Por Reynaldo Hernández Rosa/prensalibrenagua.blogspot.com
San Francisco de Macorís.- La dirigencia perredeísta aún a hurtadillas, al menos en toda la región Duarte, si partimos de la premisa que no se siente en materia de oposición, talvez, fruto de los asaltos que hicieron de la cosa pública, los mismos de imagen ecuestre que encabezan la hoy entelequia partidaria que desgobernó cuando el atípico de Mejía.
Los residentes en la zona nordeste, todavía buscan interrogantes al pobre desempeño de los alcahuetes del ayer combativo PRD, silente hoy, dejando el escenario político a otros no menos ambiciosos y petulantes como son los actuales funcionarios del gobernante PLD.
La tímida oposición del jacho predio ante muchos de los desatinos de los morados, viene erosionando aún más la fiducia en los escuálidos y maulas dirigentes del perredeismo, máxime cuando llevan decenas de años al frente de la entidad, impidiendo que otros valores accedan a encabezar esa hoy birria partidaria.
Al parecer, a juicio de muchos, la gélida actividad perredeísta obedece al burdo y pútrido trabajo que hiciera la vorágine delictiva que hizo la añosa dirigencia en el pasado gobierno que encabezara Mejía, el pph y todas sus carpantas.
Otros, incluso van más lejos, aducen que la falta de credibilidad, moral y lo peor, el inoportuno liderazgo que padece el partido en todos sus municipios, dado en muchos casos, el nepotismo que enarbolaron cuando fueron gobierno y que ahora quieren como herencia dejar a sus vástagos en posiciones en pos de que continúen el derrotero corrupto que desde décadas han protagonizado.
Huelgan los casos, tanto en San Francisco, Pimentel , Castillo y Villa Riva, donde la parafernalia familiar ha hecho de puestos del partido todo un filón para capillas de succionadores de recursos, siendo los más beneficiados los allegados sanguíneos de las miasmas dirigenciales.
En tanto, la colectividad desconcertada ante muchas ejecutorias moradas, donde la desidia, petulancia y el no oir de la mayoría de los hoy encumbrados, unida a la exigua participación de un fallecido partido, siente la orfandad para coordinar la colección de reclamos comunitarios.
La trápala del perredeismo dentro del juego democrático, sin duda, afecta el sistema de partidos, dejando en la actualidad la cancha a las huestes e insaciables autoridades moradas, no obstante, los denodados esfuerzos de la colectividad de encontrar voces que, al menos, se hagan eco de sus penurias y así no acudir a taras indignas y sotanas alegres.
Los residentes en los municipios exigen de nuevos rostros en el acontecer político-partidistas, hasta el hartazgo están, de tantas correrías errantes de burdos comediógrafos y ladrones. Estamos.
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