soldados durante la Primera Guerra
Mundial, especialmente en el transporte de tropas, fue un factor".
En
un momento en el que no había vacuna ni antibióticos para tratar las
infecciones secundarias que podían asociarse al virus, los esfuerzos en el
mundo para contenerlo se limitaban a intervenciones no farmacéuticas como las
cuarentenas, una buena higiene personal, uso de desinfectantes y la limitación
de concentraciones públicas, recuerdan los CDS.
Pero
esas últimas medidas eran puestas en práctica "de manera irregular".
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