Otto Pérez Molina anunció su dimisión después de que el
Congreso le retirara la inmunidad para poder ser juzgado como un ciudadano
ordinario
BBC Mundo
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, renunció este jueves al cargo en medio del escándalo por el caso de corrupción aduanera conocido como "La Línea".
Lo hizo después de que el Congreso le retirara la
inmunidad para poder ser juzgado como un ciudadano ordinario y fuera emitida
una orden de captura en su contra, el miércoles de madrugada.
El mandatario argumentó que la decisión era necesaria para
poder enfrentar personalmente las acusaciones por corrupción "y teniendo
en cuenta por sobre todo el interés del Estado".
Unos meses antes, en mayo, había dimitido la
vicepresidenta Roxana Baldetti, por "motivos personales".
Y hoy se encuentra en prisión por ese mismo escándalo de
corrupción, que también implica a más de 40 funcionarios de gobierno.
Roxana Baldetti, vicepresidenta de Guatemala, presentó su
renuncia el pasado mes de mayo.
En abril funcionarios judiciales y un organismo avalado
por la ONU desmantelaron una estructura criminal que recibía sobornos de
importadores para evadir el pago de impuestos de aduana.
Durante meses, decenas de miles de guatemaltecos salieron
a las calles a pedir la renuncia de Pérez Molina y de Baldetti.
Ambos, sin embargo, siempre han protestado su inocencia.
Red de corrupción
La investigación de la Comisión Internacional Contra la
Impunidad en Guatemala (Cicig), un organismo adscrito a Naciones Unidas, y la
fiscalía del país se centra en 40 casos de cobros ilegales y contrabando en las
aduanas del país, que dependen de la Superintendencia de Administración
Tributaria (SAT).
Y en base a esa investigación ambos entes presentaron una
acusación formal contra el presidente el 21 de agosto.
La red de corrupción, conocida como "La Línea",
operaba desde hacía al menos un año, han asegurado los investigadores.
Tenía como objetivo cobrar sobornos a empresarios y
usuarios de distintas aduanas del país a cambio de modificar lo que los
importadores debían pagar al fisco.
"Uno de los temas sustanciales era el contrabando y
en general con la defraudación en un país tan necesitado de recursos”, señaló
Iván Velásquez, encargado de la comisión de la ONU.
Aunque no se conoce el monto total de lo defraudado, en
dos semanas un miembro del grupo delictivo fue capaz de recaudar 2,5 millones
de quetzales (unos US$330.000), de acuerdo a la pesquisa oficial.
Aunque no se conoce el monto total de lo defraudado, en
dos semanas un miembro del grupo delictivo fue capaz de recaudar 2,5 millones
de quetzales (unos US$330.000), de acuerdo a la pesquisa oficial.
Y en la investigación, que implicó 80.000 escuchas
telefónicas y 5.000 mensajes de correo electrónico revisados, los
investigadores encontraron referencias a "el uno" y "la
dos" que, según la Cicig y la Fiscalía General, corresponderían a la
participación de Pérez Molina y la ahora exvicepresidenta Roxana Baldetti.
Entre los implicados se encuentran Omar Franco, director
de la SAT, y Carlos Muñoz, su predecesor.
En su día también se emitió una orden de búsqueda y
captura contra Juan Carlos Monzón, exsecretario privado de la vicepresidenta y
presunto líder de la organización criminal.
Monzón se encontraba de viaje por Corea del Sur junto a la
vicepresidenta cuando fuerzas de seguridad del gobierno, junto a la Cicig,
realizaron una redada en oficinas y viviendas a mediados de abril.
Asociación ilícita y cohecho
A fines de abril unas 15.000 personas se congregaron en la
Plaza de la Constitución en Ciudad de Guatemala, capital del país, para pedir
la renuncia del presidente y la vicepresidenta.
Días después Baldetti se deslindó de la red de corrupción.
"A ustedes les debería dar seguridad que nadie al más
alto nivel del Estado está involucrado en esta estructura", aseguró en ese
momento en conferencia de prensa.
Pero sus declaraciones no bastaron para calmar las aguas y
a fines de abril unas 15.000 personas se congregaron en la Plaza de la
Constitución en Ciudad de Guatemala, capital del país, para pedir la renuncia
del presidente y la vicepresidenta.
Desde entonces las protestas se han repetido.
La última fue el jueves. Guatemala amaneció con las calles
ocupadas por miles de ciudadanos, unos 75.000 en el interior del país y otros
25.000 en la capital, que reclamaban la inmediata dimisión de Pérez Molina.
El escándalo ya le costó el puesto a Pérez Molina
(izquierda, sentado junto al vicepresidente Alejandro Maldonado).
"Extraordinario". Así calificó Arturo Matute,
analista de la organización International Crisis Group en Guatemala, consultado
sobre lo que ocurre en el país un día antes de la renuncia de Baldetti.
"Aquí en Guatemala todo el mundo ha sabido, y vivimos
sabiendo que existe una cantidad de corrupción enorme. Sin embargo, hemos
sentido un peso enorme de la estructura mafiosa y que era difícil hacer
algo", asegura en diálogo con BBC Mundo.
"El hecho de que se esté revelando este caso con
nombres y apellidos, con capturas, evidenciando con tanta claridad la
corrupción y a tan alto nivel, es algo extraordinario", añadió en esa
oportunidad.
Y ahora el escándalo ya le costó el puesto al presidente.
(*)Este artículo fue publicado originalmente en mayo de
2015, cuando el escándalo de corrupción forzó la salida de la ex vicepresidenta
de Guatemala, Roxana Baldetti. El texto ha sido actualizado con la última
información del caso.
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