POR JIM WYSS/elnuevoherald.com
SAN
JUAN, PUERTO RICO.- A un observador casual se le puede perdonar que piense que
el Caribe se está cayendo a pedazos con los terremotos.
El
fuerte terremoto de magnitud 7.7 justo al sur de Cuba y al norte de Jamaica
ocurre poco después del sismo de magnitud 6.4 que sacudió Puerto Rico y las
Islas Vírgenes norteamericanas hace unos días.
Y
aunque resulta tentador ver los terremotos como algo interconectado, pero ese
no es necesariamente el caso, dicen expertos.
“No
hay relación alguna”, dijo Julie Dutton, especialista en Geofísica en el
Servicio Geológico de Estados Unidos. “El Caribe tiene placas que se mueven en
direcciones diferentes y que contribuyen a que sea una zona muy sísmica... Pero
Puerto Rico está muy lejos de este terremoto y no consideramos que las dos
cosas estén relacionadas”.
El
terremoto del martes se sintió tan lejos como el Panhandle de la Florida, y los
gobiernos de Cuba, Jamaica y las Bahamas estuvieron alertas a un tsunami
potencial. Pero hasta el martes al anochecer había pocos reportes de daños
físicos.
El
temblor fue provocado por el movimiento de las placas tectónicas de
Norteamérica y el Caribe una con otra en un lugar llamado Falla de Oriente.
Estas llamadas fallas de deslizamiento se caracterizan por fracturas casi
verticales y movimientos horizontales en la tierra. En la Falla de Oriente, que
pasa al sur de Cuba, la placa de Norteamérica se mueve en dirección oeste-suroeste
sobre la placa del Caribe a razón de 19 milímetros por año, según el Servicio
Geológico de Estados Unidos.
No sorprende entonces
que sea sísmicamente activa.
Cinco
otros terremotos de magnitud 6 o más fuertes han ocurrido dentro de una distancia
de 250 millas del sismo del martes. Los dos más fuertes tuvieron una magnitud
de 6.8, en diciembre de 2004, y de 6.2, en mayo de 1992.
Como
los terremotos ocurrieron en el mar, lejos de centros poblacionales, no se
conoce de daños o lesionados.
“Las
placas de Norteamérica y el Caribe donde ocurrió el terremoto del martes, esa
es la principal zona limítrofe de ambas placas en la región”, dijo Dutton. Pero
miles de otras fallas y algunas ni siquiera están ubicadas con precisión”.
Por
su parte, Puerto Rico ha sido estremecido por una serie de terremotos que
comenzó el 28 de diciembre y tocó su punto más fuerte hasta ahora el 7 de
enero, con un sismo de magnitud 6.4. El territorio estadounidense está
literalmente comprimido entre dos placas importantes y los terremotos recientes
se han concentrado en el sur, donde la placa del Caribe se mueve debajo de la
isla en un punto llamado Trinchera de Muertos.
Desde
el sismo del 7 de enero, la isla ha sido estremecida por cientos de réplicas,
entre ellas una de magnitud 5.0 el sábado pasado. Más de 4,600 personas en
Puerto Rico están viviendo al aire libre, en espera de que el Caribe deje de
temblar.
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