Por:
Arq. Geraldo Fernández
En el artículo anterior
hablamos de los escenarios de desarrollo, establecimos que estos se
construyen partiendo de un diagnóstico
territorial que aporta toda la información necesaria, desde características naturales hasta el tipo de
relaciones sociales y económicas que se dan en las ciudades y sociedades. El
diagnostico territorial descubre las fortalezas, debilidades, las oportunidades
y las amenazas del territorio y en base
a estas proyecta escenarios de futuro realistas y realizables.
La escogencia de un
escenario de desarrollo no quiere decir que nos concentraremos en desarrollar
una sola de las potencialidades del
territorio, sino que en torno a una de ellas girarán las demás en un sistema
integrado donde las actividades se complementan y funcionan en un orden lógico
y con un propósito común que es el desarrollo y la mejoría de la calidad de
vida de las personas. Un escenario de desarrollo debe convertirse en un plan de
desarrollo, este es un pacto social donde todas las fuerzas y sectores están
representados, es esta condición lo que le dará la suficiente validación,
autoridad y respaldo para que pueda ser ejecutado.
En ese sentido es preciso
que nos aboquemos a lograr ese gran pacto social y definamos el escenario que
queremos construir partiendo de una realidad que en estos momentos se nos
presenta muy favorable. Las preguntas son ¿Cuál es ese escenario? , ¿Qué nos
conviene? , ¿A dónde vamos? estas interrogantes son claves para nuestro pero
sus respuestas se encuentran en el presente. Antes de dar el primer paso
debemos saber a dónde estamos parados, cual es nuestra situación actual.
Primeramente debemos
ubicarnos en nuestro contexto, estamos ubicados de manera estratégica entre las
grandes regiones agrícolas de la provincia Duarte y los polos turísticos de
Puerto Plata y Samaná, a solo dos horas de Santo Domingo y al mismo tiempo de
Santiago de Los Caballeros. Esta envidiable ubicación nos posiciona como
el lugar ideal para el intercambio de
bienes y servicios entre ambas sub-regiones de esta región nordeste y por ello
podemos convertirnos en su centro económico por conveniencia y excelencia.
En contraposición con
quienes apuestan a que Nagua se convierta en una ciudad turística, soy de
pensar que nuestro escenario de desarrollo ideal y posible (rara coincidencia)
es aprovechar nuestra ubicación estratégica para ser un centro de acopio,
distribución y procesamiento de nuestra propia producción agropecuaria y la del Bajo Yuna para suplir los enclaves
urbanos próximos que se han especializado en la actividad turística como Las
Terrenas, Cabrera, Río San Juan, Samaná, Cabarete, Sosua y expandirnos hasta la
región Este.
Que nos propongamos ser el
centro comercial de la región Nordeste no quiere decir que dejemos el turismo
de lado, al contrario, este escenario plantea desarrollar un modelo turístico a
partir de lo ya establecido y es que culturalmente y por tradición nuestras
playas son las playas de toda la región. En ese sentido es preciso crear los
mecanismos para que esa afluencia de
personas semanalmente se refleje en productividad económica, empleos,
oportunidades y mejoría en la calidad de vida de los locales.
Este escenario de
desarrollo que proponemos es fruto de mi visión de la realidad regional,
provincial y municipal pero a la vez sustentado por documentos oficiales como
el Plan para el Desarrollo Económico Local de María Trinidad Sánchez que
establece que un 36.50 % de nuestra economía se basa en la agropecuaria y un
4.12% en la agroindustria lo que
demuestra que a pesar de tener el 80% del territorio provincial destinado a la
agropecuaria no estamos industrializando nuestra producción perdiendo así la
mejor parte del negocio. El mismo documento establece que el turismo representa
el 17.63 % de nuestra economía local y
el sector servicios un 41.75% dejando claramente establecido el orden lógico de nuestras prioridades.
Nuestra propuesta de
desarrollo busca la sostenibilidad, el
perfecto equilibrio entre el desarrollo económico, social y ambiental
bajo la premisa del desarrollo sostenible
que establece que es nuestro deber satisfacer nuestras necesidades sin
comprometer la capacidad de las próximas generaciones para satisfacer sus
propias necesidades. Creo firmemente,
que si en ocho años logramos reducir nuestra tasa de pobreza de 58.4%
(2002) a 42.0% (2010) colocándonos en el segundo lugar de la región y en el
décimo a nivel nacional en mejor calidad de vida solo a base de voluntad y a
pecho abierto lo que nos falta para dar el gran salto al desarrollo es
organizarnos y nuclearnos en torno a una visión compartida y un gran
pacto social.
A partir de un escenario
pactado nos dedicaríamos diseñar y promover las
políticas públicas y los planes,
programas y proyectos necesarios para lograr nuestros objetivos,
identificaríamos inversiones, fuentes de recursos y planificaríamos nuestro
desarrollo por etapas estableciendo mecanismos de monitoreo y medición, creando
clústeres de los diferentes sectores productivos y trabajando todos juntos en
la construcción del glorioso destino que la Providencia tiene reservado a esta
tierra que a muchos nos ha visto nacer y
a otros tantos ha recibido con su dulce salitre, con sus fértiles tierras. El
momento es ahora, no hay tiempo para perder.
1 comentario:
Sr. Fernandez, es bueno saber que existen ciudadanos preocupados sanamente por el desarrollo de su terruno. Como usted es un abanderado del progreso de Nagua os ruego destacar en sus publicaciones la necesidad de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales para nuestro pueblo. Eso facilitaria notablemente el desarrollo de infraestucturas turisticas que resulten atractivas para nuestros visitantes. Gracias.-
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