Tierras de conquistadores
mil veces conquistadas por decenas de imperios que han dejado millones de
historias en cada piedra que se pisa en cada piedra que se toca.
Entre ruinas romanas,
callejuelas arábigas y la rígida organización cuadriculada se abre paso el
acero y el cristal respetuoso del entorno en que el hombre de estos tiempos le
ha sembrado.
Inspiran tanto respeto
estos legendarios y primigenios enclaves de la humanidad que el hombre actual
poseedor de toda la ciencia y la técnica no puede más que contemplar y venerar
su magnificencia.
Solo puede el hombre de
este siglo detenerse absorto ante tanta monumentalidad y tanta historia e irse
a otro lugar con sus rascacielos y exhibiciones de modernidad. Espantosa es la
sensación de ser observado por los constructores del Viejo y el Nuevo Mundo.
¡Cuidado! gritan las voces ancestrales...
Ir a Europa es ir al
Génesis de antes del Génesis, un viaje a través del cordón umbilical,
descubrirnos nosotros mismos mirando frente a frente a quienes nos
descubrieron, es dar un poco de satisfacción a las constantes inquietudes de
¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?...
Arq. Geraldo Fernández/22
de Octubre de 2017
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