Durante 12 años y por encuentros, Danny Rivera grabó una
serie de boleros clásicos, acompañado por su amigo y tresista Nelson González,
sin pretensiones de convertirlos en un trabajo discográfico. Simplemente se
reunían a disfrutar la magia suscitada entre la amistad genuina de más de dos
décadas y la música que les nacía del alma.
Cuando repasaron lo grabado, llamaron amigos músicos que
contribuyeron a lo que se convirtió en el disco ‘Obsesión’, con 11 boleros
rejuvenecidos del cancionero latinoamericano, entre ellos ‘Obsesión’ (de Pedro
Flores), ‘Usted’ (Gabriel Ruiz), ‘Ausencia’ (Rafael Hernández) y ‘El reloj’
(Roberto Cantoral).
“Teníamos en mente hacer música y pasarla bien. Vimos que
tenía diferente energía a otras cosas que habíamos hecho y decidimos hacer el
disco. Este disco es una manera de cómo se manifiesta la amistad en la música,
cómo provee unas circunstancias espirituales entre músicos para que un arte,
que ya es tan reconocido y escuchado, de momento rejuvenezca”, comentó Danny.
En alusión al título del CD, sí vive obsesionado pero “en
un término desde lo positivo; obsesionado de vivir y de poderse encontrar a uno
mismo dentro de esta cosa que vivimos”.
Con este trabajo regresa al inicio de su carrera cuando
comenzó a interpretar boleros “en total libertad. Es un disco bien minimalista,
con pequeñas cosas se hacen grandes proyectos”. Al momento de interpretar los
temas, se siente protagonista de cada uno.
“El bolero te crea una identidad de quién eres, cómo y de
dónde. Esa novela de todos los días se refleja a través del bolero y somos eso:
obsesivos con el amor, la pasión y los encuentros entre hombre y mujer. Todas
esas historias vuelves a cantarlas como si las hubiese vivido ayer o en el
momento”, expresó.
Acto seguido, añadió “no solamente es cantarlas, es saber
de dónde viene este género, tener admiración por los primeros en interpretarlo
y de eso agarrar algo y crear lo tuyo”. Este es admirador de Lucho Gatica,
Daniel Santos, José Luis Moneró y Olga Guillot, entre otros.
Precisamente, para crear un sonido distinto de estos
clásicos utilizaron músicos de jazz que le impartieron un poco la cadencia del
blues y el jazz.
“Los músicos de jazz tienen una capacidad interpretativa y
de improvisación infinita. Menos es más, esto es una cosa sencilla que se hace
grande porque desde la amistad nos encontramos a interpretar el bolero”.
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