Por: Freddy E. Núñez M.
A partir de la llegada del Lic. Danilo Medina a la
dirección del gobierno, hemos visto una notoria diferencia en el manejo de los
asuntos del estado, se han dinamizado muchas áreas del mismo y se respira un
aire diferente en cuanto a las repuestas que el ejecutivo da a las demandas de
la población, independientemente de la filiación política, de la posición
social o económica, esa es una verdad que a pesar de todos los “peros” que se
puedan emitir es innegable.
Uno de los sectores en donde más se ha sentido esta
situación es el sector agua, representado por las instituciones que trabajan el
preciado líquido, como son entre otras, el Instituto de Acueductos y
Alcantarillados, INAPA, con su Director Ejecutivo a la cabeza Ingeniero Alberto
Holguín, quien está desarrollando un programa de construcción y adecuación de
acueductos por todo el país de una magnitud impresionante, también la
Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo, CAASD con el
Arquitecto Alejandro Montas como su director ejecutivo, y la mayor de todas el
Instituto Dominicano de Recursos Hidráulico, INDRHI, con el Ingeniero Olgo
Fernández al frente de la misma.
La dinámica observada y la disposición a darle solución a
los problemas que se heredaron y que se van sucediendo en la operación de
dichas instituciones en muy notoria, pero en este escrito queremos destacar lo
que está sucediendo en el INDRHI y sus áreas de responsabilidad, que dicho sea
de paso es la institución del sector
agua que más interactúa y tiene más interoperabilidad con otras instituciones,
entre las cuales podemos citar el sector energía, por lo de la generación
hidroeléctrica, la agropecuaria, por lo vital que es el recurso agua para la
misma, la salud, el medio ambiente y hasta la seguridad nacional, pues ya hemos
visto lo que puede suceder por una mala operación del embalse de una presa, en
caso de que nos azote un fenómeno natural capaz de causar un desastre
importante.
Pero lo que debemos destacar de la actual gestión del Ing.
Olgo Fernández al frente del INDRHI, es la forma en que en tan corto tiempo se
han puesto en operación importantes sistemas de riegos del país, que se
encontraban fuera de servicio o en operación mínima solo por falta de
mantenimiento, la integración y participación entusiasta de los productores y
miembros de las comunidades; a las Juntas de Regantes, cuyo fortalecimiento es
innegable en la actual gestión del INDRHI, el mantenimiento de grandes sistemas
hidráulicos de gran importancia para la agricultura y el control de crecidas extraordinarias de
los ríos en varias provincias del país, así como la preparación y sometimiento
de los grandes proyectos hidráulicos, y la correcta continuación de los
encontrados en ejecución.
La actual gestión de Olgo Fernández, se deja sentir en
todos los rincones del país, en el este, el sur, el norte, la región
fronteriza, la línea y en donde sea
necesaria la construcción y el mantenimiento de canales, presas, sistemas de
electrobombas, diques, drenajes, bermas, sifones y otras infraestructuras
hidráulica de apoyo a la producción agropecuaria nacional, la generación
eléctrica y el consumo humano.
Sin embargo, y a pesar de todo lo antes dicho el sistema
de obras más grande y auténticamente revolucionario que está llevando a cabo el
INDRHI, es el “Plan de Desarrollo de la Cuenca del rio Yaque del Sur:
Proyecto Múltiple Montegrande,
Rehabilitación de la Presa de Sabana Yegua, y el Proyecto Azua II- Pueblo
Viejo, un conjunto de obras interrelacionadas, que se han comenzado a ejecutar
en la región más olvidada y pobre del país, la región sur.
Es imposible en el espacio que dan estas líneas plasmar la
totalidad de particularidades y características, así como los beneficios que
dejaran estas obras a la gente de la región por lo que destacaremos solo las
más importantes, como es el hecho que estas obras regularan el 56% de la cuenca
sur del Yaque del Sur que no está regulado actualmente, es decir unos 2,700
Km2, aportando regadío para más de 200,000 mil tareas que no están en
producción ahora mismo.
El proyecto Azua II-Pueblo Viejo, mejorara la eficiencia
de riego, duplicando el área de tierra actualmente con la misma cantidad de
agua, proporcionando riego a 71,500
tareas más, beneficiando a comunidades como Estebanía, Las Charcas, Pueblo
Viejo, Los Tramojos que en la actualidad no tienen sistemas de riego, con obras
como la construcción de lagunas de regulación y almacenamiento, construcción y
reconstrucción de canales laterales, aumentando considerablemente la capacidad
de distribución de agua, mejorando el nivel de vida a unos de 9,152 usuarios
del riego y a sus familiares.
La presa de Montegrande, aportara agua para acueductos por
unos 2 metros
cúbicos por segundo, siempre por gravedad, e irrigara
unas 18,943
hectáreas adicionales a las 25,160 existentes, a las
cuales mejorara su operación, esta presa aportara también unos 68.6
Megawatts/hora anualmente, con sus 7.83 Mw de capacidad instalada, pero también
controlara las inundaciones en la parte baja del Yaque del Sur, ya que el área
regulada pasara de 48% al 80%, siendo esta la parte más importante de todo el
sistema, por lo que representa para la conservación de vidas, propiedades y
evitar las grandes pérdidas económicas en la producción agrícola, seriamente
afectada cada vez que nos azota un fenómeno meteorológico, pues se habilitaran
y construirán canales de desvío y aliviaderos en Canoa, Jaquimeyes, Palo Alto y
otras comunidades altamente afectadas por las crecidas del rio Yaque del Sur,
la adecuación del Caño Lucas para aliviadero de la laguna de Cabral,
rehabilitación y protección del canal Cristóbal, la reconstrucción del sistema original de
compuertas del caño Trujillo, lo cual regulara los flujos de caudales hacia el
Lago Enriquillo, eliminando una de las causas que aportan a su conflictivo
aumento de nivel.
En definitiva, lo que está ocurriendo con el agua en el
país y el manejo que le está dando el INDRHI en esta gestión gubernamental
encabezada por el Ing. Olgo Fernández, es sencillamente revolucionario, los
datos son contundentes, pero también se siente
en el aumento de la oferta de productos agrícolas, que ya comienzan
hacer presencia en el mercado nacional y en el nivel de conformidad que
manifiestan los productores y agentes que interactúan con la institución en las
operaciones de las diferentes infraestructuras hidráulicas de la nación,
también en las operaciones de generación eléctrica de las presas, y de la
disponibilidad de agua para los acueductos que se surten de los sistemas que
maneja la institución, sin dudas una silenciosa revolución.
El autor es Politólogo
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