Por
Orlando Holguín
Muy pocos seres nos hemos salvado de que
nos manden para El Carajo.
Vamos a utilizar una frase a la que nos
hemos acostumbrado ver con más normalidad: “Pal Carajo”.
Nos han mandado hacia allá literalmente y
lo hacen a cada momento con acciones y hechos que muchas veces pasan
desapercibidos para el “viajante”.
Por ejemplo, cuando usted llega a creerse
que la empresa para la que trabaja no puede prescindir de sus servicios, y un
día lo sorprenden dándole la carta de cancelación, lo están mandando pal
Carajo.
A muchos hombres, cuando ya sus compañeras
no los soportan, pues piensan que sin ellos la vida a ellas se les terminará y
eso los hace más necios, los han mandado pal Carajo pero sin retorno.
Lo peor es cuando te mandan pal Carajo y te
sustituyen apenas tú empacando para el viaje ¿Quieren un ejemplo de un caso
famoso en el amor? Jennifer López, según narra en su libro, mandó pal Carajo a
Marc Anthony.
Cuando un político llega a la presidencia y
no funciona, cuando no ha resuelto los problemas de una nación, los ciudadanos
lo mandan pal Carajo. Hay países donde lo mandan sólo con pasaje de ida y no lo
quieren ver ni a 5 mil kilómetros de distancia de la casa presidencial.
Contrario aquí que, por el “pendejismo”
crónico que nos afecta, olvidamos y damos chance a un político que no resolvió
para que vuelva a gobernarnos.
Hay
mandadas pal Carajo históricas.
No dude usted que la Reina Isabel de
España, ya “jarta” y hastiada de Colón, dijera: “Denle lo que ese loco pide y
que se vaya pal Carajo”.
Por error y para mala suerte (según
muchos), el billete cayó aquí, aunque tengo mis reservas a la hora de evaluar
El Descubrimiento en cuanto a sus pro y sus contra.
Claro, me habría gustado que nos
descubrieran los vikingos o los chinos. Pero siguiendo con mandadas pal Carajo
famosas, en la universal obra Romeo y Julieta, los jóvenes enamorados deciden
mandar pal Carajo a sus familiares, los Capuletos y los Montescos, y ponen fin
a sus vidas de una manera muy dolorosa y trágica, todo por el amor, muestra de
que por amor se mandan muchas cosas pal Carajo, hasta la vida misma.
Hay cosas intangibles, pero no por ello
menos valiosas, que usted puede mandar pal Carajo. Por ejemplo, cuando Bill
Clinton vio a esa becaria, rellenita, apetitosa, con esos rozagantes “buchitos”
y la frescura que a la piel solo da la juventud, seguro que dijo: “¡Pal carajo
todo esto!”, y no pudo contener esa lujuria voraz que Dios puso en el hombre y
que es más controlable en la mujer.
El ex presidente se salvó a “chepa” de que
el congreso lo mandara pal Fucking, a causa del caso Monica Lewinsky. Contrario
a este hecho, no olvidemos que los “gringolandeses” (estadounidenses) mandaron
pal Carajo a “Tricky Dick” (Dick el tramposo), es decir a Richard Nixon (EPD),
por su protagonismo en el caso Watergate.
Ahora
bien, ¿dónde queda El Carajo?
Les daremos algunos datos geográficos, y es
que, modestia aparte, para escribir hay que saber de todo un poco, incluyendo
geografía.
El Carajo limita al Norte con La Mierda
(perdón por la palabra, pero a muchos también nos han mandado para allá), al Sur con La Porra, al Este con El Carrizo y
al Oeste con la gran Isla A Freír Tusas.
Al suroeste de El Carajo se ubica un
archipiélago de islas entre las que están la isla Me importa un comino, Cómase
un Mojón, Vete al Infierno, también están las islas Vete Pa’ Casa ‘el Diablo y
la pequeñas islitas Vete Pal Diablo, Donde El Diablo echo las 3 voces, y una de
las islas más bellas que ojos humanos hayan visto: Vete Pal C…ño.
La capital de El Carajo es El Carajazo y su
población total es 2 mil 500 millones de
habitantes.
El Carajo tiene una gran diversidad étnica,
puesto que hay personas de todas las naciones y de todas partes del mundo.
Por ende, hay allí una gran mezcla de
lenguas y dialectos. La moneda oficial es el Carajete. En El Carajo
coexiste gente común, pero también hay
ex presidentes, funcionarios y ex funcionarios, sacerdotes católicos de todos
los rangos (es decir, llegando hasta cardenales), pero también miembros de
otras religiones, habitan empresarios, artistas, locos, esposos, esposas,
queridas, amantes, adivinos, poetas, mujeres malas que están buenas,
empresarios, banqueros, mega divas, chapeadoras, chulos, descubridores,
violadores, lambones, militares, sindicalistas, terroristas, pelaviejas,
dictadores, pichones de dictadores, choferes de “voladoras”, señoras podridas
en cuartos, viejos verdes, y un etcétera tan grande, que comienza en el Océano
Atlántico y llega hasta Oceanía, porque, como dije, cohabitan seres humanos,
hombres y mujeres de todas las razas, raleas, estirpes y clases.
En fin, cuando a usted lo manden pal
Carajo, no se sienta mal, pues compartirá territorio con una gran cantidad de
homo sapiens, gente como usted y como yo, con defectos y virtudes. A mí me han
mandado pal Carajo en más de una ocasión, ¿y a usted?.
1 comentario:
Señor holguin mi nombre es r. Rodriguez soy naguero hasta la tambora vivo en orlando florida y dejeme decirle que realmente es el carajo. Es simple y llanamente la parte superior del mastil de una embarcacion donde se apostaba un marinero para visualizar objetos a gran distancia.cuando un marinero cometia una infraccion en el barco lo mandaban a ese lugar como castigo ya que en el dia hacia un calor infernal y en la noche un frio terrible. Por eso de seguro cuando a un marinero le decian esta noche te vas al carajo de seguro no se sentia bien a gusto...
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