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ORLANDO DICE: El fenómeno de las bases en el PRD y el PLD

miércoles, 11 de mayo de 2011

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

Orlando Gil
FENOMENO.- Nadie puede definir con propiedad las bases de los partidos, pero  actualmente se vive un fenómeno que obliga a por lo menos-- determinar su poder. Hipólito Mejía es candidato del PRD, y Danilo Medina se encamina a serlo del PLD. Esa situación era hasta hace poco diferente, en el caso de uno y del otro. Miguel Vargas se apoderó de las estructuras del partido, con el doble propósito de que la presidencia le garantizara la candidatura. 
No puede negarse que consiguió el primer fin y nadie le negaba el segundo, pues la potencialidad de su grupo daba para eso y para más. Sin embargo, de un momento a otro el panorama  empezó a cambiar. De lo absoluto se pasó a lo relativo, y la correlación de fuerzas que era favorable a Vargas fue modificándose hasta el resultado del pasado 6 de marzo. No hubo magia, tampoco milagro, sino un ejercicio sorpresivo del  poder de las bases. Lo que en cierto modo era un fantasma, cobró vida y se asumió como la realidad indiscutible que se proclama en los discursos.
DANILO
Igual se pensó que Danilo Medina fue impertinente al no dejar pasar la reelección del 2008, viéndose como se veía la fortaleza del presidente Leonel Fernández. El problema, se juzgó entonces, era Medina. Sin embargo, el tiempo transcurrido cambió la percepción. Medina no solo era obstáculo en el 2008, también lo sería en los períodos sucesivos. La intención, entonces, no era solo ganarle en el 2008, sino anularlo como potencial contendiente. En esa oportunidad y por siempre. Sacó las uñas antes de tiempo, y eran largas como las de los demonios, y los demonios no sacan sus uñas largas más que cuando van a disponer de sus víctimas. De no haber sido así ¿cómo se explican todas esas maniobras, como el retraso en definirse, los mítines de reafirmación, las firmas o el necio regateo de algunos sectores del PLD y del gobierno? Los dioses, no obstante, siempre obran para bien, y las malicias no fueron suficientes para imponer su despropósito. Medina también tenía bases a su favor...
EL CASO 
A Harry Truman las encuestas de su tiempo no le daban posibilidades de ganar, y en vez de someterse a ese fatalismo, redobló el trabajo y con su victoria puso en apuros y cuestionamiento la firma que por anticipado lo había descalificado. Eran otras circunstancias, claro está, e incluso un país distinto. Los adversarios internos de Danilo Medina (los que compiten, digo) debieran ser o más serios o más consecuentes. Debieran ver sus números, y no solo los de Gallup, y decidir. Las distancias entre Medina y sus contendientes, en todas las mediciones, son abismales. Por ejemplo ¿Qué sentido  o provecho tiene para Radhamés Segura mantenerse en la liza con un 0.1 %? Con temperatura bajo cero la vida se hace imposible. El ser humano, y más el político, debe conocer sus limitaciones, y nadie debe permitirse el ridículo hasta el infinito. Lo mucho hasta Dios lo ve, y se hace evidente que el Comité Político, primero, y el Central, después, fueron excesivamente generosos al dejar que corrieran seis candidatos...
LOS TERCIOS
Franklyn Almeyda no acepta los porcentajes que le asignan las encuestas alegando que los seguidores de Leonel Fernández todavía no han tomado partido. Sin embargo, debe conocer mejor a sus compañeros y las realidades internas de la organización a que pertenece. Sus cálculos hace mucho que están desfasados. Si Danilo Medina tiene un tercio de la militancia y el presidente Fernández los restantes dos tercios ¿cómo es que el primero supera el sesenta por ciento entre los peledeístas? Ya en el universo exterior la cosa cambia, y se debe, entre otras razones, a la actitud reservada de los aliados. Además, si está confiando en ese dos tercios que siguen al jefe del Estado, debe chequear de nuevo. Se dice entre peledeístas, sin incluir los  teóricos del patio de la Casa Nacional, que los leonelistas nunca apoyarían a Almeyda. Cualesquiera de los otros (Segura, Pérez, Alburquerque ), pero Almeyda imposible. Que se sepa, tampoco los ha cortejado. Ellos deben apoyarlo por efecto de gravedad. Y después dicen de Wilfrido, y no de Almeyda,  que es un barbarazo.

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