Por
Juan Bolívar Díaz. 13 de marzo de 2016
El debilitamiento de los
mecanismos democráticos sume en profunda crisis el partidarismo político y se
espera una lluvia de impugnaciones hasta por las regidurías al cierre del plazo
para inscribir candidaturas el próximo miércoles 16
El proceso de alianzas y
elección de candidaturas para las elecciones generales de mayo ha dejado al
descubierto el deterioro de los mecanismos y la institucionalidad democrática
de los partidos predominantes, con un balance de tres muertos y varios heridos
en un festival de arrebatos y de enorme inversión económica hasta por las
regidurías.
La negativa de los
partidos dominantes a actualizar la legislación electoral y las normativas para
garantizar mecanismos democráticos ha generado un mercado donde las ambiciones
y el poder del dinero han ridiculizado los organismos internos, por lo que se
espera una lluvia de impugnaciones al cierre del registro de candidaturas el
miércoles 16.
La
tragedia del viernes
Mateo
Aquino Febrillet, cuando era rector de la UASD, en la despedida fúnebre de un
maestro de la academia
El asesinato del exrector
de la Universidad Autónoma de Santo Domingo Mateo Aquino Febrillet, candidato a
senador de San Cristóbal por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), ocurrida
el viernes tras mediar en una confrontación entre dos aspirantes a diputados,
es una trágica muestra del retroceso de los mecanismos democráticos y del
pandillerismo político que se ha
impuesto en los partidos.
Por las circunstancias que
rodean el caso, por la personalidad de la víctima, un académico apacible que
apenas subía la voz, y por el involucramiento del principal dirigente de la
poderosa Federación Nacional de Transporte Dominicano (FENATRADO), el
acontecimiento tiene gran relevancia y
sacude el partidarismo político. Es significativo que involucra a dos aliados
electorales del PRM que se disputaban,
para seguidores suyos, una candidatura a regidor por el municipio de
Cambita, según ha trascendido.
Aquino Febrillet es la
tercera persona que muere en las luchas por las candidaturas, ya que a mediados
de diciembre dos militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)
fueron muertos en Santiago y Barahona por compañeros de partido durante una
jornada de votación para candidatos a regidores y directores municipales, y de
algunos para diputados y alcaldías.
Esa violencia retrotrae
las luchas políticas a décadas, con el agravante de que ahora ocurre entre los
propios compañeros de partido y aliados desaforados por la falta de mecanismos
internos para arbitrar las ambiciones, por la debilidad de las normativas, la parcialidad
de los órganos judiciales y electorales, así como por la impunidad que rige los
delitos electorales.
Lloverán
impugnaciones
Los partidos llegan al
límite, el miércoles 16 para inscribir a más de 4 mil 100 candidatos para
presidente y vicepresidente de la República, senadores y diputados, alcaldes y
regidores municipales y directores de
distritos municipales. Los mayoritarios con múltiples disensiones internas y lo
alternativos sin haber podido completar sus listas por falta de recursos y escasa
militancia.
Las comisiones electorales
del PRM y el PLD fueron sobrepasadas por las ambiciones desaforadas de los precandidatos, y tanto la
exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, como el exsecretario general del PLD
Lidio Cadet, que las presidían, terminaron casi declarándose impotentes para
resolver muchos conflictos. Las mercantiles negociaciones de alianzas agravó la
situación, relegando los mecanismos democráticos de elección en el mejor de los
casos a encuestas, lo que pone en jaque las estructuras orgánicas de los
partidos. En múltiples casos las decisiones finales han ido a parar a las
comisiones políticas y hasta a los mismos candidatos presidenciales.
En privado, el candidato
presidencial del PRM Luis Abinader ha deplorado una situación que le causa
agobio y le distrae la atención de su campaña por la presidencia de la
República. Los conflictos por candidaturas se han concentrado en los mayores
municipios, como el Distrito Nacional, Santo Domingo Este y Norte, Santiago,
San Cristóbal y La Vega y en algunos casos han generado instancias judiciales.
La comisión electoral del PLD habría recibido cientos de impugnaciones, muchas
de las cuales no pudo dilucidar, remitiendo las decisiones al Comité Político.
En ambos partidos se teme una lluvia de impugnaciones tras el registro de
candidaturas. En el PRM puede ser peor, porque no cuenta con los recursos del poder estatal para dar “compensaciones a
los perdedores”.
Degeneración
desde 2010
El proceso degenerativo de
la democracia interna en los partidos se inició en las anteriores elecciones
congresuales y municipales, en el 2010, incentivado porque la reforma
constitucional de ese año le extendió el período de cuatro a seis años. En los
comicios del 2002 y 2006 casi todas las candidaturas legislativas y municipales
fueron escogidas por elección primaria observadas por Participación Ciudadana.
Para el 2010, ya
instaurado los “barrilitos y cofrecitos” que fortalecen el clientelismo
político, fueron repostulados y reelectos casi todos, el 84 por ciento de los
senadores (27 de los 32), el 74 por ciento de los diputados (131 de 178) y el
58 por ciento de los alcaldes (90 de 155. Trece partidos se aliaron al PLD y 7
con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Otros cuatro partidos llevaron
candidaturas. En el PRD y el PLD hubo convenciones para elegir, pero una gran
proporción fueron señalados de dedo por las cúpulas dirigenciales. En el tercer
partido, el Reformista Social Cristiano todos los candidatos fueron fruto de
“acuerdos de aposentos”.
La quiebra de la
democracia interna de los partidos
incrementó el transfuguismo, creó una casta de candidatos y multiplicó
las impugnaciones. Al cierre de las inscripciones de candidaturas se produjeron decenas de recursos ante la
entonces Cámara Contenciosa de la JCE, que no daba abasto. Conoció 24 recursos
de amparo antes del cierre y más de 50 posteriormente. El PRD terminó postulando a 13 peledeístas y
reformistas para diputados y a dos para
senadores. El PLD postuló a 3 perredeístas, incluyendo a figuras relevantes
como Rafael Calderón que ganaría por Azua, mientras el PRD se quedaba con la
alcaldía de Santiago con el peledeísta Gilberto Serulle.
Ahora
repostulación total
Para las próximas
elecciones se impuso la repostulación total en casi todos los casos al margen
de los procedimientos democráticos. Todo comenzó en mayo pasado con la
perversión del Congreso Nacional, cuando más de la mitad de los legisladores
del PLD y los bloques completos del PRD y el PRSC fueron “persuadidos” para
votar una reforma constitucional que permitiera la repostulación del presidente
Danilo Medina.
Entre otras compensaciones
se acordó la “reelección total” de senadores y diputados y se produjo la
insólita alianza que llevó al partido más votado en las presidenciales del
2012, el PRD, a la cola del de gobierno, sin que se haya precisado a cambio de
qué, ya que no tienen ni un senador y el voto preferencial no permite
garantizar curules de diputados a los aliados. Para colmo, en los grandes
municipios controlados por el PRD, como Santo Domingo Norte y Santiago, los
peledeístas no hay repostulación. En principio se incluyó al PRSC en un triple
e histórico pacto, pero cuando no les dieron suficientes cargos, se aliaron al
PRM y ahora van contra la reelección presidencial que facilitaron.
En el PLD miles de
dirigentes y militantes que durante años invirtieron millones de pesos
promoviéndose para senadores, diputados y alcaldes se vieron frustrados, lo que
ha generado crisis en provincias y municipios, agravada por la exacerbación de
la lucha entre los seguidores del presidente Medina y el expresidente Leonel
Fernández, que debilita las estructuras partidarias. A muchos de ellos ha
habido que compensarles devolviéndole lo invertido, en efectivo y a través de
compras y contrataciones gubernamentales.
Los
responsables de la crisis
Son las cúpulas
dirigentes, que incluyen los legisladores, los responsables del nivel de
precariedad de la democracia, por no haber auspiciado la adecuación a la
Constitución de la obsoleta Ley Electoral que data de 1997, ni la ley de
partidos consensuada múltiples veces desde 1998. El presidente Medina firmó un
compromiso de aprobarla tan pronto asaran las elecciones del 2012. El PRD
tampoco la aprobó cuando tuvo mayoría en el Congreso entre 1998 y 2006, y hoy
paga con su descalabro de.
En los proyectos de ley de
partido consensuados, en principio se establecía que el 90 por ciento de las
postulaciones debían ser por elección primaria, luego se elevó al 15, y hasta el 25 que ahora sería un lujo. Esta
vez los partidos tradicionales se opusieron hasta a la redistribución de una
decena de diputados en orden al crecimiento demográfico y quieren que la cuota femenina del 33 por
ciento de las postulaciones no sea por circunscripción, sino del total, para
mayor poder de los dirigentes hombres.
Mientras tanto la casta de
candidatos financiados durante más de diez con el dinero público, ha encarecido
el costo de las elecciones, determinando que muchos ciudadanos honorables
desistan de buscar candidaturas, dificultando el relevo en los propios partidos
y en los alternativos, y haciendo predominar el dinero, la corrupción y el
pandillerismo.-
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