Orlando Gil/Listin Diario
BOTONES.- El éxito de “la comisión mediadora” del PRD no podía ser
la publicación de los puntos que sus miembros suponen debe ser la base del
acuerdo, ni la aprobación por una de las partes sin el consentimiento de la
otra. Debió haber sido la firma de un protocolo que pusiera fin al “impasse ”,
y eso nunca podrá lograrse a menos que se vean la cara los detectives de la
película. Esto es, Hipólito Mejía y Miguel Vargas.
El fracaso de sus diligencias, por tanto, era previsible.
El grupo no fue formado de consenso, buscando independientes o inobjetables,
sino voluntarios que fueron surgiendo uno a uno hasta que un día se creyeron
manada. Como se seleccionaron a sí mismos, la intención podía disimularse como
política, pero el interés nunca dejó de ser personal. Y es fácil comprobarlo.
Peggy Cabral viajaba a Sudáfrica con Vargas a la reunión
de la Internacional Socialista, con lo que –evidentemente –se decidía por uno
de los bandos y validaba al presidente titular del PRD ante esa corte de la
Social Democracia.
Eligio Jáquez, por su parte, se “ dejaba ” proclamar en
Nueva York como candidato a la presidencia de la organización…
A SOLDADOS OTRA VEZ.- La señora Cabral pudo pagarse su pasaje e irse por
su lado a la cita de Sudáfrica, ya que –como se dice desde los tiempos de Roma–
“la mujer del César…”. Que no se diga que la viuda de José Francisco Peña Gómez
tiene atribuciones de dirección, puesto que también Janet Camilo, y esta –como
la res mala– hizo su vuelo aparte. La encargada de las relaciones
internacionales del PRD no es una pleitista como la presidenta de Fedomusde,
pero era justo que cuidara la forma y mantuviera equidistancia.
Simplemente para que desde una posición neutra mediar o
arbitrar. Jáquez, por igual, debió contener a sus seguidores de Nueva York, en
tanto estaba inmerso en sus gestiones, pues no debió haber olvidado que Vargas
quiere seguir en el cargo y que los ardorosos de Mejía promueven al suyo como
única solución. Cabral y Jáquez, por tanto, se descalificaron, y ya no pueden
cumplir el papel que se auto asignaron. La condición de jueces les quedó
grande, y deben volver a sus antiguas situaciones de soldados de causas ajenas
o propias…
PERREDEÍSTAS SIN DARSE CUENTA.- La “comisión mediadora” del PRD
fracasó en su propósito de lograr entendimiento entre Mejía y Vargas porque sus
integrantes eran perredeìstas y el temperamento los traicionó. Los perredeístas
no se aguantan mucho y paciencia no han tenido nunca.
Juan Bosch tuvo que irse, entre otras razones, porque el
liderazgo verdadero del partido blanco no comulgaba con los planes de una larga
lucha al estilo Mao Tse Tung. La formación política y los intereses de clase no
daban más que para un “friendo y comiendo”. Como pudo verse a poco. Sin la
carga ideológica de Bosch se plantearon el poder ( truene, llueva o ventee ) en
el l976 y lo alcanzaron en el 1978.
Los mediadores no eran tales, eran agentes de los grupos,
y al iniciarse el nuevo reparto: los cargos de dirección, cada cual fue a
preparar su trinchera.
Se dieron cuenta de que sin máscara se pelea mejor, o que
si siguen entretenidos en “salvar ” el partido como un todo, otros les sacan
ventaja y toman gabela. Menciono a Cabral y a Jáquez, pero lo mismo podría
decirse de Neney Cabrera y otros potros anhelosos de sabana…
SI SE PECHAN POR ALLÁ.- Nada más hay que pensar en lo suave que lo toma
Vargas, que mientras aquí se consumen con la pena del fracaso de esta última
mediación, anda màs fresco que una lechuga por Nueva York. Ojalá y no le ocurra
lo de hace un tiempo: que coincidió con el entonces presidente Leonel Fernández
en un concurrido restaurante de la urbe sin que ninguno se enterara del otro.
Quien ahora se encuentra en Nueva York es el actual mandatario Danilo Medina,
incluso se moverá por la zona de Naciones Unidas.
Medina y Vargas tienen todas las posibilidades de por lo
menos pecharse, puesto que el primero hablará ante la Asamblea General y el
segundo participará en una actividad de la Internacional Socialista. Si
coinciden, las sospechas serán legítimas. Y podrá pensarse en todo, y todo será
factible. Pues a falta de mediación, el único camino es la lucha. Y los
perredeístas no saben pelear unos contra otros, en un cuadrilátero levantado en
el patio de la casa, sino que aprendieron a irse a la calle y buscarse aliados
por fuera que hasta ahora han sido decisivos. Vargas sabe de eso, y Mejía
también…
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