El Nuevo Diario/Editorial
El equipo de la República Dominicana ha tenido un gran
triunfo al coronarse campeones en el Clásico Mundial de Béisbol de manera
invicta.
Es un triunfo que reivindica nuestra calidad reconocida a
nivel internacional en la pelota, la que con la política conforman nuestras dos
grandes pasiones.
Este equipo jugó con pasión y entrega. Cada uno de los
integrantes mostró el interés de hacer su mejor papel en este escenario
mundial, el que ha permitido que muchos países sin tradición beisbolera estén
siendo parte de este evento, que este año parece haber tomado un esplendor muy
excitante.
Naciones como Italia, España y Holanda han conformado sus
equipos con peloteros nacionalizados, y en el caso de los holandeses, han hecho un excelente papel, con jugadores
de las islas caribeñas bajo su control.
Es un evento que va cobrando fuerza y que ojalá dure, pues
no sólo sirve para que los países presenten a sus mejores equipos, si no para
promover el béisbol a nivel universal, así como está sucediendo con disciplinas
como el futbol, el tenis, el golf, entre otras, que han venido ganando terreno
en todo el mundo. En nuestro caso es, además, una excelente vía para promover
la marca país en un mundo globalizado.
Cabe destacar en esta gran victoria el papel de dirección
de este equipo que resultó extraordinariamente superior en todos los planos.
La combinación de Tony Peña y Moisés Alou resultó mortal
para sus adversarios en este Clásico Mundial de Béisbol de este año 2013. Hubo
disciplina, entrega y coraje en todo momento, además con un gran entusiasmo.
Nuestras felicitaciones a todos, y al presidente de la
Federación Dominicana de Béisbol, Héctor –Tito- Pereyra, por esta gran
victoria.
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