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Hay que modificar la ley de educación dominicana

miércoles, 12 de junio de 2024

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com


Hediberto Pichardo. MA

El sistema educativo camina de acuerdo con el modelo económico imperante en una nación.

Durante la llamada primera república comprendida entre los años 1844-1861, en la República Dominicana las principales actividades económicas fueron: el corte de madera en toda la región sur, el hato ganadero, principalmente en la zona este del país y el cultivo de tabaco en la región norte o Cibao.

Como esas actividades económicas que tuvo la naciente nación dominicana no requerían de individuos preparados académicamente, la educación estuvo estancada. Unido a esto también el hecho de que los pocos recursos que recaudada el Estado eran destinados a sufragar los gastos de las guerras libradas contra los haitianos durante las campañas militares de 1844,1845,1849 y 1855.

Hay que recordar que durante los años de 1861-1865 el país se convirtió nuevamente en una colonia española, pues el general Pedro Santana procedió a anexar el país a España.

Una vez culminada la guerra de la restauración que le devolvió la soberanía al país, se inició la segunda república que abarcó los años de 1865-1916.

En el tiempo que comprendió la segunda república (51 años en total) la principal actividad económica del país lo fue la industria azucarera y como era de esperarse la educación fue desatendida por los gobernantes. Es bien sabido que la mayor parte de los trabajadores de la industria azucarera de aquel entonces eran hombres de campo a los que no se le exigía una preparación académica tan necesaria.

No obstante a establecerse en el país el insigne maestro Eugenio María de Hostos que propugnaba por una educación laica (sin religión), científica e igualitaria para la mujer y el hombre, el sistema educativo no avanzó.

En 1916 se produjo la llagada de las tropas estadounidenses en lo que se conoce como la 1era intervención militar estadounidense, que se extendió hasta 1924. En ese periodo la educación sufrió ciertos cambios pues los gringos querían que los trabajadores dominicanos fueran preparados para servirle a los fines del desarrollo capitalista. Entonces había que enseñar el dominio de ciertas áreas como manejar maquinarias, trabajar en equipo, hablar inglés, entre otras habilidades y destrezas.

En la era de Trujillo 1930-1961, como al jefe no le interesaba formar sujetos críticos y creativos, el sistema educativo fue utilizado para alienar a los jóvenes en el culto y adoración hacia el mandatario.

Cuando la situación económica del país cambió a partir de 1980, cuando se produjo la llamada crisis del sector agropecuario (agricultura y ganadería) entonces la economía pasó a depender del sector de los servicios y de las zonas francas, el sistema educativo se vio obligado a cambiar, pues se requería de individuos más cualificados, que dominen otro idioma, que sean más creativos, participativos, críticos y competentes.

Frente a esa demanda del aparato productivo y económico, el país se enrumbó en la década de los años 90 a realizar profundas revoluciones en materia educativa. Todo esto culminaría con la elaboración del plan Decenal 1992-2002, el cual condujo a la creación de una ley de educación la 66-97, que sustituyó a la ley orgánica de educación trujillista 2909 de 1951.

Con la puesta en vigencia de la nueva ley de educación 66-97 se crea una nueva filosofía de la educación, es decir que se habló de un nuevo estudiante, con unos fines también nuevos.

La filosofía de la educación dominicana planteada en la ley general de educación 66-97 aparece establecida en el artículo 5 , que plantea los siguientes fines:

Art. 5.- La educación dominicana sustenta los siguientes fines:

a)       Formar personas, hombres y mujeres, libres, críticos y creativos, capaces de participar y constituir una sociedad libre, democrática y participativa, justa y solidaria; aptos para cuestionarla en forma permanente; que combinen el trabajo productivo, el servicio comunitario y la formación humanística, científica y tecnológica con el disfrute del acervo cultural de la humanidad, para contribuir al desarrollo nacional y a su propio desarrollo;

b)       Formar ciudadanos amantes de su familia y de su Patria, conscientes de sus deberes, de sus derechos y de sus libertades, con un profundo sentido de responsabilidad y de respeto a la dignidad humana;

c)       Educar para el conocimiento de la dignidad y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres;

d)       Crear y fortalecer una conciencia de identidad de valoración e integración nacional, en un marco de convivencia internacional, enalteciendo los derechos humanos y las libertades fundamentales, procurando la paz universal con base en el reconocimiento y respeto de los derechos de las naciones;

e)       Formar para la comprensión, asimilación y desarrollo de los valores humanos y trascendentes: intelectuales, morales, éticos, estéticos y religiosos;

f)        f) Formar recursos humanos calificados para estimular el desarrollo de la capacidad productiva nacional basado en la eficiencia y en la justicia social.

Esta entrega llevar por título: Hay que modificar la ley de educación dominicana. Todo aquel que pueda leer este artículo se dará cuenta de que los fines propuestos en la ley de educación, es decir, aquellos que señalan qué tipo de persona se pretende crear, no se han cumplidos, es decir, con todos los recursos y esfuerzos realizado no se ha podido formar un sujeto con esas cualidades: que sea crítico, participativo (hoy nuestros jóvenes estudiantes viven copiando lo que aparece en internet, no cuestionan). El sujeto que se ha formado desde 1997 hasta la fecha, una buena parte de ellos no valoran la familia. Este es un país donde más hombres asesinan a su pareja, donde más mujeres son madres solteras, donde no se respeta el himno nacional, donde la gente no se detiene cuando se entonan las gloriosas notas. Aquí se muestra discriminación hacia muchas personas por su forma de ser, por su nivel socio económico, incluso por su preferencia sexual.

De la ley de educación se desprende el tipo de evaluación a ser utilizado en las escuelas y colegios. Las ordenanzas que se han emitido le dan mayor poder al estudiante que al docente. Las faltas cometidas por alumnos no conllevan aplicación de sanciones fuertes. Se persigue solo la promoción, se persigue aumentar la cantidad sin calidad.

Por todo lo anterior señalado, consideramos que la ley de educación 66-97 debe ser sustancialmente modificada o cambiada por otra.

Fuentes consultadas:

Ley general de educación 66-97

Historia del pensamiento pedagógico dominicano. Dr. Pablo María Hernández.

Historia de la educación en la República Dominicana. Ramon Morrison.


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