AARÓN SEQUEIRA/La
Nación
Si bien es usual que no todos los diputados conozcan en
detalle el contenido de los proyectos de ley que votan en el plenario
legislativo, esa práctica, ayer, les pasó la factura o por lo menos los hizo
vivir un rato de zozobra.
Una modificación para establecer las uniones civiles “sin
discriminación”, incluida en la reforma a la Ley General de la Persona Joven ,
generó la sospecha de que supuestamente se podrían permitir las uniones
homosexuales, según anunció José María Villalta, del Frente Amplio (FA).
Ese supuesto portillo generó caos entre diputados
conservadores y enervó a más de uno. Algunos, como Justo Orozco, de Renovación
Costarricense, y Manrique Oviedo, de Acción Ciudadana, pidieron de inmediato
que la presidenta de la República, Laura Chinchilla, vete la reforma aprobada
el lunes en segundo debate.
La modificación, incluida por Villalta, plantea para la
persona joven, “el derecho al reconocimiento, sin discriminación contraria a la
dignidad humana, de los efectos sociales y patrimoniales de las uniones de
hecho”.
Esa redacción es casi idéntica al artículo 242 del Código
de Familia, salvo que este último habla de uniones entre hombre y mujer.
Orozco y Oviedo cambiaron de criterio más tarde, luego de
la agitación que hubo entre ellos y otros diputados contrarios a las uniones
homosexuales, y los promotores de la interpretación legal a la ley de la
persona joven.
Interpretaciones de legisladores con más criterio jurídico
y de asesores parlamentarios consultados, tranquilizaron los ánimos entre los
diputados.
Ayer, hubo zozobra entre algunos diputados, quienes
sospecharon que habían creado un portillo para la aprobación de las uniones
homosexuales. Con el paso del tiempo, varios criterios jurídicos los
tranquilizaron. | MAYELA LÓPEZ
Interpretación polémica. Según la interpretación de
Villalta, introducir la frase “sin discriminación contraria a la dignidad
humana” en la Ley General de la Persona Joven modifica el artículo 242 del
Código de Familia, que establece la unión de hecho solamente entre el hombre y
la mujer.
Jorge Rojas, del Partido Liberación Nacional (PLN) y proponente
del proyecto de ley, negó que el portillo exista. “El Código de Familia es
claro en qué puede ser el matrimonio y qué no”, añadió.
Para el diputado evangélico Justo Orozco, el Código de
Familia no se puede cambiar con interpretaciones. “Dos o tres diputados quieren
agarrar el rábano por la raíz, pero es absurdo”, dijo Orozco.
En cuanto a la posibilidad de permitir las uniones gais,
Orozco fue tajante, y ubicó la homosexualidad al nivel del alcoholismo y el
tabaquismo, bajo el criterio de que puede “curarse”.
En el plenario de la Asamblea, además, Orozco reiteró que
no se les deben dar derechos a las personas que no merecen esos derechos.
Las razones de Manrique Oviedo para oponerse a lo que
podría ser el matrimonio homosexual, es que esa figura “etimológicamente se
refiere al resguardo de la prole” y que no se pueden equiparar dos figuras
diversas.
“Algunos pensamos que esto abre el camino para el
reconocimiento, aunado a los votos que ha sacado la Sala (IV) en que se demanda
al Legislativo a avanzar en el reconocimiento de las personas no
heterosexuales”, expuso Carmen Muñoz, jefa de fracción del PAC.
Danilo Cubero, jefe del Movimiento Libertario, apoyó que
se reconozcan los derechos gais, pero calificó la modificación hecha por
Villalta como “pésima técnica legislativa”.
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