A través de collares con un sistema de rastreo, un estudio de dos años siguió la ruta que felinos callejeros y domésticos realizan cuando vagan por las calles.
La Universidad de Illinois decidió responder la pregunta que ronda a muchos dueños de gatos: ¿Qué hace cuando sale de la casa y no aparece en todo el día? ¿Adónde va?
Para averiguarlo, investigadores de esa casa de estudios siguieron los pasos de 42 gatos adultos, algunos domésticos y otros callejeros, durante dos años para conocer sus movimientos. Lo hicieron a través de dispositivos de rastreo insertos en collares que colocaron a cada felino, los que se movieron en un territorio de 2.544 hectáreas.
De los transmisores de radio utilizados en el estudio, 23 tenían sensores de vibración que permitían conocer cada movimiento de los gatos. Sin estos dispositivos, hubiera sido necesario que diez o doce investigadores persiguieran a los gatos para recoger los datos.
Como era de esperar, en la mayoría de los casos los gatos callejeros se desplazaban por territorios más amplios que los gatos domésticos, y fueron más activos durante todo el año.
Pero el tamaño del área de ronda de los callejeros sorprendió incluso a los investigadores. Uno de ellos, un macho de raza mixta, se desplazaba por una gigantesca zona de 547 hectáreas. Como la mayoría de los gatos sin dueño, se movía por sitios urbanos y rurales, desde jardines citadinos a campos agrícolas y bosques. "Ese gato en particular no obtenía alimentos de los seres humanos, pero de alguna manera sobrevivió por ahí en medio de los coyotes y zorros", explica Jeff Horn, responsable del estudio, en el sitio web de la universidad. "Cruzó todas las calles de su zona, semáforos y estacionamientos".
Los gatos domésticos, en cambio, vagaron por un territorio mucho más pequeño -no más de dos hectáreas- y tendían a quedarse cerca de su hogar. "Sin embargo, algunos de los dueños quedaron muy sorprendidos al saber que sus gatos iban tan lejos", señala Horn.
Si se tiene en cuenta que los gatos domésticos pasan durmiendo o con una actividad muy baja 97% de su tiempo, la distancia recorrida no es poca. Pero no cabe duda que son flojos: en promedio, éstos dedicaron 3% de su tiempo a actividades más enérgicas, como correr o acechar a sus presas, mientras que los gatos callejeros se mantuvieron muy activos 14% del tiempo. La actividad de estos últimos fue especialmente notoria en invierno, cuando su cuerpo necesita más energía calórica para sobrevivir.
La mayoría de los gatos del estudio, incluso los salvajes, se mantuvieron en un radio de 300 metros cercano a construcciones humanas. "Eso demuestra que a pesar de que estén asilvestrados, todavía tienen un nivel de dependencia de nosotros", afirma Nohra Mateus-Pinilla, experta en vida salvaje.
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