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A propósito del Mes de la Biblia

sábado, 1 de octubre de 2011

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


En el mes de septiembre, Mes de la Biblia, he querido plasmar algunas notas referentes a las Sagradas Escrituras y compartirla con los lectores de este prestigioso medio informativo.
La Biblia, es el conjunto de libros santos inspirados por Dios y escritos por la mano del hombre.
Estos libros se consideran y son santos porque contienen la Palabra de Dios, que ha sido puesta por escrito durante varios siglos por reyes, profetas, sabios, pescadores, hombres de vida simple, etc. y expresan toda la experiencia de fe vivida por un pueblo, en este caso, el pueblo judío, Israel (AT), y mas tarde por el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia (NT).
La palabra “biblia” proviene del nombre de una ciudad, “Byblos”, una ciudad fenicia donde se elaboraban los papiros utilizados para la escritura antigua. También se relaciona con el vocablo griego “ta biblia”, que quiere decir “los libros”.
Obviamente, las biblias que tenemos en las casas son traducciones de otras lenguas. Los libros de la Biblia originariamente fueron escritos en hebreo, arameo y griego.
La Biblia se divide en dos grandes bloques que son: Antiguo y Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento que contiene 46 libros, mientras que el Nuevo Testamento contiene 27, sumando 73 libros canónicos e inspirados.
Las biblias que utilizan nuestros hermanos no católicos (evangélicos) contienen solo 66 libros, 39 libros en el Antiguo y 27 en el Nuevo Testamento. La diferencia de esto radica en que Martin Lutero, fundador del protestantismo (siglo XVI), al traducir la biblia al idioma alemán, se basó en el Canon Hebreo fijado por un sínodo de rabinos judíos hacia el año 90 d.C. en la ciudad de Jamnia, próxima a Jerusalén.
El motivo principal de este sínodo judío, (conocido por los estudiosos como el “Sínodo de Jamnia”), fue la exclusión definitiva de los cristianos de las sinagogas judías y establecer el listado de textos sagrados para el judaísmo, dándole preferencia a aquellos escritos originalmente en lengua hebrea, y desechando los que existían en la antigua Versión Griega o “Traducción de los Setenta”.
El sínodo de Jamnia buscaba frenar, además la proliferación de los primeros escritos cristianos que dieron vida a lo que llamamos Nuevo Testamento.
El primer listado o “canon” de las Escrituras, fue fijado por la Iglesia en el concilio de Cartago, en el año 395, estableciéndose el número de libros contentivos tanto en el Antiguo como Nuevo Testamento. El concilio de Trento (1546), pasaría a ratificar este mismo canon, luego de las controversias surgidas al respecto por los reformadores protestantes.
La lectura de la Biblia se hace más fácil, gracias a su división en capítulos y versículos, pero muchos ignoran de donde vienen estas facilidades. Fue Esteban Langton (1206), maestro en Paris y Arzobispo de Canterbury quien dividió la biblia en capítulos, mientras que a Robert Estienne, impresor parisiense, se le atribuye la división en versículos. Esta división en capítulos y versículos no es muy acertada, lógicamente hablando, pero es útil para el manejo y lectura de la Biblia.
Entre las traducciones importantes hechas al latín de la Biblia, destacan en primer lugar, la llamada “Vetus latina” (siglo II) y la famosa “Vulgata latina”, hecha por san Jerónimo por encargo del papa san Dámaso, y finalizada en el año 405; se trata de una traducción hecha desde los libros originales y ha sido considerada durante siglos como la traducción oficial para la Iglesia Católica de rito latino.
La primera Biblia impresa apareció en el año 1456, hecha por Gutenberg, el inventor de la imprenta, con texto de la Vulgata.
Actualmente existen diferentes versiones o tipos de biblias; las más conocidas son:
La “Biblia de Jerusalén”, muy acogida por sus abundantes notas y citas marginales, que le hace muy estimada por los estudiosos de la biblia; posee introducciones a todos los libros y fue preparada con la colaboración de científicos en la materia, católicos, protestantes y judíos.
La “Nueva Biblia Española”, de los padres Alfonso Schokel y Juan Mateos, es muy estimada por la pureza de su lenguaje, siendo una de las ediciones mas preferidas, sobretodo en Latinoamérica donde existe una versión popular para la región.
La “Biblia del Peregrino “o “Biblia del Pueblo de Dios”, es una nueva versión de la traducción de Alfonso Schokel, para Latinoamérica y que ha alcanzado una gran difusión entre las comunidades y grupos de la Iglesia, especialmente por lo ágil de su lectura, así como de elementos extras al margen que ayudan en la preparación de asambleas, liturgia de las horas, etc.
La “Biblia Latinoamericana”, editada hace varios años por la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), continua siendo una de las mas buscadas y leídas por su lenguaje sencillo y llano y sus abundantes notas pastorales.
Otras versiones conocidas son: la Sagrada Biblia de Nácar y Colunga, la “Biblia comentada “de la Universidad Pontifica de Salamanca, la Biblia de Torres-Amat, la biblia de Bóver-Cantera, etc.
Entre los evangélicos, la más conocida es la Biblia Reina Valera de 1960, de la que se han hecho ya varias ediciones para mejorarla, en 1990, 1995 y la mas reciente en el año 2000, por la Sociedad Bíblica Emanuel. Esta ultima edición no utiliza el termino “Jehová” para hacer alusión a Dios, sino que lo traduce como en otras por “Señor”.
La Biblia “Dios habla hoy” de las Sociedades Bíblicas Unidas, es una traducción popular hecha para Hispanoamérica, de lenguaje sencillo, llano y con ilustraciones de versículos, incluyendo una edición con los libros deuterocanónicos especialmente para el mundo católico. También han hecho una versión de estudio.
Es sumamente importante saber que Biblia utilizar para la lectura y estudio personal; lo importante es escoger una que nos resulte ágil y de fácil lectura y no tener miedo de rayarla, escribir al margen, etc., ya que este es el propósito mismo de ella, conectarnos con el mismo Dios que nos habla en ella a través de Jesucristo, por quien recibimos la gracia y la salvación eterna. Que este mes de la Biblia nos ayude a acercarnos más a la divina Palabra de Dios.
Por Diácono Fabio Serrats/Diario Noticia


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