¿Eliminar el Ministerio de Economía? Un salto al vacío institucional

sábado, 5 de abril de 2025

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


Por: Walfy Antonio Serrano Santos

En un país donde la improvisación ha sido una constante histórica en la gestión gubernamental, resulta preocupante que se proponga la eliminación del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), para reducirlo a un viceministerio del Ministerio de Hacienda y traspasar otras de sus funciones al Ministerio de la Presidencia.

Esta iniciativa, lejos de representar una medida de eficiencia administrativa, constituye un retroceso institucional de alto riesgo. Atenta contra la capacidad del Estado dominicano para planificar estratégicamente el desarrollo nacional, articular el gasto con visión de largo plazo y evaluar el impacto real de sus políticas públicas.

Planificar no es un lujo, es una obligación del Estado

El MEPyD es el órgano rector del Sistema Nacional de Planificación, del Sistema Nacional de Inversión Pública y de la Cooperación Internacional para el Desarrollo. Así lo establece la Ley 496-06, que le otorga competencias estratégicas como motor de articulación entre políticas públicas, presupuesto y objetivos de desarrollo.

Suprimir esta institución sería como quitarle el timón al barco del Estado. Hacienda administra recursos. La Presidencia coordina la gestión cotidiana. Pero solo el MEPyD formula, prioriza y proyecta el rumbo nacional de mediano y largo plazo.

Centralización no equivale a modernización

Plantear que sus funciones sean absorbidas por otros ministerios no solo implica una peligrosa concentración de poder, sino que también genera una fragmentación de competencias técnicas que debilita la coherencia del accionar público. Se quebranta, además, el marco legal vigente y se ignoran los principios de la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, la cual exige planificación como eje transversal del Estado.

La experiencia internacional demuestra que los países que han alcanzado mayores niveles de desarrollo —como Chile, Uruguay o Corea del Sur— han fortalecido sus instituciones de planificación, reconociendo que la calidad del gasto público depende de una visión estratégica bien diseñada, y no únicamente de un control financiero eficaz.

Menos planificación, más desigualdad

Un Estado que no planifica adecuadamente gasta mal, improvisa, y termina profundizando las brechas sociales y territoriales. Pierde legitimidad y abandona a sus ciudadanos más vulnerables.

La República Dominicana no necesita menos planificación. Necesita más capacidad técnica, más visión de futuro e instituciones fuertes que orienten el gasto y garanticen la continuidad de las políticas públicas.

Un llamado a la reflexión

Eliminar el MEPyD sería como desmantelar el cerebro técnico del Estado dominicano. Una medida regresiva que pondría en riesgo avances institucionales logrados durante más de dos décadas. En lugar de debilitarlo, el desafío real es modernizarlo, dotarlo de mayores capacidades y asegurar su independencia técnica frente a los vaivenes políticos.

Porque los países que progresan no son necesariamente los que más gastan, sino aquellos que planifican mejor, priorizan con inteligencia y actúan con visión.

El autor es Politólogo y magíster en Gestión Pública


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