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DE PAYA AL BAJO YUNA

jueves, 26 de febrero de 2009

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por Reynaldo Hernández Rosa

Luego de la ejecución a mansalva, propia de los sicarios que materializaran oficiales de la Marina de Guerra, en contra de nacionales colombianos, seguidos por varias “tragedias marítimas” donde más de un centenar de ciudadanos de San Francisco de Macorís y el Bajo Yuna desaparecieron en alta mar sin dejar rastros.

La masacre que conoce el país, donde personal militar cercano a la jefatura del cuerpo castrense, pone de manifiesto las pútridas unidades militares que deberían proteger nuestro territorio.

Pese a lo grave de los hechos, aún el presidente Leonel Fernández no ha relevado los miembros del Estado Mayor de ese organismo militar, cuando lo menos es, que todos deberían estar bajo medidas de coerción al menos por complicidad.

Al parecer las estrategias mediáticas llevadas a efectos y ejecutadas gracias a las $colaboraciones$ de carteles que dentro del periodismo sirven de enlace, para que la masacre de Paya se quede en el olvido, no obstante los continuos hechos delictivos que se ven envueltos miembros de la entidad militar.

El centenar de desaparecidos, todos, residentes en el Bajo Yuna, que en apenas horas de la masacre de Paya, hoy muchos de sus familiares conciben de las informaciones bien hilvanadas, de que en la tragedia marítima hubo complicidad con estamentos de la Marina de Guerra, para así aminorar las consecuencias dejadas por la ejecución al estilo colombiano perpetrada por los oficiales navales.

Familiares de los aventureros perdidos en el mar, aseguran que los capitanes de las embarcaciones son hartos conocidos por la Inteligencia de la Marina, los cuales actuaron con la anuencia y contubernio de oficiales del organismo castrense para cometer las tragedias y así callar la masacre de Paya.

Según se supo, el viaje en que desaparecieron cerca de un centenar de residentes en Villa Riva, fue organizado de urgencia dado el momento de credibilidad que arropaba a los miembros de la Marina, por lo que se busco a personeros bien conocidos en la alta oficialidad de la institución.

La tragedia marítima que enluteció cientos de familias en el Bajo Yuna, de las cuales muchas sufren hoy serios trastornos psico-afectivos, dado la pérdida de esposos, padres, hermanos, etc., empero, conscientes de que fallecieron no obstante no haber enterrado sus cuerpos, no cesan en solicitar que se aclaren los hechos.

Ahora se anuncia, dentro de la política mediática, que a través de capillas y carteles periodísticos, llevar protección subliminal a los lugareños con la entrega de equipos que faciliten la rápida actuación de esos mismos que ayer llevaron el desasosiego a la familia de todo el Bajo Yuna.

El equipamiento que hacen hoy autoridades con embarcaciones de rápido desplazamiento así como otras herramientas propias para los lugareños que siempre están en riesgos dado, la ubicación donde habitan, es recibida con reservas luego de los hechos lamentables en la región.

La masacre de Paya, por más recursos que inviertan en silenciar uno de los actos como calificara el presidente más bochornoso, ahora unido al reciente asalto que hicieron oficiales de la Fuerza Área Dominicana, sin dudas, avizoran que no estamos lejos de la mexicanización, donde las autoridades llamadas a proteger la ciudadanía juegan el doble papel de juez y partes. O no, carajo.

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