´´La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el porqué, tampoco se lo preguntan a sí mismos.
Parece que nadie entiende que Dios los está
protegiendo del mal que vendrá.
Pues los que andan por el camino de la justicia descansarán en paz cuando mueran´´.Isaías 57.
¿Por qué Dios permite que las personas que hacen el
bien en este mundo mueran y por tanto ya no nos pueden hacer el bien?.
Las personas somos seres sociales, es decir, nacemos,
vivimos morimos en relación con otros hombres y mujeres y Don Pablo Silverio aprendió
y enseñó a vivir en sociedad.
Lo conocí estando yo muy jovencito, por los años 70 a
80, fue ordenado animador de asamblea, al servicio de la iglesia católica todo
el tiempo, un hombre correcto, con un timón de esposa como Doña Antonia Morel.
Una familia forjada en valores, principios, educación y
religiosidad, Don Pablo a sus hijos jamás pudo introducir otra cosa que no
fuera el trabajo honesto.
Hombre trabajador y podemos decir que la sociedad se
inició en Copeyito con Pablo Silverio, respetado por todos, era un ser excepcional.
Luchó incansablemente por su comunidad, recuerdo una
vez le hablo con mucha propiedad al Dr. Joaquín Balaguer solicitando el
acueducto para los comunitarios.
Todos los hombres somos sociales, culturales, en fin, pero Don Pablo era
un hombre de estrategia educativa en su más amplio sentido, siempre
comprometido con la sociedad para consolidar la formación y fue factor
estratégico en la tarea de impulsar el desarrollo comunitario.
Cuando un hombre bueno muere la memoria de los que lo
amaron se llenan de diapositivas de sus mejores momentos. Es como si, de
pronto, toda la luz que dieron en vida se proyectara sobre el mundo,
embelleciéndolo. Pablo era un hombre
bueno, uno de los mejores entre los buenos.
Cuando un hombre bueno muere merece que todos los que
lo quisieron se despidan de él. Merece flores, cantos, llantos, abrazos, rezos,
palabras. Merece que el amor de su comunidad, de su familia, se manifieste a
través del tan humano ritual de decir adiós a los muertos. Los hombres buenos no merecen irse de aquí
sin que les den las gracias y les deseen buen viaje, le doy las gracias a
Pablo.
No hay diferencia entre la vida y la muerte. ‘¿Entonces
por qué no te mueres?’, le preguntó uno. ‘Porque no hay diferencia’,
respondió,” Tales de Mileto, no hay diferencia, porque queda el legado de Don
Pablo.
Los más jóvenes no entenderán la magnitud del pilar
que nos fue en este día, si de magnitud incalculable, porque ese tipo de hombre
es difícil tenerlo en las comunidades.
Tu obra es tu legado, ese amor y respeto inculcado a
tu familia llegó a otros, solo con la sangre de cristo, tus pasos fueron
fieles, divinos ante el todopoderoso, eres el terreno de moralidad donde nos
cultivamos muchos.
´´Jesús compara la muerte con un sueño. “Dicho esto,
les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía
esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del
sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto.” Juan 11:11-14.
Por tu obra ante Dios, sé que estarás en paz, a la
derecha del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amen.
1 comentario:
Paz a su alma
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