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PREOCUPANTES HECHOS CRIMINALES EN CASTILLO

lunes, 7 de marzo de 2011

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

Por Reynaldo Hernández  Rosa
Castillo,  Duarte.- No  obstante  el silencio  de  todos los  sectores representativos  del  municipio, ante  los  inusuales  hechos  criminales  que  se viene  observando, donde  al parecer,  dado los  recientes  acontecimientos evidencian que  no  existe  autoridad, empero, tampoco lideres comunitarios, mucho menos,  pseudos dirigentes políticos.
El  asalto perpetrado de que fue  objeto  la  residencia  de una  de las  familias  que  más aportes  ha hecho al  municipio,  tanto en el  plano moral, intelectual  como de trabajo,  como  lo es, la  de los  progresistas Ovalle-Herrera: un marco  de  referencia  moral  y denodados  esfuerzos  de  lucha  a través de los  estudios, de cuya  madre, educadora, dejando una gama  de  profesionales  en los diferentes  aspectos  del  saber. 
Desconozco  las  razones  de la  población, con  todos  sus  maulas,  silentes,  cuando  deberían  unirse  para  elevar  la  repulsa  ante  hecho  tan  abominable.
Como  no hago  vida  cotidiana  en Castillo,  sólo  los fines  de semana,  dado  mis  estudios  superiores  en Nagua, me  enteré  del hecho, sorprendido  por  el  cobarde silencio  de  la mayoría  de  los  residentes.
¿Acaso,  el acto  delictivo no se puede  repetir  en otras  residencias  o  familias  de  Castillo?
Sin embargo,  lo más  sorprendente de todo,  es que la  vivienda  de los  Ovalle-Herrera  esta localizado   justo  en  el centro de la población,  rodeada  de los  principales  agentes  financieros, lo que supone  una  vigilancia  extrema.
Llama  la  atención que  al  lado  de la  residencia se encuentra  el  almacén y ferretería  de  Edwin Mercedes,  presidente del PRD  en el municipio, amen de  estar  a tres  viviendas  del  destacamento de policía, y   nadie  hizo nada, escucho  nada….Como  es posible
Me  relatan que  uno  de los miembros  de la familia  fue  golpeado por los  fascinerosos, los  cuales  aprovecharon la llegada  de  éste,  sorprendiéndole cuando estacionaba  su  vehículo   en la  residencia.
Pese  a  que  el padre  de  los  Ovalle-Herrera  se  encontraba  en la  vivienda,  este  hizo un disparo  al  aire,  lo que  obligó  a los  delincuentes  abandonar  sus planes.
Este  hecho  criminal debe ponderar  de la atención  de todos los  ciudadanos  conscientes, dado  que  los mismos,  los  actos  delictivos  vienen arropando  todo el entorno  del municipio  sin que  se  observen gestiones  que vayan  en camino     al menos, constreñir tales desatinos.
La  sociedad de Castillo  debe exigir  de las  festivas  autoridades   municipales,  de los  organismos  sociales, de las  carpantas  políticas y las Iglesias,  en  especial  la  católica,  demandar  mayor  vigilancia, más  seguridad así como  sanciones  más  severas  contra  los cacos  que  tienen  en  zozobra  a  la población.
Otro  caso criminal,  obviado  por todos, sin dudas,  fue  el acribillamiento,  asesinato o  ejecución  del   reconocido  delincuente,  el  tal  Balala. El hecho delictuoso, en el común  de los  residentes pasó  como  una ** intervención** más de los  miembros  de la  Policía, cuando  no  fue así.
¿Quiénes  ultimaron  al  tal  Balala?
¿La  Dirección Nacional  de  Control  de Drogas, DNCD, DNI, J2, vendedores  de  estupefacientes  por el punto, no?.
Fueron miembros  de la  policía con jurisdicción  en el municipio  de Cotuí,  ¿Por  qué?.
Se  conoce  la  versión  de que  hubo  un atraco  en  el tramo  El Platanal- Babari,   donde  despojaron  a  una persona  de  dinero, arma  de  fuego, hiriéndole, para mas  luego  fallecer  en un centro de salud, donde  supuestamente  participó el  malogrado  vendedor de drogas.
Ahora bien,  cabe  preguntarse, fueron sicarios  dentro de la uniformada  en Cotui  los  que   **ubicaron**  al  tal  Balala, luego  que recibieran  el pago  para  dicho  **ajusticiamiento**.
Se podrá argumental  que  el  asesinado vendedor  de drogas tenia  un extenso  prontuario delictivo, empero,  debió  caer  acribillado  por  policías   pagados  para  su  ejecución.
Ojo,  ayer  fue  a  un delincuente,  uniformados  de la policía  en labores  de  sicariato,  que  ya  se está tornando  común   en la  sociedad, mañana  puede  ser  a  uno de nosotros, o  algún miembro  de  su familia, sin importar  el por  qué, siempre  y cuando se pague  para  el  resultado.
En tanto, sigamos callados,  nos pasará  como decía   el poeta:  se  llevaron  al  cura pero a  mi no  me  importó, luego se llevaron  a mi vecino,  pero  a mi  no me importó,  ahora  me llevan  a mi  y nadie se  enteró………


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