Por CAMILO HERNANDEZ/ The Associated Press
Alan Jara saborea el miércoles la libertad tras siete años y medio de cautiverio en manos de las FARC pero también reiteró que el gobierno colombiano debe buscar un acuerdo con la guerrilla para la liberación de todos los cautivos.
El ex gobernador del Meta, un ingeniero de 51 años, fue liberado el martes por los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a una misión humanitaria en una región del Guaviare, al sur del país.
Tras su liberación, en una conferencia de prensa en Villavicencio, en el departamento de Meta donde reside, Jara lució de buen humor, hizo chistes y formuló críticas tanto al gobierno como a la guerrilla por su aparente intransigencia en conseguir un acuerdo para liberar a rehenes y rebeldes en prisión en un "canje o acuerdo humanitario".
También expresó que durante su secuestro sintió que el presidente Alvaro "Uribe no hizo nada por la libertad de nosotros" y que la llamada política de "seguridad democrática", implantada por el gobernante en 2002 -el combate a grupos armados irregulares-, parecía querer promover la situación de guerra en el país, lo que parecía gustarle a los rebeldes.
Uribe se trasladó a Villavicencio y se reunió por más de una hora con Jara en la residencia del ex rehén, quien fue gobernador de Meta desde el 2000 hasta su secuestro en julio del 2001 en una zona rural.
A la salida, Uribe dijo a reporteros que "muchos que han salido de allá (de la selva) me han criticado mucho y he sido totalmente respetuoso" de sus posiciones.
"¿Usted cree que después de percibir el sufrimiento de Claudia (Rugeles, esposa de Jara)... de su hijito (Alan Felipe) y ver esta situación de los secuestrados, el Presidente de Colombia puede ponerse en una discusión de esas con ex rehenes?", añadió Uribe, en declaraciones divulgadas por la casa de gobierno en su sitio de internet.
Jara, al hablar con la radio Caracol, reiteró que el canje "es el único camino" para la libertad de al menos una veintena de militares y policías que siguen en manos de las FARC, algunos desde hace 11 años.
Al ser consultado sobre los argumentos de gobierno y guerrilla, cada uno presentando condiciones o factores "inamovibles" para poder realizar ese canje, replicó: "lo único que para un secuestrado es un inamovible es el árbol al cual lo encadenan" los rebeldes.
"La política de seguridad democrática debería estar tan consolidada...que un acuerdo humanitario no la debilitaría", añadió.
Pero los líderes guerrilleros le informaron que seguiría cautivo como parte de un grupo de políticos que pensaban "canjear" por rebeldes en prisión.
Jara añadió que aún no decide si escribirá un libro sobre su experiencia o regrese a la política y destacó que no considera como perdidos los años de secuestro.
"Yo no considero haber perdido ese tiempo porque estuve haciendo algo útil, porque estuve compartiendo algunos conocimientos y estuve aprendiendo, también, muchas cosas", dijo Jara recordando que por años dio clases de inglés a sus compañeros de cautiverio.
"De manera que yo tomo esos siete años y siete meses como un proceso muy duro con un costo altísimo para mí, para mi hijo, para mi familia, para mis amigos... pero no lo considero un tiempo perdido", aseguró.
Ahora "quiero dedicar mis esfuerzos al acuerdo humanitario... ya habrá tiempo más adelante, no en días y meses, sino de pronto en años, de contar esta historia".
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