Generalmente es sabido que
del griego provienen los grandes escritos, pensadores, filósofos y la sabiduría. El modo de vida de aquellos ciudadanos dio
paso a la existencia de gigantes pensadores que contamos por doquier.
Nuestros ancestros
locales, no podrían equipararse, más son la suerte que tenemos por estos lados
del mundo que, aun sin tanto renombre, fueron y son sabios indiscutibles que
forjaron nuestro carácter.
El inicio de nuestra
primera juventud se resistía a oír tanta sabiduría, pero nuestro subconsciente
la asimilaba sin desperdicios, fruto de la repetición constante por parte de
nuestros viejos, ante nuestros errores.
Innegable reconocer que
por momentos nos hastiaba oír y oír lo mismo, pero cuando la vida nos daba un
librazo en la cara "la carga se iba arreglando en el camino"
Es que realmente "más
sabe el diablo por viejo que por diablo", te ponías como "burro
terco", pero en el momento. Ya luego en tu soledad, "tanto da la gotera en la piedra hasta
que hace un hoyo".
Usaban pocas palabras
porque no ignoraban que "el que mucho abarca poco aprieta". La juventud, rebelde al fin se resistía a
entender que “hombre precavido vale por dos" y que "si deja camino
real por... “las cosas pueden no ir bien. Pero pobres de nuestros viejitos
porque "una cosa... el burro y otra el que lo apareja".
Eso sí, ni "tontos ni
perezosos" "el que a buen árbol se arrima, buena sombra le
cobija", cuando nos convenía y era nuestro deseo y placer o queríamos
conseguir algo de ellos "oveja mansa se mama su teta y la ajena" hoy día
ante la inminente necesidad de ser oídos por nuestros hijos, autoridades,
vecinos y raperos, dembouseros y en nuestro implacable afán por cambiar nuestra
realidad y futuro, para el bienestar social y el de nuestros hijos, tenemos que
admitir que jamás debemos decir que "de esta agua no beberé"
Nagua atraviesa uno de sus
momentos más importante de su historia a juzgar porque las personalidades de
hoy, que la conforman no le han dado la espalda y se están ocupando de su
desarrollo. La política está en fase de consolidación porque salimos del oscurantismo
y entramos a la hora de Nagua, tiempo en que el político que no haga su trabajo
va a tener que bajar del palo o no va a poder subir si esta fuera y otra cosa,
se siente el amor al terruño, huele a tierra, huele a cambios.
Por Alfonso Pena Melo
25 pct. 2016
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