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Nagua es cuna de grandes merengueros típicos dominicanos

sábado, 16 de septiembre de 2017

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Las olas del océano Atlántico dan la bienvenida al llegar a Nagua, un pueblo que se distingue por su belleza natural, tradición pesquera, buena gastronomía y el sonido de un perico ripiao’ en cada esquina.
Y es que la música típica juega un papel de primer orden para los nagüeros, quienes aprovechan cada oportunidad para exhibir su pasión y destreza con la güira, la tambora, el acordeón y la marimba.
Este municipio de la provincia María Trinidad Sánchez se considera “la cuna” de los mejores merengueros tradicionales de la República Dominicana, pues ha dado al mundo grandes representantes del género.
Aquí nació Tatico Henríquez, “La Reyna”, María Díaz; Yovanny Polanco, “El Prodigio”, Bartolo Alvarado, conocido como “El cieguito de Nagua”; y otros grandes de la música.
Llama la atención que muchos de estos artistas lograron el éxito, pese a que aprendieron a tocar merengue empíricamente, a temprana edad, o con condiciones especiales.
Un vivo ejemplo es “El cieguito de Nagua”, pues a pesar de que nació no vidente, antes de los nueve años tocaba tambora, armónica y acordeón. Su arduo trabajo le premió con una larga carrera de éxitos por la que en 2013 fue declarado ”Activo Cultural de la Nación”, por el Ministerio de Cultura.
“Otra referencia es Tatico Henríquez,que se destacó como merenguero siendo iletrado. Falleció en 1976, pero hoy día sigue siendo reconocido como un símbolo musical en el país”, señala el gestor cultural Ricardo Paredes.
Para el profesor Paredes éste fenómeno tiene una explicación:
“Los nagüeros llevan el ritmo en la sangre y desde pequeños están involucrados con instrumentos musicales”.  “Aquí nacen con un acordeón en la mano”.
Sin embargo, el folclorista y antropólogo social Dagoberto Tejeda explica que no es una cualidad única de los nagüeros, sino del ritmo en sí.
“Fefita La Grande es un ejemplo. Nació en Santiago Rodríguez y aprendió a tocar el acordeón siendo una niña. A los siete años de edad ya era conocida como acordeonista y a los nueve ya amenizaba fiestas con acordeón, güira y tambora”, asegura el sociólogo.
De hecho, Tejeda considera que esto se debe al cambio que sufrió el merengue tras la sustitución de los instrumentos de cuerda por el acordeón.
“Éste sólo tenía dos tonos a nivel musical, lo que facilitó el aprendizaje del ritmo, por lo que con su llegada el músico o el campesino no tenía que ir a la escuela o universidad a aprender, sino que de oído desarrolló una capacidad creadora extraordinaria”, asegura.
Cabe destacar que este patrón de empirismo no se cumplió en el cantante Krency García, conocido como “El Prodigio”, pues tuvo formación musical en Washington, EE.UU.
¿Dónde nace el merengue típico dominicano?
Actualmente no existe registro que asevere dónde se tocaron las primeras piezas de merengue típico en el país, ni quiénes fueron los primeros autores.
“No hay documentación que permita identificar dónde nace, pero no hay duda de que Santiago, por la venta del acordeón, se convirtió en un centro de difusión del merengue”, afirma Dagoberto Tejeda.
A su vez, el profesor Ricardo Paredes plantea que existe la discusión sobre dónde se tocó primero, si en Santiago o en La Vega, pero ambos coinciden al señalar que el acordeón llegó al país desde Alemania a la Ciudad Corazón.
Aunque no se ha logado definir a qué pueblo o a quién se le debe el mérito, la realidad es que República Dominicana es marco de referencia cuando se habla de merengue.
Es por eso que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró el merengue y su baile como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en 2016.
Nagua ha contribuido significativamente a este reconocimiento con sus valiosos representantes y sus tradiciones.
Cada año son miles los que visitan sus “Patronales Altagracianas”- realizadas en enero- o la “Semana de Tatico Henríquez”, en el mes de julio, donde a ritmo de distintos géneros musicales, especialmente de merengue, amanecen bailando.
Es justamente por su inagotable espíritu festivo que a este pintoresco pueblo se le acuña la frase “entra si quieres y sal si puedes”.
A su gracia se suma el hecho de contar con cautivadoras áreas turísticas como la Laguna Dudú, la Gran Laguna o Laguna Perucho y un sin número de playas de arena blanca y aguas cristalinas, convirtiéndose en un destino idóneo para disfrutar y conocer.

LIZ REYES/COLABORACIÓNEL PAÍS

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