Valeria Perrazo/BBC
Mundo a Las Vegas
Es la cita de honor de la música de raíces
latinoamericanas que busca colarse por los oídos y ganar mercados en Estados
Unidos: los premios Grammy Latinos, que se entregan este jueves, dejan cada año
una lista de ganadores para quienes, posiblemente, la carrera ya no sea la
misma con la estatuilla en mano.
Los galardones, que otorga por votación la Academia Latina
de Grabación, sirven en muchos casos para disparar la trayectoria de grupos
recién salidos del sur del continente. En otros, premian la consistencia de
artistas grandes o ya legitimados por las audiencias.
Hay de todo en las 47 categorías que reconocen material
grabado tanto en español como en portugués y que, en 2012, tienen al dominicano
Juan Luis Guerra como favorito, con seis opciones a premio, seguido del dúo
mexicano Jesse & Joy, con cinco.
Los ganadores se darán a conocer el jueves, en una
ceremonia en la ciudad de Las Vegas. Entre tanto, ¿cómo se sienten quienes
pueden ser premiados?
BBC Mundo se lo preguntó a dos candidatos: el rockero
español Enrique Bunbury, que nunca ha sido galardonado con un Grammy pese a su
prolífica carrera, y los colombianos de ChocQuibTown, más nuevos en la escena
internacional pero con un gramófono dorado en su haber.
No se pierda la cobertura de los Grammy Latinos desde Las
Vegas a través de la cuenta de Twitter bbc_perasso.
Bunbury y un videoclip de película
Primero fue el
disco:
"Licenciado Cantinas", una selección de 15 temas homenaje al
cancionero latinoamericano, personal y caprichosa, un paseo virtuoso y con
escalas desde Agustín Lara hasta Willie Colón. El responsable: Enrique Bunbury,
figura clave en la escena del rock español, exvocalista de los recordados
Héroes del Silencio y solista de múltiples proyectos desde 1997.
Luego, el álbum se volvió videoclip, pero no uno
cualquiera: un mediometraje de casi 26 minutos que teje canciones y narra
sucesos por playas y desiertos, selvas y escenarios. "Licenciado Cantinas:
The Movie" -dirigido por Alexis Morante y producido por Sergio Abuja y
Tamara Arias- le ha valido a Bunbury una nominación al Grammy Latino.
Un premio que, pese a que lleva rodando desde los
tempranos años 80, le ha sido hasta ahora esquivo.
"Me siento muy honrado de que se haya considerado una
obra de estas características para el premio. Independientemente de que lo
ganemos o no, hemos hecho un trabajo duro y me gustaría que ese Grammy se lo
llevara el director del documental porque sé que le haría mucha ilusión y a mí,
por lo tanto, me haría doble ilusión".
¿Se reciben distinto
las nominaciones y los premios cuando uno tiene ya una trayectoria larga
encima?
Sí, la verdad que cuando era más joven me importaban menos
los premios. En realidad, tú sabes que no hay que hacer las obras pensando en la
recompensa sino por el placer de hacerlas y así las hago yo, pero le doy el
justo valor a un Latin Grammy. Es uno de los premios más importantes que puede
tener un músico latinoamericano. Y como sé valorar las cosas, sería bueno
ganarlo ahora.
¿Por qué eligió
hacer un videoclip de formato largo, que es un desafío distinto al de
simplemente hacer uno que acompañe a una canción?
De alguna forma lo que quise fue romper algunas barreras
que nos autoimponemos a la hora de crear un acompañamiento visual a nuestra
obra musical. Mi reflexión es que el público ha dejado de tener a la TV como
medio de acceso a los videos. Ahora es internet, y eso significa que no hay un
programador de un canal al que haya que convencer de que el formato funciona o
encaja en el canon que ellos han establecido.
Eres totalmente libre de hacer lo que te dé la gana y ya
sólo depende de que al 'televidente' le interese. No hay intermediarios entre
mi público y yo.
Eso nos hace replantearnos el formato del videoclip. ¿Cómo
podemos acompañar visualmente un álbum? Para empezar, no tiene que ser con una
única canción. No tiene que ser con tomas de cámara estándar, podemos
introducir tomas largas, diálogos, el género de documental… lo que uno quiera.
Y eso es "Licenciado Cantinas: The Movie", un intento de buscar de
buscar un lenguaje más abierto para el videoclip.
¿Y qué desafíos
trajo esa decisión para la producción?
Aparte de los desafíos climatológicos de siempre, el
principal fue el desafío narrativo. Queríamos contar una historia, y contarla a
través de una serie de canciones que son de distintos países, de distintos
géneros, de gente que nunca pretendió contar una historia con los demás ni
nada. La principal dificultad fue lograr esa narración.
De algún modo tiene sentido para un disco que es un viaje
por géneros y voces diversas…
Sí, yo siempre pensé en (el álbum) "Licenciado
Cantinas" como un homenaje a todos esos autores y a esa música tradicional
latinoamericana maravillosa. Canciones que me llegaron en algunos casos a
través de mis padres y abuelos, otras que escuché en cantinas de toda
Latinoamérica.
Es de alguna manera un agradecimiento y, a la vez, es mi
visión como músico de rock que ha roto la frontera de los prejuicios, una
declaración contra muchos "roquistas" fundamentalistas que consideran
que hay lugares a los que se puede ir y lugares a los que no.
Yo soy de los que piensa que puedo visitar a todas las
músicas cuando quiera, son todas mis parientes, más lejanos o más cercanos.
¿Cree que hay algo
en la tradición autoral latinoamericana que la hace radicalmente distinta a la
de países angloparlantes?
Para mí el folclore latinoamericano es igual de
interesante que el norteamericano, con el góspel, el blues, el country. Me
gusta escuchar a Atahualpa Yupanqui tanto como a Robert Johnson, veo
similitudes armónicas entre la ranchera y el country, hallo temáticas similares
en los textos… En suma, creo que el sentir de los pueblos es parecido y tenemos
más cosas que nos unen que las que nos separan.
En su disco hay una recorrida por géneros musicales que
tienen distinta proyección internacional: no es lo mismo la fama del tango que
la más modesta carrera que ha tenido el vals peruano, por ejemplo. ¿Sintió la
responsabilidad de darle voz a ciertos géneros menos conocidos?
Sí, siento una pasión sin límite hacia el vals peruano, de
hecho, y considero que es una música armónicamente muy rica, con esa raíz negra
y esa polirritmia, con una poética equiparable al tango. Y sí que creo que está
menos considerada que el tango o el son. Aunque ahora se está haciendo en Perú
una labor de rescate interesante, intentando grabar a los músicos ancianos que
todavía están tocando, para que no se pierda. Es una de esas músicas que
debería tener un boom internacional.
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