Rhea Wessel/BBC
Capital
Mac Macdonald, consultor y profesor de ejecutivos de
Seattle, Estados Unidos, nunca olvidará la metida de pata que cometió una vez
en el escenario. Es probable que la audiencia que lo escuchaba ese día tampoco
lo haya olvidado.
Macdonald acababa de empezar su carrera y estaba
impartiendo un seminario a unos trabajadores en Los Ángeles. Llevaba un
micrófono enganchado a su corbata y hablaba al público desde cerca.
"Estaba hablando de objetivos y me hice un lío",
recuerda.
En vez de decirles que se centraran en sus objetivos
primero, como era su intención, Macdonald acabó hablando al público de pedos
(las palabras "primero" y "pedo" se parecen bastante en
inglés).
McDonald intentó obviar su error, pero la situación
empeoró cuando una mujer sentada en las filas delanteras empezó a hablar con
otra que llevaba un audífono.
El chisme se propagó rápido, gracias al micrófono que
llevaba el ponente, que estaba muy cerca.
"¿Has escuchado eso? Quiere que nos tiremos un pedo.
¿Cómo va eso a ayudarnos en nuestros objetivos?", recuerda que dijo la
mujer a otro miembro del público.
Es perfectamente posible aprender a hablar con más
confianza y persuasión ante una audiencia.
También puedes aparecer más auténtico o más humilde y
aprender a utilizar metáforas apropiadas, explican los expertos en discursos.
Conviene no olvidar, ahora que mucha gente utiliza
teléfonos inteligentes, que cualquier paso en falso puede quedar inmortalizado
en internet. Esto hace que hablar con solidez sea más importante que nunca.
BBC Capital explica algunos de los pecados más comunes y
cómo evitarlos.
Falta de
autenticidad
Hay una charla en el canal de TED en internet que tiene
1,2 millones de visitas. Muestra a una mujer que habla sobre cómo la sociedad
convierte en objetos a personas con discapacidades y explica por qué ella no
quiere ser inspiración de nadie sólo por su discapacidad.
En este caso, el público no tuvo razones para dudar de la
importancia que el tema tenía para la conferenciante, ya que ella misma era
discapacitada e iba en silla de ruedas.
Una audiencia atenta está siempre alerta contra los
impostores. Por eso, para llamar la atención es necesario que el conferenciante
esté de verdad interesado en el tema de su charla y sepa transmitir al público
por qué es importante, según explica el consultor Andreas Franken.
Si el público no entiende cuál es la relación que tiene el
conferenciante con el tema o percibe la presencia de un ego desmesurado,
empezará a preguntarse cuál es la verdadera motivación del ponente.
"Un conferenciante que parece forzado, que ha pulido
mucho su estilo, aparecerá de forma poco natural, porque los gestos son algo
muy personal", dice Franken.
Vanidad
No hay nada que se perciba como más vanidoso y egocéntrico
que no conocer a tu público o dirigirte a él de manera poco apropiada.
Si el que habla se dirige por teleconferencia a una
audiencia que está en varios países del mundo, mejor no decir "buenos
días", porque para algunos no será la mañana, argumenta Joan Detz, autor
del libro "Cómo escribir y dar una charla".
Judy Gould, consultora basada en Francia, recuerda un
conferenciante estadounidense de una prestigiosa universidad que no logró que
sus ideas fueran aceptadas porque estaba demasiado alejado de la mentalidad
europea.
"Todos sus ejemplos eran sobre políticos
estadounidenses que se habían visto envueltos en escándalos sexuales. Muchos
entre el público no conocíamos a las personas de las que hablaba y, además, a
los europeos no les preocupan los escándalos sexuales", dice Gould.
Metáforas poco
apropiadas
Cuando Chris Parry, que había sido soldado en la Armada
Real británica, aceptó un trabajo en un organismo educativo del Reino Unido, su
anterior profesión se colaba en su lenguaje cuando intentaba defender reformas
educativas.
Parry se dio cuenta pronto de que las metáforas militares
no llegaban a los educadores. Poco después de un discurso en 2008, cambió de
trabajo.
El pecado de Parry
fue utilizar metáforas poco adecuadas.
El lingüista Jonathan Charteris-Black explica que las
metáforas funcionan a nivel del subconsciente para ayudar a las personas a
controlar sentimientos de incertidumbre originados por situaciones de cambio.
Todo lo que digas podrá ser usado en tu contra...
multiplicado por el "factor internet".
Pero utilizar una
metáfora mal elegida puede causar estragos.
Las posibilidades de equivocarse son elevadas: los
conferenciantes suelen emplear muchas metáforas, dice Simon Lancaster, escritor
de discursos establecido en Londres y escritor de un libro sobre el tema.
Si Parry hubiera mirado hacia la naturaleza y hubiera
hablado de "vientos de cambio" o "brotes verdes" en sus
charlas, quizás hubiera llegado más lejos.
Un discurso exitoso se reduce a seducir a la audiencia
hacia tu propio modo de pensar a través de tu presencia, tu energía, tu actitud
y tu elección de las palabras
En los negocios, las metáforas suelen evocar viajes. En
política son comunes las metáforas religiosas y morales, como la que utilizaba
el ex presidente estadounidense George W. Bush al hablar del "eje del
mal".
La clave, dice Lancaster, es utilizar metáforas que son
fácilmente comprensibles para el público. "Si no se entiende, puede ser
una catástrofe, un choque metafórico", dice.
En el mundo de la medicina, los gestores suelen hablar de
"acelerar" las reformas, por ejemplo, mientras que los médicos suelen
utilizar metáforas de guerra, como "luchar contra el cáncer".
Un discurso exitoso se reduce a seducir a la audiencia hacia
tu propio modo de pensar a través de tu presencia, tu energía, tu actitud y tu
elección de las palabras.
"Un buen conferenciante no impone su visión",
dice Lancaster. "Lo que hace es hilar la propuesta entre las ideas
preconcebidas del público para que la audiencia acabe pensando que las ideas
son suyas".
Cómo escribir tu
propio discurso
Consejos para escribir tus propios discursos brillantes
sin cometer ninguno de los tres pecados capitales, según Simon Lancaster.
***Empieza con una historia original emocionante.
***Organiza tu argumento con un flujo original.
***Utiliza buenos ritmos sonoros, con rimas y contrastes.
***Memoriza la charla lo mejor que puedas.
***Practica, pero sin pasarte.
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