Por Rafael Chaljub
Mejía. 24 de octubre de 2014 –
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a María Díaz.
Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su
canto.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Rafael Chaljub Mejía,
denunció que en el programa de televisión El Show del Mediodía se despreció al
merengue típico y se maltrató a una de las importantes representantes de ese
género, María Díaz.
En una comunicación en que pide la atención de Augusto
Guerrero, Chaljub Mejía reclama un desagravio para la joven acordeonista y
merenguera.
“Algunos de los productores empezaron a maltratar el
merengue típico, apocándolo, restándole valor en los términos más
desconsiderados, sin reparar ni mucho menos que estaban ante una de sus más
destacadas intérpretes y que de esa forma también la injuriaban y la
maltrataban a ella”, expresó Chaljub Mejía.
“Aquello fue de muy mal gusto y desdice demasiado del
concepto con que al país le consta, fue concebido el Show del Mediodía bajo la
rectoría de don Augusto Guerrero”, precisa.
A continuación la
comunicación de Rafael Chaljub Mejía:
A la atención de
Augusto Guerrero y en desagravio a María Díaz
Hace varios días la acordeonista María Diaz fue invitada
al Show del Mediodía y en plena actuación, ante la pasividad cómplice del
director del programa y sus colaboradores, algunos de los productores empezaron
a maltratar el merengue típico, apocándolo, restándole valor en los términos
más desconsiderados, sin reparar ni mucho menos que estaban ante una de sus más
destacadas intérpretes y que de esa forma también la injuriaban y la
maltrataban a ella. Aquello fue de muy mal gusto y desdice demasiado del concepto
con que al país le consta, fue concebido el Show del Mediodía bajo la rectoría
de don Augusto Guerrero.
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a María Díaz.
Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su
canto
Por eso no culpo a don Augusto, autor de una verdadera
hazaña al mantener ese espacio durante décadas. Pero sí me permito decirle, en
los términos más amistosos, que no
olvide su obligación de preservar la corrección de su programa, sin permitir
que se aleje del tono alegre y divertido, pero sobrio, en que supieron
mantenerlo personalidades como Freddy Beras Goico y Yaqui Núñez del Risco,
entre otros. Humor y puro relajo y grosería son cosas muy distintas.
Confío en que don Augusto ponderará lo que le digo, por la
conciencia que yo se que él tiene de su compromiso y porque sabe que las mías
son las opiniones de un amigo.
Por demás, el merengue típico está ahí, siempre ha sido
blanco de los más violentos atropellos, pero el pueblo lo hizo suyo y aunque
aparezcan los que traten de menospreciarlo, mantiene su vigencia desde hace más
siglo y medio y no sé que valor tiene el que por en uno de los más prestigiosos
programas de la televisión, se dediquen ataques a ese aspecto de nuestra
identidad y nuestra cultura.
Vaya de paso mi solidaridad y mi desagravio a María Díaz.
Como su amigo y compueblano, como su admirador y seguidor de su música y su
canto.
Ella no merecía ese ultraje y no sé por qué invitar a una
persona a un programa, en este caso a María Díaz, y en ese mismo programa
tratar de atropellarla y humillarla, de irrespetarla como mujer, como la dama
elegante y exquisita que ella ha sido, como la artista consagrada y decente y
como la representante musical de la dominicanidad que ella ha sabido ser, desde
niña cuando aprendió a coger el acordeón en las manos, sentada en las piernas y
acomodada al regazo de su padre Pablo Díaz y al cuidado de su hermano y también
acordeonista Adolfo Díaz, allá en la comarca de El Guayabo, de Nagua.
Me consta el efecto que
todo esto le ha causado a la Reina, pero ella debe sentirse desagraviada
y acompañada por el afecto de sus admiradores, por el respaldo de sus
compañeros de arte y el cariño bien ganado del público que siempre le ha
seguido.
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