Por Licda. Yamilka Díaz Frías M.A.
Alguna vez te has preguntado “¿Por qué soy así con los demás?” “¿Por qué me
comporto o me siento de tal o cual manera con mis amigos, familiares o pareja?”
Una explicación a la forma de relacionarnos puede encontrarse en la teoría del
apego, tal teoría la debemos al eminente psiquiatra de origen inglés John
Bowlby.
Todo comienza en la infancia, el apego es el vínculo emocional entre el
niño y su primer cuidador, la o las primeras figuras de afecto, las primeras
personas con la que establece un contacto, lo natural fuera que sea con sus
padres, sin embargo esa persona puede que sea un familiar cercano como la
abuela, la tía o en general quien se haga cargo del pequeño no importando si
tiene o no lazos sanguíneos.
Estas primeras experiencias del niño con quién se las proporcione serán
determinantes para la forma futura en cómo a lo largo de su vida se relacione
con los demás, los demás implica a todos, sus padres, hermanos, pareja, hijos,
amigos, conocidos y todos. Por ejemplo, si al momento de comenzar a
relacionarse con la figura de apego el niño o niña recibe maltrato de índole
físico o psicológico, se podría producir en ellos un vínculo desorganizado,
este tipo de vínculo se caracteriza por un desorden afectivo o cognitivo y por
un patrón de desconfianza en los demás.
Cuando hay un buen trato, por el
contrario, al apego inseguro surge una fuerte vinculación entre el niño y la
otra persona llamada apego seguro. En este tipo de apego el niño sabe que puede
contar con el adulto que le cuida, este le inspira confianza porque sabe que
siempre estará presente para él, en la adultez este tendrá más capacidad para
vincularse emocionalmente con su pareja, hacer contacto emocional, amar.
Pero ¿Cómo se hace un apego seguro? Responder de manera sensible al llanto
del bebé, a sus necesidades de higiene, alimentación y de juego, expresarle
afecto verbalmente o por medio del contacto corporal, fácil son simples
detalles que parecen no serlo en la vida real pues no todo niño cuenta con una
madre que le dedique tiempo, que lo bañe, lo peine, lo vista lo alimente,
juegue con él, le hable, le diga lo importante que es, lo que vale, una madre
que le cante o le lea un cuento. Parece
tan sencillo, pero todo lo que somos comienza por ahí, comienza en la
infancia...
La autora es Psicólogo Clínico, Máster en Psicología Clínica.
2 comentarios:
Excelente. Siempre he considerado de suma importancia, esa primera figura en la vida del niño. La importancia que sus primeros cuidadores le aporte un apego seguro, que puedan construir una identidad fuerte y segura.
Excelente reflexion
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