Una delegación de unos 27
dominicanos, representantes de los partidos políticos miembro de la organización
participaron como pleno derechos en dicho encuentros.
Entre los partidos
dominicanos miembros de COPPPAL figuran el Partido Revolucionario Dominicana,
Partido de la Liberación Dominicana, Partido de los Trabajadores Dominicanos,
Bloque Institucional Social Demócrata BIS y una delegación de diputados
encabezada por Rafael Méndez, Rubén Maldonado y Catalino Herrera, quienes
conformaron parte de la Comisión Parlamentaria recién creada ente evento.
(Palabras para la apertura
de la XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos
Políticos de América Latina y El Caribe, COPPPAL)
Compañero Fernando Lugo, expresidente de la
República de Paraguay;
Senador Robert Acevedo,
presidente del senado de la República del Paraguay;
Compañero Álvaro Colom,
expresidente de la República de Guatemala;
Compañera Xiomara Castro,
presidenta de COPPPAL Mujeres;
Compañera Ana Aronskind
presidenta de COPPPAL Juvenil;
Compañeros y compañeras
vicepresidentes de la COPPPAL;
Compañeros de la
coordinación general;
Delegados y delegadas;
Apreciados amigos del
cuerpo diplomático y consular acreditado en Paraguay;
Estimados invitados
especiales;
Senadores, Diputados, alcaldes,
amigos de la prensa;
Apreciados compañeros
Ricardo Canesse, responsable del montaje de estas actividades, Guillermo, Diego
Verón y demás dirigentes del Frente Guausú que asumieron junto a la
Coordinación General de la COPPPAL, la organización de esta XXXIV Plenaria
Ordinaria, que bajo el título "Por un modelo político latinoamericano con
justicia social" inauguramos esta mañana, habiendo tenido ayer las
asambleas de los componentes de mujeres y jóvenes de nuestra entidad.
Cuando la Coordinación
General discutía sobre el tema que serviría de título a esta reunión Plenaria,
nos enfocamos, como parecía lógico, en el contexto político por el que
atraviesa América Latina, marcado por una peligrosa tendencia de debilitamiento
del orden institucional y democrático, mediante acciones revestidas de
legitimidad jurídica para desconocer lo que los ciudadanos y ciudadanas
decidieron mediante el voto en las urnas, en procesos diáfanos, participativos
y transparentes.
Avanzar hacia la conquista
del voto, y más tarde del voto universal, fue un recorrido de luchas y
sacrificios que le costaron a los ciudadanos y ciudadanas de nuestra Patria
Grande, cárceles, torturas, exilio, secuestros y muerte. El sacrificio se
coronó con la salida de los regímenes de fuerza; las botas comenzaron a
entender que su rol era proteger la soberanía de nuestros países y garantizar
que se respetara la voluntad de las mayorías.
A partir de entonces,
Latinoamérica comenzó a transitar el camino de la democracia formal. Pero
sectores que no eran favorecidos por el pueblo, echaron manos del fraude
electoral, como mecanismo de resistencia. La lucha entonces se concentró en
promover la transparencia en estos procesos políticos.
Sin embargo, el hecho de
que las elecciones se convirtieran en el único mecanismo para el ascenso al
poder, no garantizaba el establecimiento de democracias con justicia económica,
de democracias con justicia social,
porque el esquema de distribución de las riquezas seguía siendo injusto, pues
unos pocos concentraban las escasas riquezas que producíamos, y las grandes
mayoría debían vivir con el resto de lo que quedaba.
Pero para acentuar la
desgracia de las mayorías, se produjeron acontecimientos que vinieron a
empeorar el injusto modelo distributivo, ya que el colapso de las llamadas
democracias populares, que dejaron sin referente ideológico a las
organizaciones de izquierda y progresistas, que permitieron la unipolaridad que
impuso desregulaciones comerciales, financieras, laborales y contribuyeron con
el debilitamiento de los sindicatos y hasta de muchos movimientos sociales,
profundizaron las desigualdades.
Pero como Juan Bosch, el
autor de "Crisis de la democracia de América en República Dominicana"
y "El Pentagonismo sustituto del imperialismo", repetía con
frecuencia que "no hay nada malo que no tenga algo de bueno, y nada bueno
que no tenga algo de malo", el producto de la unipolaridad, de la ola de
desregulaciones y desmonte del estado de bienestar, en muchos casos, promovidos
por el denominado Consenso de Washington, engendró un espíritu de renovación de
las fuerzas progresistas, que con un discurso adaptado a la coyuntura, conectó
con las fuerzas populares.
La región más desigual del
mundo estaba siendo abatida por la pobreza, una pobreza que deslizaba a
millones de nuestros compatriotas hacia la indigencia, hacia la pobreza
extrema, hacia el drama de la subsistencia, mientras aquellos pocos de los que
hablé se bañaban en la abundancia que les generaba una sociedad desprotegida y
un estado arrinconado por las fuerzas del mercado, vendidas como panacea para
el crecimiento económico.
No dudamos que las fuerzas
del mercado, con sus vicios, produjeran crecimiento económico, pero ese
crecimiento económico no vino acompañado de desarrollo; todo lo contrario. El
mercado pasó a ser el centro de las políticas públicas. La privatización
alcanzó tales grados de deshumanización, que recuerdo a unos de los promotores
de la ley de capitalización individual y la reforma al sistema de salud,
enviados a República Dominicana por el Banco Interamericano de Desarrollo a
impulsar las políticas del Consenso de Washington decir, que “los pacientes en
lo adelante deberemos llamarlos clientes”.
Todos sabemos cómo el
sector financiero echó manos de los ahorros para el retiro. Lo hicieron de la
misma manera que los grupos financieros se apoderaron de la economía mundial
para especular creando burbujas, como la tecnológica en los 90 y la
inmobiliaria en 2008, en los Estados Unidos, en un esquema apartado de la
economía real, que sin embargo, la impactó de manera catastrófica.
Como les decía, el
desastre humano dejado por estas políticas, definidas como neoliberales, se
convirtieron en caldo de cultivo para la reagrupación de las fuerzas
progresistas, que sabiendo interpretar la coyuntura, elaboraron un discurso que
logró conectar con las grandes mayorías, las que asumiéndolo, lo transformaron
en el voto que permitió a las urnas llevar al poder a las formaciones que
pusieron en el centro de sus políticas públicas a la gente, que dieron vuelta
al modelo, colocando a la economía al servicio de los ciudadanos y ciudadanas.
La nueva situación era
inédita. Nunca antes durante la llamada época colombina Latinoamérica disponía
de sus recursos; las oligarquías nacionales debieron comenzar a repartir, las
transnacionales debieron ajustarse a esquemas jurídicos que terminaron, o van
terminando, con la expoliación, lo que
redunda en una distribución más justa de las riquezas.
Latinoamérica, a través de
la defensa de sus riquezas, comenzó a avanzar por su segunda y auténtica
independencia; de patio trasero pasamos a ser el balcón de América, visible,
apreciable, atractiva y vista con mayor respeto por un mundo consciente de
nuestros enormes recursos naturales y las potencialidades de una abundante
población joven que puede convertirse en el motor del crecimiento en una región
conectada desde el río Bravo hasta la Patagonia.
El asunto es, que fuerzas
conservadoras de nuestra región, aliadas a fuerzas transnacionales que están
siendo afectadas ante el freno a sus patológicos impulsos expoliadores,
conspiran. Quieren volver al Estado chico, al Estado indiferente, al Estado cómplice,
al Estado al servicio de sus intereses, pero no cuentan con el apoyo popular,
por lo que han puesto en marcha una urdimbre que tiene como fin llegar al poder
por vías no electorales.
Esta conspiración,
develada o planificada en la ciudad de Atlanta a finales del año 2012 durante
una reunión de expresidentes conservadores de la región, se diseñó para iniciar
con un plan mediático brutal de descrédito contra los presidentes de gobiernos
progresistas y los dirigentes de este tipo de organizaciones con posibilidades
de alcanzar el poder. Luego, lograda la campaña de desprestigio, a la antigua
usanza, se iniciarían procesos judiciales y políticos teniendo como escenario a
las asambleas nacionales y los tribunales de justicia.
Esta conspiración, que he
venido denunciando desde la fecha en que se reveló y que he denominado como El
Plan Atlanta, está evidentemente en marcha. Echar por tierra el inicio de la
construcción del estado de bienestar en nuestra región, es un objetivo de las
oligarquías nacionales; malograr los procesos de integración de nuestra región, es un objetivo de las
fuerzas transnacionales, porque manteniendo dividida a Latinoamérica, tienen
mayores posibilidades de reanudar la expoliación y convertirnos de nuevo en
patio trasero.
Nuestra Conferencia
Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, COPPPAL, nació,
como lo establece su declaración fundacional, para acompañar a nuestra región
en su lucha por la consolidación de la democracia, en la creación de sociedades
con justicia social y económica, en el de la defensa de nuestra soberanía, en
el la defensa de nuestros recursos naturales, en la de preservar nuestra
cultura, en el rechazo a bases militares extranjeras, en contra del
colonialismo, por lo que siempre exigimos la independencia de Puerto Rico y la
soberanía de Argentina sobre las Malvinas.
El abordaje de temas que
van relacionado con lo que he expuesto a lo largo de estas palabras, serán
hechos con sentido crítico y autocrítico durante los eventos que iniciaremos en
breve, los que pretenden ir más allá del diagnóstico al encontrar instrumentos
que servirán para poner en acción a la COPPPAL frente a los desafíos que tiene
nuestra región; en ese sentido, a las comisiones existentes, que se readecuarán
para que respondan a las demandas de la coyuntura, propusimos añadir la de
parlamentarios y de municipalidades o gobiernos locales.
El expresidente paraguayo
y anfitrión, Fernando Lugo, abordará en el tema: “La recuperación de la institucionalidad; ideas democráticas
después del golpe parlamentario”, y el expresidente de Guatemala, compañero
Álvaro Colom, tratará “Aciertos y errores del progresismo en América Latina.
Los parlamentarios verían,
desde la comisión, lo relativo a los procesos de integración y desde esta
plataforma promoverían el acercamiento SUR/SUR en el que converjan el MERCOSUR,
UNASUR, el PACTO ANDINO, el SICA, y sus expresiones parlamentarias: el
Parlamento del Sur, PARLASUR, el Parlamento Andino, PARLANDINO y el Parlamento
Centroamericano, PARLACEN, de modo que busquemos la forma de conjugar esfuerzos
para fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC,
como organización de auténtica representación latinoamericana.
La nueva comisión de
municipalidades, deberá enfocarse en la promoción de la descentralización como
forma de ir construyendos sociedades modernas que se conjuguen con el impulso a
la innovación y el arranque de un modelo que rebase el esquema de nuestras
economías promarizadas.
Solo apostando a una Latinoamérica
moderna e integrada podremos enfrentar con éxito los retos de una globalización
que se afianza y amenaza a los países más débiles que no se refugien en la
integración.
No puedo concluir mis
palabras sin referirme al Instituto de Formación Política Gustavo Carvajal
Moreno, entidad que propusimos crear el pasado mes de mayo en Santo Domingo
porque es una propuesta ambiciosa en la que pretendemos formar a jóvenes, y no
tan jóvenes militantes de nuestros partidos, de forma que conozcan de los temas
que deben dominar los políticos en la sociedad del siglo XXI, marcada por el
conocimiento, la interdependencia, el avance de las tecnologías de la
información y la comunicación, nuevos esquemas de la diplomacia, guerras
tecnológicas y no convencionales; en fin, lo que está definiendo la agenda de
hoy día.
Tampoco quiero concluir
sin referirme a la creación de una plataforma continental de redes que pueda
competir con los grandes medios de comunicación, que aún en la situación de
horizontalización de las informaciones, insisten en imponer una agenda al
margen de los intereses de las mayorías. La COPPPAL trabajará para que las
mayorías tengan un canal para contar sus verdades.
Compañeros y compañeras,
invitados especiales, señoras y señores, con estas palabras, que pretendemos
encuentren terreno fértil para
convertirse en frutos, dejo abiertos los trabajos de esta XXXIV Plenaria
ordinaria de la COPPPAL.
BUENOS DÍAS.
Asunción, Paraguay/Octubre
13 de 2016
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