Los vendedores de caballos del siglo XIX no eran
particularmente confiables así que los compradores experimentados a menudo
chequeaban la boca del animal.
Si los dientes se veían largos significaba que sus encías
se habían retraído, lo que indicaba que podría ser más viejo de lo que se
decía.
¿Es igual con los seres humanos?
La recesión gingival, como se le conoce formalmente, es
más común entre los ancianos.
Un estudio hecho en Estados Unidos de casi 10.000 personas
encontró que el 38% de quienes tenían entre 30 y 39 años de edad sufrían en
algún grado esta condición, comparado con un 71% del grupo de 50 a 59 años y 90% entre los
de 80 y 90 años.
Sin embargo, eso no significa que envejecer sea la causa.
Se trata de un largo proceso que puede empezar en la
adolescencia y puede dispararse por factores diversos.
Herencia e higiene
En algunos casos, no hay nada que la gente pueda hacer
para reducir las posibilidades de desarrollar la condición.
Hay personas que heredan encías delgadas y frágiles que se
retraen más fácilmente.
Otros tienen dientes que están apretados o salidos, lo que
implica que no hay suficiente espacio en la mandíbula para cubrir la raíz del
diente.
La higiene dental también juega un papel importante.
Sobre nuestros dientes se forma constantemente la placa,
que es una película de bacterias.
Si uno no evita que se acumule cepillándose y usando el
hilo dental, la placa puede causar enfermedad periodontal.
Si no se cura, una complicación posible es la destrucción
del hueso que rodea al diente y el tejido de la encía en el que se asienta.
A medida que el tejido se retracta, queda expuesta la raíz
del diente, lo que hace que parezca más largo.
Cepillarse bien
Los dentistas subrayan la importancia de cepillarse.
Importa además la manera en la que nos cepillamos los
dientes.
Si uno lo hace con movimientos laterales con un cepillo
duro, existe el problema de ir desgastando gradualmente la encía.
Es por eso que los dentistas tienden a aconsejar que uno
se cepille haciendo pequeños círculos con un cepillo suave o usar un cepillo
eléctrico para evitar que presiones mucho.
El daño se acumula con el tiempo, haciendo que las encías
se retracten imperceptiblemente, hasta que un día uno se mira al espejo y se da
cuenta de que ha cambiado.
Como esta transformación puede tomar décadas, mucha gente
asume que es parte del proceso natural de envejecer.
Examinando a los que saben
La investigación sobre la recesión gingival a menudo
depende de preguntarle a la gente qué cepillo de dientes utiliza, los
movimientos que hace y cuánta presión pone.
Hay quienes argumentan que debido a la falta de estudios
controlados, no hay evidencia definitiva de que cepillarse con fuerza hace más
que causar abrasiones temporales, pero muchos dentistas si consideran que
existe un vínculo.
La condición es más común entre los fumadores.
Con tantos factores diferentes involucrados, es difícil
hacer estudios controlados.
Muchos son transversales, es decir que describen un
momento.
A los participantes les examinan los dientes y les piden
que describan sus hábitos de limpieza.
Pero un estudio intrigante hecho en España no examinó al
público en general sino a un grupo de gente que debía saberlo todo:
odontólogos.
Sus dientes y sus hábitos dentales fueron explorados en el
año final de sus estudios profesionales y también diez años después.
Sorpresivamente, el 7,5% de los dentistas admitieron que
sólo se cepillaban los dientes una vez al día.
Una década más tarde, la proporción de recesión gingival
era la misma, pero entre aquellos con la condición, un promedio de 6,5 dientes
estaban afectados, comparados con 5,1. Así que en un grupo con más
probabilidades de mantener un buen régimen de higiene dental, el paso del
tiempo hizo que las encías progresivamente empeoraran pero no incrementó la
cantidad afectada.
No sólo por vanidad
Vale la pena tomar en serio esta condición y no sólo por
razones cosméticas.
La raíz de los dientes no está protegida con esmalte de la
misma manera que la corona, de manera que cuando está expuesta es sensible y
más propensa al deterioro.
Así que si quiere comprar un caballo, posiblemente sea
bueno que le mire los dientes.
Pero envejecer no causa la retracción de las encías:
sencillamente, el daño se acumula y se hace más obvio con el tiempo.
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