Vecinos hallaron el
vehículo cuando le dió un fuerte olor y les dió por mirar por el barranco
Por Maribel
Hernández Pérez/El Nuevo Día
Con un trágico desenlace culminó la búsqueda de un guardia
de seguridad de la compañía Falcon Security Corp., desaparecido desde el
jueves, tras localizarse su vehículo, con un cadáver en estado de
descomposición en el baúl, el cual fue lanzado por un risco en el barrio Cacao
de Carolina.
El hallazgo del auto Mitsubishi Diamante, color perlado,
que pertenece a Alberto Eustaquio Drullard, de 39 años, se produjo a eso de las
10:20 a.m. del sábado, cuando dos vecinos del tranquilo y apartado sector rural
encontraron el vehículo a unos 80
pies de profundidad cerca de la carretera PR-858, al pie
de una quebrada, y notificaron de inmediato a las autoridades.
José H. Gutiérrez de Jesús y su vecina Ramona Figueroa, se
manifestaron consternados con el hallazgo ya que no pensaron jamás que
delincuentes utilizaran su sector para lanzar un cuerpo en estado de
descomposición. De hecho, la carretera termina en una calle sin salida donde
hay un portón que da acceso a una hacienda.
“En la mañana normalmente yo camino haciendo ejercicios,
venía por ahí caminando, yo solamente vi el carro, lo vi abajo y llamé al 9-1-1
para informar. Es bien lamentable, aquí se vive en un campito bien tranquilo,
pero así estamos viviendo”, dijo entristecido Gutiérrez.
Su vecina intervino para indicar que pudo percibir un
fuerte hedor que la hizo voltear y observar el auto. “Se sentía la peste y me
dio con mirar y vimos el carro, yo duermo aquí cerquita y no oí nada, porque yo
me acuesto siempre como a las 11:15 de la noche y no escuché nada”, observó al
preguntarle si escucharon el vehículo mientras se precipitaba por el barranco.
Uno de los primeros en llegar a la escena fue el gerente
de la compañía de seguridad, Miguel Hernández, quien de inmediato pudo
identificar el vehículo del que fue durante los pasados diez años empleado de
su compañía.
“Nosotros trabajamos en seguridad y pensamos que nunca
íbamos a ver esto. Estábamos buscándolo, tenemos sesenta y pico de horas
buscándolo sin parar. Sí es el carro de él, pero no podemos decir 100 por
ciento que sea él”, expresó lloroso Hernández sobre la identidad del cadáver.
Hernández explicó que el jueves, durante la segunda ronda
de vigilancia, a eso de la 1:00 a.m. su empleado no estaba en su puesto de
trabajo en la compañía Master Concrete, localizada en Carolina. En la escena se
observaba desorden que pudiera sugerir algún forcejeo y faltaban unos motores
que se suponía que Drullard custodiara.
“Puede ser un robo o un asalto a mano armada, faltaban
unos motores de construcción de la concretera Master Concrete”, declaró
Hernández, al indicar que no descarta que su empleado le hiciera frente a los
asaltantes.
“Era un señor muy trabajador, llevaba diez años en la
compañía”, reiteró el gerente, quien le informó a este medio que llevaba un año
laborando en concretera y a pesar de que el puesto no requería de un guardia de
seguridad armado, él sí poseía licencia de armas.
El desaparecido es de origen dominicano y padre de dos
niños pequeños, agregó Hernández al destacar que no se le conocía enemigos.
El supervisor del CIC de Carolina, teniente Ricardo
Haddock, corroboró que cuando Drullard desapareció se les notificó que faltaban
varios motores de construcción y que se encontraron dos casquillos de bala en
la escena.
“En la madrugada del primero de agosto se percatan de que
el mismo no se encontraba en el lugar, ni el vehículo tampoco, se comunican con
su supervisor, hacen gestiones, encuentran algunas cosas en desorden y alertan
a las autoridades. Se encontraron dos casquillos en el lugar. Faltaba una
propiedad que él estaba custodiando, unos motores. Por la propiedad que falta,
podemos adelantar que se trató de un robo”, detalló Haddock.
Los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses no
trabajaron el examen del cuerpo en la escena, sino que lo sacaron del baúl y lo
preservaron para examinarlo en detalle en el laboratorio. El cadáver vestía una
camiseta y un mahón, azules, pero no se pudo precisar si se observaban signos
de violencia. Los familiares del desaparecido tendrán que acudir al ICF para
identificar el cuerpo debido al avanzado estado de descomposición en el que fue
hallado.
“No se pudo apreciar, se desconoce si tenía heridas de
bala o de arma blanca”, respondió el teniente cuando también se le preguntó si
el vehículo presentaba orificios de bala o si en los asientos se observaban
manchas de sangre.
Haddock explicó que el auto fue sellado y que será
trabajado por personal de la Unidad de Servicios Técnicos para preservar la
evidencia que puedan levantar para analizarla.
Fue necesario utilizar una grúa de la Autoridad
Metropolitana de Autobuses para poder remover el auto del barranco.
En agente Javier Rodríguez, adscrito a la División de
Homicidios del CIC de Carolina, y la fiscal Ileana Agudo investigaron la
escena.
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