Por:
ROBERTO SANCHEZ/EL AUTOR: es dirigente Político y educador
“Es preciso soñar, pero
con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida
real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños y de realizar escrupulosamente
nuestra fantasía. “ V. Lenin
Miami-Florida.- He leído
con mucha pena un artículo que anda circulando en las redes, publicado por una
figura de la izquierda dominicana; persona por la cual tenía algún nivel de
respeto, sobretodo por su persistencia en la lucha política, aunque sus
discursos y posiciones no han dejado de ser eso, discursos y posiciones, ante la degeneración política de esas
agrupaciones en los últimos veinte años. Créanme que me he quedado anonadado
con la respiración corta.
Podría una persona estar o
no de acuerdo con posiciones políticas o posiciones asumidas en un determinado
momento, pero nunca se justificaría querer barrer el piso con alguien que al
igual que muchos en los últimos 10 años viene sacrificándolo todo por lo que
cree y piensa. La grandeza de un
dirigente político se mide por su capacidad en reconocer que ningún ser humano
es portador de la verdad absoluta. Es reconocer sus limitaciones, plantear sus
ideas sin ofender a los demás por que "Una mente débil es como un
microscopio, que magnifica cosas triviales, pero no puede recibir grandes".
El
Guillermo Moreno con el que he compartido.
El Guillermo Moreno, que
conozco es aquel que tuvo la dignidad de
no confabularse con las componendas y las trampas que frecuentemente utilizan
los presidentes y los gobiernos en el poder, cuando siendo fiscal prefirió ser
cancelado antes que ser un funcionario corrupto y testaferro del poder.
Un hombre que hoy pudo
haber sido multimillonario de haber continuado en el tren administrativo y ser
parte de la corrupción y la impunidad de los gobiernos del PLD, como han
asumido otros; inclusive, algunos que se hacen llamar “izquierdistas.”
Durante varios años he
tenido la oportunidad de conocer de cerca al hombre, al político y al
extraordinario ser humano que sueña con un un mejor país, con una sociedad de
mayor nivel de equidad, donde las riquezas sean mejor distribuida. El político
que se atrevió a enfrentar la maquinaria del PLD en el poder sometiendo a la
justicia a uno de los arquetipos de la corrupción y la impunidad, como lo es
Leonel Fernández.
Soy de lo que en política
sigue ideas, y no figuras políticas; esos que confunden a la gente con su
discurso anti-corrupción y de honestidad, pero que cada día en su práctica
conviven y se arropan con la misma corrupción y impunidad que dicen combatir. A
Guillermo Moreno, lo conozco como el hombre, el dirigente, pero sobre todo el
ser humano el que tiene una perspectiva de estado, el que te expresa y practica
lo que dice. El que se sienta en el asiento delantero junto contigo como un
compañero, como un amigo y no como
pasajero y chofer.
El que no acepta que
ningún compañero o compañera le sirva la comida en las actividades, sino que el
mismo hace su fila como uno mas. El Guillermo Moreno, que conozco es aquel que
caminando en las calles de New York después de una actividad prefiere caminar
como un ciudadano más y recuerdo en una ocasión que un Aliancista le sugirió
esperar para irse con el grupo y dijo, “El día que Alianza País llegue al poder
y alguno de ustedes siendo funcionario del gobierno de AlPaís, necesite escolta
para caminar en las calles, hay que investigarlo, pues algo malo están haciendo.”
Un líder político así, con esas convicciones, con esa determinación de
practicar con el ejemplo, no puede ser un oportunista, no puede ser una persona
con la que no se pueda contar y confiar.
Quiero aclarar, que no
estoy haciendo una apología de GM, pues no creo tampoco en los líderes
predestinado; como ser humano todos tenemos deficiencias y limitaciones que
debemos ir corrigiendo en la práctica y aprender de nuestras limitaciones y de
los demás, de la gente humilde, de la gente de
pueblo.
Lo que es cuestionables es
que algunos que se hacen llamar dirigentes, el tiempo le ha pasado sin que
puedan sacar experiencias de sus propios errores y sin que puedan renovar sus
propias ideas. Es como que la utopía se ha detenido en su propio mundo. La
utopía según Galeano, sirve para eso “para caminar,” para renovarnos, para
crear nuevas metas y adaptar nuestras ideas, nuestro discursos y nuestros
pensamientos a la nueva realidad política y social. Lo que ayer podía
resolverse con una revolución violenta, hoy se hace necesario tener mas que
hombría, claridad en el pensamiento y nuevas ideas para entender esta nueva
realidad.
El GM, que yo valoro como
líder democrático y incluyente es el que siendo candidato por primera vez a la
presidencia de la república marchaba con
sus seguidores en Manhattan y al término de la actividad convidó a un candidato
a diputado de ultramar que a la vez dirige Alianza País en el exterior a que
invirtiera más en su promoción que en la de él, ya que estaba consciente que
lograríamos mayor votación congresual en New York que presidencial. Ese nivel
de humildad es difícil encontrarlo en políticos narcisistas y mesiánicos.
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