Por Reynaldo Hernández Rosa
Castillo, Duarte.- No obstante el silencio de todos los sectores representativos del municipio, ante los inusuales hechos criminales que se viene observando, donde al parecer, dado los recientes acontecimientos evidencian que no existe autoridad, empero, tampoco lideres comunitarios, mucho menos, pseudos dirigentes políticos.
El asalto perpetrado de que fue objeto la residencia de una de las familias que más aportes ha hecho al municipio, tanto en el plano moral, intelectual como de trabajo, como lo es, la de los progresistas Ovalle-Herrera: un marco de referencia moral y denodados esfuerzos de lucha a través de los estudios, de cuya madre, educadora, dejando una gama de profesionales en los diferentes aspectos del saber.
Desconozco las razones de la población, con todos sus maulas, silentes, cuando deberían unirse para elevar la repulsa ante hecho tan abominable.
Como no hago vida cotidiana en Castillo, sólo los fines de semana, dado mis estudios superiores en Nagua, me enteré del hecho, sorprendido por el cobarde silencio de la mayoría de los residentes.
¿Acaso, el acto delictivo no se puede repetir en otras residencias o familias de Castillo?
Sin embargo, lo más sorprendente de todo, es que la vivienda de los Ovalle-Herrera esta localizado justo en el centro de la población, rodeada de los principales agentes financieros, lo que supone una vigilancia extrema.
Llama la atención que al lado de la residencia se encuentra el almacén y ferretería de Edwin Mercedes, presidente del PRD en el municipio, amen de estar a tres viviendas del destacamento de policía, y nadie hizo nada, escucho nada….Como es posible
Me relatan que uno de los miembros de la familia fue golpeado por los fascinerosos, los cuales aprovecharon la llegada de éste, sorprendiéndole cuando estacionaba su vehículo en la residencia.
Pese a que el padre de los Ovalle-Herrera se encontraba en la vivienda, este hizo un disparo al aire, lo que obligó a los delincuentes abandonar sus planes.
Este hecho criminal debe ponderar de la atención de todos los ciudadanos conscientes, dado que los mismos, los actos delictivos vienen arropando todo el entorno del municipio sin que se observen gestiones que vayan en camino al menos, constreñir tales desatinos.
La sociedad de Castillo debe exigir de las festivas autoridades municipales, de los organismos sociales, de las carpantas políticas y las Iglesias, en especial la católica, demandar mayor vigilancia, más seguridad así como sanciones más severas contra los cacos que tienen en zozobra a la población.
Otro caso criminal, obviado por todos, sin dudas, fue el acribillamiento, asesinato o ejecución del reconocido delincuente, el tal Balala. El hecho delictuoso, en el común de los residentes pasó como una ** intervención** más de los miembros de la Policía, cuando no fue así.
¿Quiénes ultimaron al tal Balala?
¿La Dirección Nacional de Control de Drogas, DNCD, DNI, J2, vendedores de estupefacientes por el punto, no?.
Fueron miembros de la policía con jurisdicción en el municipio de Cotuí, ¿Por qué?.
Se conoce la versión de que hubo un atraco en el tramo El Platanal- Babari, donde despojaron a una persona de dinero, arma de fuego, hiriéndole, para mas luego fallecer en un centro de salud, donde supuestamente participó el malogrado vendedor de drogas.
Ahora bien, cabe preguntarse, fueron sicarios dentro de la uniformada en Cotui los que **ubicaron** al tal Balala, luego que recibieran el pago para dicho **ajusticiamiento**.
Se podrá argumental que el asesinado vendedor de drogas tenia un extenso prontuario delictivo, empero, debió caer acribillado por policías pagados para su ejecución.
Ojo, ayer fue a un delincuente, uniformados de la policía en labores de sicariato, que ya se está tornando común en la sociedad, mañana puede ser a uno de nosotros, o algún miembro de su familia, sin importar el por qué, siempre y cuando se pague para el resultado.
En tanto, sigamos callados, nos pasará como decía el poeta: se llevaron al cura pero a mi no me importó, luego se llevaron a mi vecino, pero a mi no me importó, ahora me llevan a mi y nadie se enteró………
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