SAN CRISTÓBAL, República Dominicana.- A pesar de que el dictador Rafael Leonidas Trujillo y Molina fue el único presidente nativo de esta población, sus principales hombres ignoran su esfuerzo para colocar la provincia entre las principales con la construcción de edificaciones que hoy son centros turísticos, y actualmente están a punto de derrumbarse.
Trujillo, quien dominó con mano de hierro el país construyó el cementerio de sus familiares en el sótano de una iglesia, y donde por destino de la vida su cuerpo permaneció por tres meses en un ataúd de bronce que aún reposa dentro de la bóveda de la parroquia La Consolación.
A pesar de que legisladores como el ingeniero José Osvaldo Leger Aquino, doctor Luís Enrique Minier Alié, Víctor Hugo Hernández y Tommy Galán, han sometido proyectos para generar inversión en el sector turístico de la provincia, los mismos han pasado a la historia como hojas muertas.
En este primer reportaje de una serie que hace EL NUEVO DIARIO, de los monumentos históricos y turísticos de la provincia sureña, se destaca la casa campestre que construyó el tirano Rafael Leonidas Trujillo, en una cima de una zona costera de la playa de Najayo, en el 1947, la cual solo es usada por miembros de las Fuerzas Armadas como cuartel militar, pero nunca ha sido remodelada y luce abandonado, a pesar de que decenas de turistas acuden para observar su arquitectura.
Los últimos siete gobiernos, incluyendo el triunvirato, no se han preocupado por desarrollar los polos turísticos de esta provincia, colocando en la historia al dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, como el único propulsor de la industria sin chimenea.
Desde el año 1947 el dictador Rafael Leonidas Trujillo y Molina, inició la construcción de edificaciones millonarias, que hoy se han convertido en los principales monumentos turísticos.
“El edificio del cerro ha sido el único que ha sido remozado y está asignado a la Procuraduría General de la República. Allí existe una escuela penitenciaria donde cientos de jóvenes bachilleres y universitarios reciben entrenamientos de seguridad carcelaria.
Hay quienes viajaban desde distintas provincias para observar el panorama que presenta hacia el mar y sus demás paisajes, en especial al caer la tarde.
Cuentan residentes de la zona de Najayo, que el tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina visitaba una vez a la semana dicha casa campestre, luego de pasar toda la tarde caminando en un badén especial que construyó dentro de la playa, que aún existe, pero ya en mal estado.
La respuesta sobre qué hay que hacer a favor del turismo de esta provincia, está en mano del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana.
Autor: CARLOS CORPORÁN/El Nuevo Diario
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