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EDUCACIÓN BASADA EN COMPETENCIAS

lunes, 1 de julio de 2013

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com
Por Maria Alt. Mercedes De la Rosa. M.A
En el mundo actual hay dos términos que están a la sazón de todos y los dos son de suma importancia “Competencias Y Tecnología”. En esta ocasión veremos algunos aspectos sobre las competencias a nivel educativo.
Una educación basada en competencias busca responder al mundo laboral, quien exige cada vez más un egresado que domine las áreas principales del trabajo que realiza y para el cual fue contratado. Las universidades buscan capacitar un estudiante que cuando llegue a la realidad del trabajo sea capaz de realizar bien su tarea. Los centros educativos, en sus diferentes niveles, por su parte, buscan desarrollar en los alumnos aquellas competencias humanas, intelectuales y físicas que les preparan para su ingreso en el nivel superior. Educación basada en competencias hace referencia a todas aquellas acciones educativas que buscan desarrollar todas las capacidades del alumno, que es al mismo tiempo asegurar la calidad académica. No se trata de competir, sino de desarrollar y mostrar en hecho, de lo que se es capaz como persona y como profesional.
Sin embargo dicho modelo presenta sus dificultades frente a una educación humanística integral, pues el objetivo de desarrollar las competencias profesionales, podría olvidar las capacidades de la persona como un ser humano, no un autómata  repetidor de procesos. Según la UNESCO, toda educación debe capacitar para aprender a ser y a convivir. Estos valores son necesarios e imprescindibles en todo proceso educativo, el objetivo es desarrollar las competencias del ser y del saber convivir.
El ser hace referencia directa a la persona, pues solo el hombre es capaz de tomar conciencia y hacer conciencia de si mismo. Y por naturaleza, por su ser persona, el hombre es capaz de convivir en armonía consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios.

Pero nos preguntamos: ¿Cual espacio deja al desarrollo de los valores una educación basada en competencias? ¿Es posible una educación en valores en el mundo competitivo?
Un currículo basado en competencias se hace responsable de responder a las necesidades laborables como a los de la ciudadanía, en este último aspecto, se hace responsable de unos resultados que vayan acorde al deseo innato de la persona de vivir en armonía en un planeta habitable, por lo tanto se trata de buscar un profesional que sea bueno para el mercado laboral pero responsable de sus actos sociales. El concepto ciudadanía en un currículo basado en competencias es un respaldo al miedo pedagógico humanista de caer en la tecnocracia o una formación puramente profesionalista.
El currículo basado en competencias verifica los logros de la educación basándose en observaciones del desarrollo conceptual, procedimental y actitudinal, ya que  el estudiante deberá demostrar su capacidad de conceptualizar lo aprendido, llevarlo a cabo por medio de un proceso y mostrar una actitud frente a lo producido.
Los defensores de una educación profesionalizante tendrían sus dudas frente a la afirmación de una evaluación de los logros del aprendizaje actitudinal, sin embargo para los humanistas está claro que el aprendizaje actitudinal, si bien no es medible visiblemente, éste es captable por medio a las sensaciones que tocan lo visible, esto es, lo actitudinal se vive y se deja ver por medio a la actuación social de la persona.
Ahora bien, si entendemos que para cada aprendizaje se necesita la utilización de estrategias de aprendizaje para la adquisión de un saber determinado, entiendo que una estrategia de aprendizaje consiste en “actividades u operaciones mentales empleadas para facilitar la adquisión de conocimientos” (Beltran, J., Procesos, estrategias y técnicas de aprendizaje, Madrid: Síntesis  1993),  cuáles son las actividades utilizadas para adquirir las competencias en el grado del ser?. En primer lugar hay que decir que la persona humana es en sí un ser pensante, no puede existir si no es pensando, por lo tanto, todo su ser se convierte en una continua operación mental que va formando en ella las categorías propias del ser, de tal modo, que toda su existencia está basada en un proceso de aprender a vivir, sentir y actuar en interacción con otros. Los recursos de aprendizaje de las competencias del ser se encuentran en el ser mismo, y no hay que salir a buscarlo fuera del ser. Si se olvida esta dimensión del ser, se estaría actuando en contra del mismo ser y el resultado a medir, no se correspondería al producto esperado, pues se obtendría una persona despersonalizada, fuera de si misma, e incapaz de interactuar con otros.
Para lograr estudiantes con marcadas competencias en el orden del ser, es necesario conocer no sólo las estrategias cognitivas, sino sobre todo, dar importancia a las estrategias motivacionales (conf. Pozo J.I.; Monegro, C. El aprendizaje estratégico: enseñar a aprender desde el currículo, Madrid: Santillana 1999), dado que en el mundo marcado por el mercantilismo, las grandes decisiones se toman, no por el grado de conocimiento que se tanga sobre las mismas, sino por el grado emocional encerradas en ellas. Esto último es bien manejado por el mundo del marketing, explotan lo emocional dejando a un lado lo cognitivo.


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