Por Johnny Arrendel/MERENGALA
Una teoría que podría explicar la actitud aparentemente
alegre y desfachatada con que Marta Heredia asumió su arresto por tráfico de
drogas, es que al parecer extrañaba ser foco de atención.
La mayoría de la gente que enfrenta casos escabrosos
frente a la Ley trata de ocultar la cara y rehúye la exposición ante las
cámaras fotográficas y de video, hasta en los casos de personas cuya imagen es
conocida con amplitud.
Pero cualquiera diría que Heredia se sintió tan a gusto al
verse apuntada por cámaras convencionales, de aficionados, de celulares y de
prensa, que no solo sonrío y desafiante
miró las lentes, sino que posó y realizó señales, entre ellas la “V” de
la victoria.
En 2009, Marta Heredia logró concitar la atención de casi
toda República Dominicana e incluso de algún margen del público de otros
países, al dominar el concurso Latino American Idol.
Incluso, su presencia en el Congreso Nacional, como
invitada del gobierno fue resaltada en el discurso de Rendición de Cuentas del
entonces Presidente ante la Reunión Conjunta de las Cámaras Legislativas.
Antes, fue recibida como heroína, ya que el dominicano
medio tiene tendencia a exacerbar con facilidad su sentido nacionalista en los
casos de criollos que levantan la bandera tricolor en escenarios deportivos o
artísticos del extranjero, y la causa de Heredia en Latinoamrican Idol fue
asumida como asunto crucial de la Patria.
Junto a Roy Tavaré, con quien grabó un tema
musical con indirectas a Vakeró, que no se ha lanzado.
Miles de dominicanos destinaron parte de sus excedentes de
ingresos a comprar tarjetas de llamadas para solventar el triunfo de Marta
mediante mini mensajes que costaban 22 pesos mas impuestos cada uno, a favor de
la organización del certamen.
Luego, un lío con Milagros Germán, quien le había apoyado
a través de su programa de televisión y luego ella le abandonó para irse con
Cesarito Suárez y encabezar un elenco que llenó el Palacio de los Deportes, en
un show para el que ni siquiera tenia repertorio.
A partir de entonces, el mal manejo del concepto Marta
Heredia y su difícil temperamento le llevaron a romper con los manejadores que
sucesivamente tomaron su imagen y a caer en un letargo que le dejó relegada y
en un plano secundario frente a la impactante presencia de su marido Vakeró.
Otros incidentes mellaron aún más su carrera natimuerta,
como la tragedia de cuando atropelló a un muchacho haitiano y huyó de la
escena, además de que cuando fue apresada y procesada no mostró un
arrepentimiento convincente.
En los últimos tiempos, se especulaba que la acción de
meter preso a su esposo Vakeró formaba parte de una plataforma de relanzamiento de la cantante, y se le veía
altiva cuando acudía escoltada al Palacio de Justicia a las audiencias.
Igualmente, al parecer Marta estaba muy entusiasmada
porque su celular sonaba con insistencia para comunicarle el interés de
distintos productores de programas de televisión en llevarla como invitada.
Para coronar el proceso que la coloca nuevamente en la
cresta de la ola, Marta Heredia pasó a ser desde anoche el foco principal de
las noticias y cotilleos en los medios de comunicación y las redes sociales.
Tal vez por eso, al retrotraerse al 2009, cuando se vio en
la cúspide, donde no pudo sostenerse, Marta Heredia sonreía a todo el que la
fotografiaba, como si se sintiera en su mejor momento.
Posiblemente, al amanecer de su primera noche en prisión,
Heredia comenzó a sopesar su verdadera realidad. En las últimas horas se
informó que por presentar fiebre elevada seria llevada desde la celda a un
centro médico, el muy común “síndrome
Vivian Lubrano”.
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