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Copppal reune a 70 partidos progresistas en Paraguay, con el tema: Por un modelo político latinoamericano con justicia social

viernes, 14 de octubre de 2016

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Con la presencia de más de 70 partidos progresistas de américa latina y el Caribe, se celebró del 12 al 14 de octubre la XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe,(COPPPAL) en Asunción, Paraguay.
Una delegación de unos 27 dominicanos, representantes de los partidos políticos miembro de la organización participaron como pleno derechos en dicho encuentros.
Entre los partidos dominicanos miembros de COPPPAL figuran el Partido Revolucionario Dominicana, Partido de la Liberación Dominicana, Partido de los Trabajadores Dominicanos, Bloque Institucional Social Demócrata BIS y una delegación de diputados encabezada por Rafael Méndez, Rubén Maldonado y Catalino Herrera, quienes conformaron parte de la Comisión Parlamentaria recién creada ente evento.
(Palabras para la apertura de la XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe, COPPPAL)
 Compañero Fernando Lugo, expresidente de la República de Paraguay;
Senador Robert Acevedo, presidente del senado de la República del Paraguay;
Compañero Álvaro Colom, expresidente de la República de Guatemala;
Compañera Xiomara Castro, presidenta de COPPPAL Mujeres;
Compañera Ana Aronskind presidenta de COPPPAL Juvenil;

Compañeros y compañeras vicepresidentes de la COPPPAL;
Compañeros de la coordinación general;
Delegados y delegadas;
Apreciados amigos del cuerpo diplomático y consular acreditado en Paraguay;
Estimados invitados especiales;
Senadores, Diputados, alcaldes, amigos de la prensa;
Apreciados compañeros Ricardo Canesse, responsable del montaje de estas actividades, Guillermo, Diego Verón y demás dirigentes del Frente Guausú que asumieron junto a la Coordinación General de la COPPPAL, la organización de esta XXXIV Plenaria Ordinaria, que bajo el título "Por un modelo político latinoamericano con justicia social" inauguramos esta mañana, habiendo tenido ayer las asambleas de los componentes de mujeres y jóvenes de nuestra entidad.
Cuando la Coordinación General discutía sobre el tema que serviría de título a esta reunión Plenaria, nos enfocamos, como parecía lógico, en el contexto político por el que atraviesa América Latina, marcado por una peligrosa tendencia de debilitamiento del orden institucional y democrático, mediante acciones revestidas de legitimidad jurídica para desconocer lo que los ciudadanos y ciudadanas decidieron mediante el voto en las urnas, en procesos diáfanos, participativos y transparentes.
Avanzar hacia la conquista del voto, y más tarde del voto universal, fue un recorrido de luchas y sacrificios que le costaron a los ciudadanos y ciudadanas de nuestra Patria Grande, cárceles, torturas, exilio, secuestros y muerte. El sacrificio se coronó con la salida de los regímenes de fuerza; las botas comenzaron a entender que su rol era proteger la soberanía de nuestros países y garantizar que se respetara la voluntad de las mayorías.
A partir de entonces, Latinoamérica comenzó a transitar el camino de la democracia formal. Pero sectores que no eran favorecidos por el pueblo, echaron manos del fraude electoral, como mecanismo de resistencia. La lucha entonces se concentró en promover la transparencia en estos procesos políticos.
Sin embargo, el hecho de que las elecciones se convirtieran en el único mecanismo para el ascenso al poder, no garantizaba el establecimiento de democracias con justicia económica, de democracias   con justicia social, porque el esquema de distribución de las riquezas seguía siendo injusto, pues unos pocos concentraban las escasas riquezas que producíamos, y las grandes mayoría debían vivir con el resto de lo que quedaba.
Pero para acentuar la desgracia de las mayorías, se produjeron acontecimientos que vinieron a empeorar el injusto modelo distributivo, ya que el colapso de las llamadas democracias populares, que dejaron sin referente ideológico a las organizaciones de izquierda y progresistas, que permitieron la unipolaridad que impuso desregulaciones comerciales, financieras, laborales y contribuyeron con el debilitamiento de los sindicatos y hasta de muchos movimientos sociales, profundizaron las desigualdades.
Pero como Juan Bosch, el autor de "Crisis de la democracia de América en República Dominicana" y "El Pentagonismo sustituto del imperialismo", repetía con frecuencia que "no hay nada malo que no tenga algo de bueno, y nada bueno que no tenga algo de malo", el producto de la unipolaridad, de la ola de desregulaciones y desmonte del estado de bienestar, en muchos casos, promovidos por el denominado Consenso de Washington, engendró un espíritu de renovación de las fuerzas progresistas, que con un discurso adaptado a la coyuntura, conectó con las fuerzas populares.
La región más desigual del mundo estaba siendo abatida por la pobreza, una pobreza que deslizaba a millones de nuestros compatriotas hacia la indigencia, hacia la pobreza extrema, hacia el drama de la subsistencia, mientras aquellos pocos de los que hablé se bañaban en la abundancia que les generaba una sociedad desprotegida y un estado arrinconado por las fuerzas del mercado, vendidas como panacea para el crecimiento económico.
No dudamos que las fuerzas del mercado, con sus vicios, produjeran crecimiento económico, pero ese crecimiento económico no vino acompañado de desarrollo; todo lo contrario. El mercado pasó a ser el centro de las políticas públicas. La privatización alcanzó tales grados de deshumanización, que recuerdo a unos de los promotores de la ley de capitalización individual y la reforma al sistema de salud, enviados a República Dominicana por el Banco Interamericano de Desarrollo a impulsar las políticas del Consenso de Washington decir, que “los pacientes en lo adelante deberemos llamarlos clientes”.
Todos sabemos cómo el sector financiero echó manos de los ahorros para el retiro. Lo hicieron de la misma manera que los grupos financieros se apoderaron de la economía mundial para especular creando burbujas, como la tecnológica en los 90 y la inmobiliaria en 2008, en los Estados Unidos, en un esquema apartado de la economía real, que sin embargo, la impactó de manera catastrófica.
Como les decía, el desastre humano dejado por estas políticas, definidas como neoliberales, se convirtieron en caldo de cultivo para la reagrupación de las fuerzas progresistas, que sabiendo interpretar la coyuntura, elaboraron un discurso que logró conectar con las grandes mayorías, las que asumiéndolo, lo transformaron en el voto que permitió a las urnas llevar al poder a las formaciones que pusieron en el centro de sus políticas públicas a la gente, que dieron vuelta al modelo, colocando a la economía al servicio de los ciudadanos y ciudadanas.
La nueva situación era inédita. Nunca antes durante la llamada época colombina Latinoamérica disponía de sus recursos; las oligarquías nacionales debieron comenzar a repartir, las transnacionales debieron ajustarse a esquemas jurídicos que terminaron, o van terminando, con la expoliación,  lo que redunda en una distribución más justa de las riquezas.
Latinoamérica, a través de la defensa de sus riquezas, comenzó a avanzar por su segunda y auténtica independencia; de patio trasero pasamos a ser el balcón de América, visible, apreciable, atractiva y vista con mayor respeto por un mundo consciente de nuestros enormes recursos naturales y las potencialidades de una abundante población joven que puede convertirse en el motor del crecimiento en una región conectada desde el río Bravo hasta la Patagonia.
El asunto es, que fuerzas conservadoras de nuestra región, aliadas a fuerzas transnacionales que están siendo afectadas ante el freno a sus patológicos impulsos expoliadores, conspiran. Quieren volver al Estado chico, al Estado indiferente, al Estado cómplice, al Estado al servicio de sus intereses, pero no cuentan con el apoyo popular, por lo que han puesto en marcha una urdimbre que tiene como fin llegar al poder por vías no electorales.
Esta conspiración, develada o planificada en la ciudad de Atlanta a finales del año 2012 durante una reunión de expresidentes conservadores de la región, se diseñó para iniciar con un plan mediático brutal de descrédito contra los presidentes de gobiernos progresistas y los dirigentes de este tipo de organizaciones con posibilidades de alcanzar el poder. Luego, lograda la campaña de desprestigio, a la antigua usanza, se iniciarían procesos judiciales y políticos teniendo como escenario a las asambleas nacionales y los tribunales de justicia.
Esta conspiración, que he venido denunciando desde la fecha en que se reveló y que he denominado como El Plan Atlanta, está evidentemente en marcha. Echar por tierra el inicio de la construcción del estado de bienestar en nuestra región, es un objetivo de las oligarquías nacionales; malograr los procesos de integración  de nuestra región, es un objetivo de las fuerzas transnacionales, porque manteniendo dividida a Latinoamérica, tienen mayores posibilidades de reanudar la expoliación y convertirnos de nuevo en patio trasero.
Nuestra Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, COPPPAL, nació, como lo establece su declaración fundacional, para acompañar a nuestra región en su lucha por la consolidación de la democracia, en la creación de sociedades con justicia social y económica, en el de la defensa de nuestra soberanía, en el la defensa de nuestros recursos naturales, en la de preservar nuestra cultura, en el rechazo a bases militares extranjeras, en contra del colonialismo, por lo que siempre exigimos la independencia de Puerto Rico y la soberanía de Argentina sobre las Malvinas.
El abordaje de temas que van relacionado con lo que he expuesto a lo largo de estas palabras, serán hechos con sentido crítico y autocrítico durante los eventos que iniciaremos en breve, los que pretenden ir más allá del diagnóstico al encontrar instrumentos que servirán para poner en acción a la COPPPAL frente a los desafíos que tiene nuestra región; en ese sentido, a las comisiones existentes, que se readecuarán para que respondan a las demandas de la coyuntura, propusimos añadir la de parlamentarios y de municipalidades o gobiernos locales.
El expresidente paraguayo y anfitrión, Fernando Lugo, abordará en el tema: “La recuperación  de la institucionalidad; ideas democráticas después del golpe parlamentario”, y el expresidente de Guatemala, compañero Álvaro Colom, tratará “Aciertos y errores del progresismo en América Latina.
Los parlamentarios verían, desde la comisión, lo relativo a los procesos de integración y desde esta plataforma promoverían el acercamiento SUR/SUR en el que converjan el MERCOSUR, UNASUR, el PACTO ANDINO, el SICA, y sus expresiones parlamentarias: el Parlamento del Sur, PARLASUR, el Parlamento Andino, PARLANDINO y el Parlamento Centroamericano, PARLACEN, de modo que busquemos la forma de conjugar esfuerzos para fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, como organización de auténtica representación latinoamericana.
La nueva comisión de municipalidades, deberá enfocarse en la promoción de la descentralización como forma de ir construyendos sociedades modernas que se conjuguen con el impulso a la innovación y el arranque de un modelo que rebase el esquema de nuestras economías promarizadas.
Solo apostando a una Latinoamérica moderna e integrada podremos enfrentar con éxito los retos de una globalización que se afianza y amenaza a los países más débiles que no se refugien en la integración.
No puedo concluir mis palabras sin referirme al Instituto de Formación Política Gustavo Carvajal Moreno, entidad que propusimos crear el pasado mes de mayo en Santo Domingo porque es una propuesta ambiciosa en la que pretendemos formar a jóvenes, y no tan jóvenes militantes de nuestros partidos, de forma que conozcan de los temas que deben dominar los políticos en la sociedad del siglo XXI, marcada por el conocimiento, la interdependencia, el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, nuevos esquemas de la diplomacia, guerras tecnológicas y no convencionales; en fin, lo que está definiendo la agenda de hoy día.
Tampoco quiero concluir sin referirme a la creación de una plataforma continental de redes que pueda competir con los grandes medios de comunicación, que aún en la situación de horizontalización de las informaciones, insisten en imponer una agenda al margen de los intereses de las mayorías. La COPPPAL trabajará para que las mayorías tengan un canal para contar sus verdades.
Compañeros y compañeras, invitados especiales, señoras y señores, con estas palabras, que pretendemos encuentren terreno fértil  para convertirse en frutos, dejo abiertos los trabajos de esta XXXIV Plenaria ordinaria de la COPPPAL.
BUENOS DÍAS. 
Asunción, Paraguay/Octubre 13 de 2016





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