El golpe de Estado
fallido que comandó en 1992 supuso su primer gran triunfo
MAYE PRIMERA Miami
La primera aparición de Hugo Chávez en televisión ocurrió
en la mañana del 4 de febrero de 1992, cuando llamó a la rendición de los
oficiales que le acompañaron en la intentona golpista que él comandó, esa misma
madrugada, contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. “Compañeros,
lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados
en la ciudad capital. […] Oigan mi palabra, oigan al comandante Chávez, que les
lanza este mensaje para que por favor reflexionen y depongan las armas. […] Yo,
ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento
militar bolivariano”, les dijo. El comandante Chávez no logró tomar el Palacio
de Gobierno de Miraflores, en Caracas, mientras sus compañeros sí controlaban
las guarniciones militares más importantes del país. Pero Chávez dijo “por
ahora” y esas palabras, transmitidas a través de todas las televisoras del
país, convirtieron la derrota militar que daba al traste con décadas de
conspiración, en su primera victoria política.
Hugo Rafael Chávez Frías (Sabaneta de Barinas, 28 de julio
de 1954) se apuntó a la Academia Militar en agosto de 1971, persuadido por la
idea de que así podría dejar su pueblo natal e irse a la capital, Caracas,
donde se esforzaría por captar la atención de un cazador de talentos de la liga
americana de beisbol. Él quería ser lanzador. Y lo fue: en el anuario su
promoción, la primera de Licenciados en Ciencias y Artes Militares de
Venezuela, se le recuerda como el zurdo Furia, “el mejor lanzador” del Ejército
y “excelente primera base”. A la par de su carrera deportiva y militar, bajo la
tutela de su hermano Adán, comenzó a vincularse con movimientos políticos de
izquierda y a tejer conspiraciones para desbancar al sistema de bipartidista y
hacerse del poder. Dos de sus sueños se habían hecho realidad cuando pudo
lanzar la primera bola de un partido en el antiguo Shea Stadium de los Mets de
Nueva York, seis meses después de convertirse en Presidente de Venezuela. Ese
día lanzó y se quedó en el terreno de juego un rato más de lo pautado,
saludando a la multitud.
Chávez ganó sus primeras elecciones el 6 de diciembre de
1998 con 56,44% de los votos y como candidato del Movimiento V República (MVR).
Entonces, de acuerdo con las encuestas, dos tercios de los venezolanos no
creían en los partidos políticos como institución y a ellos, les propuso
refundar el Estado y acabar con las corruptelas. Una vez en la Presidencia, su
primer decreto consistió en la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente. Durante el primer año de su Gobierno contó con el consenso de las
clases medias y pobres, de grupos empresariales, de la mayoría de los partidos
políticos de izquierda, de los medios de comunicación.
La Constitución redactada por esta asamblea y aprobada en
1999 estableció, en otras reformas, el cambio de nombre de la república, la
creación del Poder Moral y del Poder Electoral, la garantía de vivienda y
trabajo para todos los venezolanos, la prolongación del periodo presidencial de
cinco a seis años y la obligación de que todos los poderes fuesen relegitimados
en los meses siguientes. En las elecciones por la relegitimación, el 30 de
julio de 2000, Chávez fue electo por segunda vez presidente con el 59,76%. Su
partido también obtuvo mayoría en el Parlamento y esta mayoría eligió, a su
vez, a los integrantes de los tres poderes restantes: el Judicial, el Moral y
el Electoral.
Lo que de antemano molestaba a la oposición del carácter
de Chávez y de su forma de gobernar, se hizo intolerable entre los años 2000 y
2002: sus constantes alocuciones en “cadena nacional” de radio y televisión,
vestido de uniforme militar; sus decisiones sorpresivas, unilaterales; la
descalificación de quienes le adversaban. En diciembre de 2001, el presidente
decretó un conjunto de 49 leyes que aumentaban el poder del Estado, investido
como estaba con poderes legislativos especiales, a través de una Ley
Habilitante que aprobó la mayoría oficialista en el Parlamento. El 7 de abril
de 2002, despidió por televisión, en directo, a toda la alta gerencia de la
estatal Petróleos de Venezuela, que explota y comercializa el crudo con el que
se financia más del 60% del presupuesto del país. Todo esto generó un primer
cisma entre las filas del chavismo. El país se dividió entonces en dos polos,
hasta ahora irreconciliables, y lo que siguió fue un largo periodo de protestas
en las calles.
El 11 de abril de 2002, miles de
venezolanos marcharon hacia el Palacio de Miraflores para pedir la renuncia del
Presidente. Hubo muertos y heridos. La jornada terminó en un golpe de Estado
que derrocó a Chávez por 48 horas, ejecutado por el alto mando militar y la
cúpula empresarial del país. El día 13, un grupo de oficiales leales al
Gobierno rescataron al presidente de la isla donde fue llevado detenido por los
golpistas.
En diciembre de ese mismo año, las federaciones de empresarios
y trabajadores del país convocaron a una huelga general, a la que se sumó buena
parte de la nómina de Pdsva. El país estuvo paralizado durante varios meses:
cerraron las escuelas, había escasez de alimentos y de combustibles, y los
buques que transportaban el petróleo venezolano quedaron atracados en altamar.
Poco a poco, el Gobierno logró tomar el control de la
situación y a partir de entonces, Chávez quedó persuadido de la necesidad de
controlar todos los “sectores estratégicos” de la nación: la industria
petrolera, la producción y comercialización de los alimentos, las
telecomunicaciones, los servicios públicos. El golpe de Estado de 2002 como la
huelga general le otorgaron la oportunidad de vaciar de opositores tanto a la
Fuerza Armada Nacional como a Pdvsa, la empresa que mueve la economía local. En
2003, amenazado por la convocatoria de un referendo revocatorio en su contra,
creó las “misiones bolivarianas” Barrio Adentro, Robinson, Sucre: un conjunto
de programas sociales dedicados a la atención primaria en salud y a la
educación de los más pobres, que desde entonces se convirtieron en bandera de
su Gobierno. Cuando llegó el día del referendo, en agosto de 2004, Chávez
volvió a arrasar, con el 59,10% de los votos.
Al tiempo que Chávez consolidaba su poder político
interno, el país experimentó un boom petrolero comparable al de la década de
los setenta del siglo XX, un periodo recordado como el de la “Venezuela saudí”,
cuando Carlos Andrés Pérez estaba en su primer Gobierno. Entre los años 2005 y 2008,
el barril de crudo venezolano llegó a cotizarse en más de 124 dólares. El
dinero del petróleo permitió mantener un gasto público sostenido y contribuyó a
aceitar el liderazgo personal de Hugo Chávez en América Latina. Desde entonces,
independientemente de cómo se cotice el producto en el mercado mundial,
Venezuela vende petróleo a los países amigos a un precio fijo de 40 dólares por
barril, pagadero a plazos, con un 1% de interés; y a los países de la región
hostiles a su política, con excepción de Estados Unidos, ha llegado a cortarles
el suministro.
Con el transcurso de los años, Hugo Chávez fue alargando
el plazo para abandonar la presidencia de Venezuela. “Ustedes ya saben, yo me
voy en el 2021” ,
dijo cuando fue electo para un primer periodo de cinco años, y luego fue
postergando aún más la fecha: “…hasta el 2031” , “…hasta el 2049” , “…hasta que Dios me dé
vida”. En febrero de 2009, Chávez promovió una enmienda a la Constitución, que
fue aprobada en referendo popular y estableció, entre otras reformas, la
reelección presidencial indefinida. Esto le permitió presentarse a las
elecciones del 7 de octubre de 2012, que ganó con el 55,07% de los votos, con
la expectativa de gobernar hasta el año 2019 y completar un periodo de 20 años
consecutivos en el poder.
Solo la enfermedad logró trastocar sus planes. En junio de
2011, el presidente-comandante fue diagnosticado de cáncer y sometido, desde
entonces, a cuatro cirugías y a meses de quimio y radioterapias. Mientras duró
su convalecencia, se negó a revelar los detalles de su enfermedad y a delegar
plenamente su poder. Solo cuando creyó inminente su muerte, encargó
temporalmente del Gobierno a su vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, y
le pidió “de corazón” a sus seguidores que lo eligieran presidente en caso de
que él ya no pudiera llevar las riendas de la revolución.
Hugo Rafael Chávez Frías era el segundo de seis hermanos,
hijo de los maestros de escuela Hugo de los Reyes Chávez y Elena Frías y padre
de Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo Alejandro y Rosinés. Todos le
sobreviven.
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