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Retrato radial de un Hipólito Mejía Domínguez del pasado, una marca gastada

lunes, 24 de septiembre de 2012

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


“Las marcas se gastan, los expertos en mercadeo lo saben, la marca Hipólito Mejía, se nos gasta, se nos diluye en este momento de la historia del país”
Orlando J. Rodríguez/Especial para Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-El último Hipólito Mejía, el público, se produjo en la Emisora la Z101, el pasado 21 de septiembre.
Esta intervención fue importante en la medida en que retrató de nuevo las debilidades del ex candidato del Partido Revolucionario Dominicano para remontar el actual momento de la historia política en la República Dominicana.

Revela, además, que quienes habíamos pensado, en la desesperación colectiva por cerrarle el paso al PLD en el poder, que Hipólito Mejía era la persona indicada, estábamos totalmente equivocados.
El teatro de las agallas y el "no me hacen coca" duró hasta el 22 de mayo, cuando caen telones y máscaras de un juego tras bambalinas que aún se mantiene, a espaldas de las mayorías que le apoyaron.
Las marcas, Armani, Ferrari, etc, con el tiempo se ponen de moda, entran en un time fashion, como lo llamarían los expertos de estas fruslerías.
Entre opiniones y bromas, de un estilo personal que no siempre deja claro lo que un político piensa y que, al mismo tiempo, le permite escabullirse de los temas peliagudos mientras sus acompañantes, como comparsa, ríen a carcajadas, Hipólito Mejía confesó  -mientras de modo desalmado llamaba a dar un boche de estado a PROCONSUMIDOR- que él comía salami, que le gustaba el Don Pedro y, que justo en ese momento, acababa de comerlo (“un pedazo grande”).
Entonces, cuando se pida un emparedado, un sandwich, habrá que pedir un Hipólito, pero con mucho Salami, por favor. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Las marcas se gastan, los expertos en mercadeo lo saben, la marca Hipólito Mejía, se nos gasta, se nos diluye en este momento de la historia del país.
Más adelante, veremos la razón argumentada de esta afirmación.
Un líder político no sólo es lo que dice, sino lo que hace, porque al final las palabras o los pensamientos son meras razones que se tienen que concretar en acciones.
Esa dialéctica para un posible juicio a las consideraciones de un político son básicas y dolorosas, especialmente en un país volátil, donde al final tenemos que convencernos de que si no hay oposición sólida al PLD es porque también existe un espacio invisible, que no controlamos donde ambos, tanto Miguel Vargas, como Hipólito Mejía, algún punto de encuentro deben tener con el nuevo gobierno. Es así, aunque no sea de nuestro agrado, aunque no salgamos de nuestro asombro.
Uno se pregunta, por ejemplo: ¿Le era tan difícil a Hipólito Mejía denunciar que el Gobierno que encabeza Danilo Medina está nombrando en su gobierno a figuras visibles del varguismo?... En apariencia no lo recordó, aunque tenía en esa argumentación un elemento convincente ante la opinión pública, importante para su propia causa.
Decíamos al inicio, que las marcas se gastan y la de Hipólito Mejía resulta trillada, gastada para este momento, su discurso se quedó fuera de las actuales circunstancias, aunque los periodistas presentes en el espectáculo le recordaban su vieja gloria de prócer del 22 de mayo, cuando las hojas del discurso real se perdieron en el carro, para dar paso a otras hojas propias para la ocasión, las del Hipólito que no quería dejar un legado de sangre, a su familia. ¿Y el resto de quienes le apoyaron? ¡Quie se jodan! Todavía andan por ahí esperando la orientación del partido para esa noche.
Hipólito Mejía, en su indolencia de político ultraconservador, está convencido de que manteniendo el aparato de adulones y lambones de su entorno aceitado puede mantener una vigencia intacta, vendiendo un discurso de sucesión para personas que no reflexionan.
¿Por qué de cara a la opinión pública ese discurso de sucesión no ha sido puesto en práctica dentro del PRD, cuando sería un elemento de tipo generacional esencial para la verdadera renovación del PRD?
¿Hipolito Mejía héroe del 22 de mayo del 2012?
En el Hipólito Mejía de las actuales circunstancias existe un imaginario que le anima a hablar con entusiasmo y fervor de todo.
A juzgar por su última intervención radial está convencido, en el mejor espíritu de un patriarca campesino en la política de la ciudad, que aquel 22 mayo salvó la patria. Y algo peor:, está convencido, plenamente, de que aún hoy en el PRD a lo largo y ancho del país todo el mundo le mira como un héroe.
Las circunstancias del 22 de mayo es lo que Hipólito Mejía necesita olvidar de la historia. Esas circunstancias le retrataron y le hicieron su panegírico. Si Hipólito Mejía fuera prudente, tratara de buscar un camino mínimo de dignidad, para dejar el solio de la política en la República Dominicana.
Su último momento de comportarse con coherencia y gloria en el oficio de la política, fue el 22 de mayo, y con el derecho propio que tiene toda figura pública ante la historia, Hipólito Mejía lo desechó. Y se podría decir más, en su círculo más leal, entre sus fieles, dejó un desencanto no confesado que se sigue rumiando bajo el látigo de la derrota, en un silencio reflexivo.
Si a eso le agregamos las imbecilidades interesadas de Miguel Vargas Maldonado, podríamos entender hoy que el Gobierno de Danilo Medina, más su cuadro clínico con la herencia económica dejada por el "prócer de Villa Juana", hacia el futuro tendrá oposición de la calle, la inconformidad social fuerte que pasa por encima de las vallas de las tarjetas hambrientas.
Porque al parecer Hipólito Mejía, del mismo modo que no estuvo preparado ni le interesó hacer lectura histórica del 22 de mayo, será muy difícil que hacia un futuro inmediato esté a la altura de la oposición que la República Dominicana necesita, ante un gobierno comprometido como cómplice del pasado y sus derroches económicos.
Miguel Vargas Maldonado, un esquirol de la política criolla manchado de morado
La presencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y todos chistes crueles que esa visita ha generado, son la evidencia de que el Gobierno del Presidente Medina, está entrampado en medio de una anarquía de la cosa pública, que le conforman un panorama de “España Boba”, según los designios de quienes observan la incompetencias y las diatribas políticas oficiales.
Lamentablemente, hay que comparar los estilos de oposición hacia lo interno del PRD, por un lado, Miguel Vargas Maldonado le sigue trabajando al PLD de Leonel la debilidad institucional del PRD, con fines de futuro; pero Vargas es tan agallú salao, que además tiene capacidad para también trabajar en favor del Gobierno actual. Ello explica algunos nombramientos de su facción en el Gobierno de Danilo Medina.
Es decir, Miguel Vargas Maldonado es un maldito esquirol político, quiere llevar al PRD a convertirse en una bisagra de las dos tendencias internas del PLD, a saber: Proyecto-Gobierno + Proyecto "Prócer" de Villa Juana 2016.
¿Hipolito Mejía con visión de nuevas generaciones?
Por estas razones, escuchar a Hipólito Mejía en la Z101 el pasado 21 de septiembre para muchos fue una nueva decepción, porque el contenido de sus palabras demostraron que no está en capacidad entender la crisis en la que el país está sumergido, y mucho menos de maniobrar en el sentido de lo que el momento demanda; es decir, una oposición clara y con una capacidad sólida de argumentación al presente gobierno.
Y en el tema generacional lo que se vislumbra de parte de las nuevas generaciones del PRD es una terrible sumisión a las gerontocráticas lealtades. No han sido capaces, como jóvenes que son, de crear un movimiento activo para reclamar y forzar a crear sus espacios.
Los jóvenes del PRD también tienen miedo de asumir iniciativas, porque tampoco tienen  como grupo una plena conciencia de lo que deben hacer. Por razones que no están claras, las savias de sus rebeldías, o están guardadas o duermen el sueño del Fausto bueno.
Hipolito Mejía ya se sabe bien el guión: en La Z lo que hizo fue repetirlo. Y lo que es peor: creérselo él mismo.        

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