El presidente venezolano, Hugo Chávez, falleció este
martes en Caracas a las 4.25 de la tarde, según ha anunciado oficialmente el
vicepresidente Nicolás Maduro. Maduro ha dado la información rodeado de
ministros del gabinete en una cadena de Radio y TV transmitida desde el
vestíbulo del Hospital Militar de Caracas, donde se hallaba ingresado el
presidente desde el 18 de febrero. Según el testimonio del vicepresidente, él y
los miembros del alto comando político-militar, que se habían reunido por la
mañana, acudieron al centro asistencial en busca del parte médico
correspondiente. En compañía de las hijas del presidente, fallecido a los 58
años, han recibido la información sobre su deceso. Maduro ha pedido calma, paz
y respeto. Que no haya odios, sino que predomine “el único sentimiento que
anidó en el corazón del comandante Chávez, el amor”, ha solicitado.
Maduro también ha informado de que ha ordenado el
despliegue inmediato de las fuerzas militares y policiales para “proteger la
paz del pueblo venezolano”.
La Constitución
prevé que al morir le suceda Diosdado Cabello
hasta las elecciones
Al momento de su muerte, Chávez contaba con 58 años de
edad. Desde que le fue detectado un tumor, en junio de 2011, durante una de sus
visitas a La Habana, el caudillo bolivariano que gobernaba Venezuela desde 1999
fue operado cuatro veces, que se sepa, pero al final el cáncer fue más fuerte
que él. Chávez se sometió a tratamientos con radio y quimioterapia. aunque la
mayor parte de la asistencia médica recibida fue mantenida en secreto. En todo
este tiempo incluso se negó a revelar qué tipo de cáncer padecía y qué órganos
de su cuerpo habían sido afectados por la enfermedad.
Con la muerte de Chávez, desaparece uno de los políticos
más influyentes y polémicos de América Latina de las últimas dos décadas.
Además, deja en el aire el futuro del movimiento populista creado en torno a su
figura, con el reto de llenar un vacío inmenso. Chávez ganó las elecciones
presidenciales el pasado 7 de octubre, en una campaña en la que dosificó sus
apariciones. Debía jurar su cargo el pasado 10 de enero, pero ante la
imposibilidad física de hacerlo el Tribunal Supremo del país permitió que
ejerciera de presidente ausente. Ni siquiera tras su regreso a Caracas, el
pasado 18 de febrero, estuvo en condiciones de cumplir el trámite
constitucional.
Antes de partir a La Habana para operarse por última vez,
el pasado 10 de diciembre, Chávez trató de dejar la situación bajo control en
Venezuela y designó como sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, un chavista
de primera hora, dirigente sindical, diputado desde 1999, ex presidente del
Parlamento y ex ministro de Exteriores, quien demostró su lealtad a Chávez
hasta el último momento. “Si algo ocurriera, que me inhabilitara de alguna
manera, Nicolás Maduro no solo debe concluir el periodo, como manda la
Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable,
absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones
presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido
desde mi corazón”, dijo Chávez en televisión en tono solemne, antes de
desaparecer para el público durante más de dos meses.
Su voz no volvió a
escucharse desde que viajó a Cuba el 10 de diciembre
Nadie volvió a verlo hasta que el 16 de febrero el
Gobierno venezolano hizo públicas tres fotografías en las que se le veía en el
hospital, sonriente con sus hijas y un ejemplar del diario Granma como fe de
vida. Después, el secreto envolvió de nuevo al presidente al regresar a
Caracas. El Gobierno ha defendido una y otra vez que Chávez, hospitalizado y
blindado, se encontraba con dificultades pero en vías de recuperación, y ha
justificado el silencio del presidente en las secuelas que le provocaba tener
que respirar por una cánula. La ocultación había disparado el nerviosismo en
Venezuela en las últimas semanas.
La Constitución venezolana prevé que ahora debe asumir
provisionalmente el mando del país el presidente del Parlamento, Diosdado
Cabello, hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Cabello estuvo ausente
durante el anuncio del fallecimiento de Chávez, pues su propia madre murió el
pasado domingo.
El desvelo de Chávez fue que su ausencia no pusiera en
riesgo la estabilidad del régimen. “En cualquier circunstancia, debemos
garantizar la marcha victoriosa de la revolución bolivariana, construyendo la
democracia nueva, la vía venezolana al socialismo”, dejó dicho a los suyos.
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