Especial 8 de marzo: El quehacer literario desde la mirada de Ángela Hernández
Aproximarse a conocer la historia de Ángela, es descubrir lentamente la radiografía del valiente proceso de construcción de una creadora, a pesar de los obstáculos que enfrenta la mujer para convertirse en un ser humano pleno
Teresa Guerrero/ Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Oriunda de una comunidad rural del municipio de Jarabacoa, llamada Buena Vista, Ángela Hernández es una de las escritoras dominicanas más prolíficas de los últimos tiempos. Su capacidad de producción no merma la calidad de su obra.
Por ser además una poeta y narradora importante, su rol como activista de los derechos de la mujer hace que su criterio sobre la relevancia de la literatura femenina sea un referente sobre el tema.
Metamorfosis de una creadora
Aproximarse a conocer la historia de Ángela, es descubrir lentamente la radiografía del valiente proceso de construcción de una creadora, a pesar de los obstáculos que enfrentan la mayoría de las mujeres para convertirse en un ser humano pleno.
Como muchos dominicanos, nace en el seno de una familia donde todos sus antepasados eran campesinos, es decir, contaba con pocos referentes librescos en su entorno. Sin embargo, recuerda con mucho cariño que en quinto curso, las monjas que dirigían la escuela donde estudiaba, habían dispuesto una vitrinita donde tenían alrededor de veinte o treinta libros que leyó todos siendo muy pequeña.
Después, en el bachillerato, se trasladó hacia Jarabacoa para terminar los estudios secundarios. “También en la biblioteca del liceo, yo me llevaba un libro todas las semanas. Para mí, leer era más emocionante que cualquier otra actividad. Aunque yo tenía mi grupo de amigas, mi pandilla, como se suele hacer en la adolescencia, pero mi preferencia por la literatura era muy fuerte”.
Sin embargo, la escritora de la muy leída novela “Mudanza de los sentidos”, relata que comienza a escribir a mediados del Ochenta, cuando ya había hecho una carrera en ingeniería química, tenía hijos y era militante política de izquierda.
La decisión formal de convertirse en escritora fue difícil en sumo grado para una madre soltera. Significó un salto al vacío: abandonar un trabajo estable, por dedicarse a la consultoría temporal en temas de desarrollo. Además, aún tiene que ser muy rigurosa con su tiempo. Con pasmosa maestría, logra equilibrar familia, trabajo y pasiones artísticas. No es una misión simple de lograr.
En el caso de la también pintora y fotógrafa, entender su realidad fríamente para saber cómo evolucionar a pesar de lo que pudiera parecer impedimento, fue clave del éxito: “tenía que trabajar además para mantener a mi familia y yo creo que eso le pasa mucho a las mujeres, que en el ciclo de embarazo, de los niños pequeños; el ritmo de producción tiene que ser distinto. La trampa es uno quedarse en ese ritmo y no saber que se puede ir cambiando a medida que los hijos crecen”.
En sus propios comentarios se evidencia que la literatura también fue medio de catarsis en los momentos difíciles que atraviesa cualquier dominicana que tiene que enfrentarse a una sociedad que no mira de manera benévola a las mujeres independientes. “La primera poesía de verdad fue una poesía de desahogo, porque me estaba llevando quien me trajo, donde escribí un prologo que decía: entre suicidarme y escribir un poema; yo prefiero escribir un poema y es este… “. Esta poesía liberadora se encuentra en el libro “Desafío”.
Valoración de la literatura escrita por mujeres
En la opinión de escritoras de diferentes hemisferios, la poesía y narrativa escrita por mujeres es considerada como literatura menor por abordar “lo íntimo”, que desde la concepción machista es superfluo y vano.
En este sentido, Angela afirma que “siempre ha existido una discusión sobre si existe una literatura femenina, o si la literatura femenina se critica de manera patriarcal. Otros despachan el tema diciendo que lo importante es que sea buena literatura”.
Lo de “femenina” no es un concepto poco importante en este sentido; ya que lo femenino o masculino son creaciones sociales. Son asignaciones discursivas hacia la identidad de los hombres o las mujeres.
Precisamente, la poesía y narrativa escrita por mujeres es menospreciada por femenina. Es decir, aborda temas que no son relevantes en el mundo de los hombres, en consecuencia, se considera poco importante.
Al respecto, la autora de “Charamicos” expresa que está trabajando en una novela sobre la Guerra de Abril, pero que no la puede abordar desde la perspectiva del soldado. Sino, que se adentra en lo doméstico y cómo se relaciona ese mundo privado, reservado a la mujer, con el ámbito público asignado socialmente al hombre.
Para producir obras de calidad el esfuerzo y disciplina no tienen sexo. Esta máxima, es corroborada por la escritora en cuestión, quien afirma que “nosotras igual que cualquier hombre, si queremos hacer algo bien, necesitamos tiempo, dedicación, disciplina y auto exigencia. Lo que sí es cuestionable es que se descalifique la literatura escrita por mujeres porque aborda temáticas femeninas”.
El caso de Ángela Hernández, una escritora profundamente sensible, femenina y comprometida, debería ser el ejemplo de muchas que no se atreven a dar el salto por contravenir las concepciones sociales.
No se niega que en el último siglo las mujeres han logrado mayor participación en la vida pública, asumiendo roles antes sólo reservados para el sexo masculino. Sin embargo, la invisibilización intelectual de la mujer es uno de los escollos a superar en lo adelante.
También sería ideal que en el futuro, no muy distante, las mujeres de cualquier área, profesional, artística e intelectual, no tengan que hacer esfuerzos hercúleos para poder desarrollarse plenamente. Que los hombres y las mujeres que privilegian su rol tradicional, entiendan que una mujer tiene derecho a ser exitosa a pesar de ser madre y esposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario