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LAS INVESTIGACIONES: Informante condujo a juez hasta asesinos de Orlando

viernes, 16 de julio de 2010

Publicado por prensalibrenagua.blogspot.com

EX MILITAR TRABAJÓ JUNTO AL JEFE DE LA PN NEIT NIVAR SEIJAS

Abel Guzmán Then/Listin Diario


Santo Domingo.- “El Veterinario” es el seudónimo que utilizó el militar informante que sirvió como pieza clave para la sustentación de las investigaciones sobre el asesinato del periodista Orlando Martínez que realizó el entonces juez de instrucción de la cuarta circunscripción del Distrito Nacional, Juan Miguel Castillo Pantaleón.

El ex militar de los denominados 12 Años de gobierno de Joaquín Balaguer ocupó puestos importantes en varios departamentos de la Policía Nacional y fue contactado por el entonces juez Castillo Pantaleón a principios del año 1997, luego de hurgar entre las personas que estuvieron en el círculo del jefe de la Policía, Neit Nivar Seijas, cuando el 8 de mayo del año 1975 Balaguer le encomendó realizar un informe sobre el asesinato del periodista.
En una entrevista concedida a LISTÍN DIARIO en su oficina, Castillo Pantaleón relata que el informante, a quien le juró preservar su identidad aún después de que falleciera, se compenetró con él por más de dos meses y adoptó el nombre de “El Veterinario” para despistar un seguimiento a las llamadas telefónicas entre ellos y “porque yo me he pasado la vida bregando con animales”, alegó.


Un militar honesto


“El Veterinario” es definido por Castillo como un militar honesto que murió en la miseria y que trabajó con el ex jefe de la Policía Nivar Seijas en el año 1975, durante las investigaciones sobre el asesinato del periodista Orlando Martínez y que accedió a ofrecer las informaciones fidedignas sobre el crimen contra el periodista perpetrado el 17 de marzo del año 1975. Tras meses de requerirle las grabacio nes magnetofónicas u otras pruebas a su informante, Castillo Pantaleón logró fijar una cita en la que éste se comprometió a llevarle los interrogatorios de la investigación de Nivar Seijas en un punto comercial de la avenida 27 de Febrero.

“El Veterinario” le entregó los interrogatorios pero le exigió que le tomara copias y se los entregara en ese momento. Para satisfacción del juez, las confesiones que leyó encajaron perfectamente con la reconstrucción teórica que antes le hizo del asesinato de Martínez.


Interrogatorios


El ex militar le confirmó al entonces juez que todo lo que había logrado en sus investigaciones llevaban en camino correcto y le suministró inicialmente la ficha del vehículo en el que se cometió el asesinato, que fue un Datsun color azul año 1969, chasis LB110-017243, motor A-12-572360, reseña el libro “Archivo de instrucción El Caso de Orlando Martínez” de Leila Roldán.

Igual satisfacción, se afirma, tuvieron el entonces procurador general de la República, Abel Rodríguez del Orbe, y el fiscal del Distrito Nacional, Guillermo Moreno, al leer los interrogatorios suministrados por el informante.


Contacto inicial


El ex juez narra que visitó a “El Veterinario” en su residencia sorpresivamente y que allí le explicó las razones que tenía para respaldar con datos contundentes los resultados de sus investigaciones y que daban a la puerta de la solución del caso Orlando Martínez.

Su futuro informante, explica, accedió a tener un encuentro con él luego de que su esposa le diera razones valederas y el hombre entendiera que no podía dejar este mundo con esa carga de conciencia, luego de ser testigo de sucesos nefastos en los cuerpos castrenses.

“El Veterinario” citó a Castillo un sábado a las nueve de la mañana en un supermercado ubicado en la avenida Sarasota, en el sector de Los Cacicazgos de la capital, y le advirtió que lo podría identificar porque llevaría una gorra y unas gafas negras.

Castillo Pantaleón precisa que acudió puntual a la cita y cuando se encontró en el lugar acordado con el informante éste le exigió que se pusiera una gorra negra y se montara en su vehículo, a lo que accedió.

El ex juez relata que luego de dos horas de viaje llegaron a una finca en San Cristóbal, por donde “El Veterinario” iba caminando delante de él en medio de un sembradío de guandules secos que impedían con su sonido peculiar escuchar con claridad lo que decía éste sobre el caso mientras caminaba.

En ese instante el juez lo detiene y le reclama que no le había estado entendiendo del todo, a lo que el informante procedió a colocarle la mano en el corazón y a hacerle un cateo para constatar que no traía arma de fuego ni una grabadora, e inclusive le revisó el reloj.

“Para un guardia como él resultaba inverosímil que una sola persona, sin poder real, decía estar buscando la verdad sin interés personal”, señala.


LA SENTENCIA FINAL Y EL CAMBIO DE LA GORRA


Recuerda que cuando se produjo la sentencia final del juicio, “El Veterinario” se presentó ante él y le llevó una gorra roja y le dijo “cámbiela la otra”, que era negra.

Con los ojos humedecidos, el ex juez recuerda que ese ex militar murió hace unos dos años en estado de pobreza y estuvo en medio de los grupos policiales adversos que encabezaban los generales Enrique Pérez y Pérez y Nivar Seijas. “Fue un ex militar de los Doce Años que murió en la pobreza y que se puede decir que fue honesto”, agregó.

Castillo Pantaleón precisó que “esa persona estaba totalmente retirada y estaba en pésimas condiciones económicas, yo llegué a él buscando los conocidos del fenecido Jefe de la Policía que sean testigos vivos y pudieron haber tenido contacto desde los primeros días de Nivar Seijas y me hablaran de un hecho que ocurrió hace 20 años”, expuso. Deplora que hoy en día los militares no imiten el ejemplo de ese ex policía y se quieran hacer millonarios en seis meses o en menos de un año de carrera.



Isa Conde afirma la página ya fue llenada

Abel Guzmán Then/Listín Diario


Santo Domingo.- El dirigente de izquierda Narciso Isa Conde aseguró ayer que la página en blanco del libro “Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo” fue llenada por la insistencia de la madre del periodista Orlando Martínez y por los dirigentes del Partido Comunista Dominicano (PCD) que se mantuvieron presionando por más de 20 años para que se diera con los verdaderos culpables del asesinato del periodista.


“La página en blanco la llenamos nosotros, especialmente los dirigentes del PCD, y jugó un papel muy importante como abogado en ese período el doctor Ramón Antonio Veras”, indicó.

Argumentó que la acción judicial ha estado mediatizada porque solo han sido condenados los autores materiales, encabezados por el general retirado Joaquín Pou Castro, pero su juicio queda pendiente la sanción a los señalados como autores intelectuales.

Enfatizó en que “la página en blanco fue un subterfugio de Joaquín Balaguer, un medio de chantaje contra los generales coautores intelectuales del asesinato de Orlando Martínez. Como él le dio luz verde a ese crimen, quería callar a esos generales que ya estaban siendo acusados de ese crimen”.

Isa Conde considera también que debe haber una condena póstuma al presidente Balaguer o de lo contrario el caso quedaría inconcluso.

“Joaquín Balaguer tiene una altísima responsabilidad, fue él que desde el punto de vista político, como jefe de Estado dio luz verde a ese asesinato, no sotros tenemos esas informaciones”, aseveró. Afirma que la página en blanco fue para presionar a los genera les, porque temía que pudieran involucrarlo a él y decir cuál fue realmente la actitud de Balaguer frente a la consulta que ellos hicieron.

Explicó que Balaguer se auto incriminó con la página en blanco, porque está establecido en el Código Penal vigente en ese momento, que todo funcionario del Estado, incluyendo al Presidente de la República, que supiere de los autores de un crimen y no lo comunique a la justicia, es reo de ser acusado de encubridor y en ese momento se penalizaba con 10 años de prisión.


Citan los motivos que habrían llevado a crimen de periodista

LIBRO "CRÍMENES CONTRA LA PRENSA" OFRECE DATOS CONFIDENCIALES DEL CASO

Juan Salazar / Ramón Cruz Benzán


Santo Domingo.- En su libro “Crímenes contra la prensa”, el comunicador y mercadólogo Oscar López Reyes sostiene que en el asesinato del periodista Orlando Martínez Howley está involucrada la multinacional Gulf and Western, y que datos confidenciales establecen un cruce confabulador con ese propósito entre esta firma y un jefe de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) en ese entonces.

Las motivaciones del asesinato perpetrado el 17 de marzo de 1975, según el autor, fueron los cuestionamientos de Martínez Howley a la explotación de furfural (producto agroindustrial derivado del bagazo de la caña) por parte de la empresa, a la que llegó a calificar de “Drácula Gulf and Western”.

Hasta ahora el asesinato de Martínez Howley siempre había sido considerado un crimen de Estado que estuvo motivado en las fuertes críticas que hacía el comu- nicador a la gestión del presidente Joaquín Balaguer y a sus altos funcionarios civiles y militares.

Por el crimen del comunicador fueron sometidos a la justicia el cabo de la Fuerza Aérea, Mariano Durán Cabrera; Rafael Alfredo Lluberes Ricart (Lluberito), el mayor del Ejército Nacional, Joaquín Antonio Pou Castro; Luis Emilio de la Rosa Beras, José Isidoro Martínez González y Salvador Lluberes Montás (Chinino). Este último fue excluido luego del expediente por razones de salud. Empero, López Reyes refiere en su libro que dos cercanos colaboradores gubernamentales de Balaguer le mencionaron “enfáticamente en privado” que la Gulf y el jefe de la FAD al que hace mención estaban seriamente comprometidos con la orden para la comisión del crimen.

El libro plantea que una de las denuncias más fuerte de Martínez contra la Gulf fue por las ganancias no declaradas que obtenía por la venta de furfural, pues según el malogrado comunicador, declaraba al Estado dominicano que vendía el kilo del producto a 28 centavos, cuando en realidad el costo era 60 centavos.

El autor de la columna “Microscopio” denunció que con esa maniobra la Gulf and Western obtuvo en diez años ganancias de siete millones 460 mil 640 pesos.

López Reyes sostiene que la Gulf and Western vinculó a Martínez Howley en la misión de llevar subrepticiamente a Cuba la fórmula que utilizaba la multinacional para la elaboración del furfural, lo que se interpretó como un aporte “revolucionario a los aliados cubanos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)”, enfrentada en ese momento a Estados Unidos en una “Guerra Fría” por la supremacía planetaria.

“La Gulf husmeó alrededor de la reproducción (del furfural), y ordenó una investigación.

Concluyó que en la transferencia fueron claves un miembro del antiguo Sindicato Unido de Trabajadores del Central Romana y un asesor laboral directivo del PCD, y que en la cadena habría participado Martínez, uno de los pocos jóvenes dominicanos dirigentes de esta organización que había viajado a naciones del bloque soviético, con el que ese partido mantenía estrechos nexos”, expresa el autor en la página 454 del libro.

Entre algunos de los duros calificativos que usaba Martínez para referirse a la Gulf y sus operaciones en el país, muchos de los cuales fueron títulos de su columna Microscopio, López Reyes cita en su libro “Vampiros en el furfural”, “Tres vampiros en acción”, “Contra el vampiro”, “Una carta sobre la Gulf y los límites de la dignidad nacional”, “Los cinco millones de Drácula” y “Repudio general al vampiro”, entre otros.

López Reyes resalta que cinco años después del asesinato de Orlando Martínez “se comprobó su denuncia sobre la transnacional de marras: en 1980 se publicó que la Gulf había dejado de pagar al Estado dominicano 38.7 millones de pesos por concepto de operaciones hechas en transacciones de azucares futuros en los años 1974 y 1975”.

Sobre la otra motivación del crimen y que se considera tuvo su punto culminante en el artículo de Martínez titulado “Por qué no, doctor Balaguer”, el cual concluyó recomendando al escritor y líder político tomar un avión o un barco y desaparecer definitivamente del país.

López Reyes se pregunta si Cabrera Durán, Lluberes Ricart, Pou Castro, De la Rosa Beras y Martínez González actuaron por inspiración espontánea.

“Claramente, un mando superior tocó la corneta”, precisa, tras indicar que la versión más socorrida señala que los preparativos de la aventura incluyeron una reunión del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el 8 de marzo de 1973.


NUNCA APARECIERON INFORME NI AUTOPSIA



El ex juez de instrucción que investigó el asesinato del periodista Orlando Martínez, ocurrido el 17 de marzo de 1975, afirmó ayer que fue llenada la página en blanco dejada por el presidente Joaquín Balaguer en su libro “Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo”.

Juan Miguel Castillo Pantaleón dijo que el caso fue resuelto gracias a la investigación que ordenó realizar el presidente Balaguer en el 1975 al entonces jefe de la Policía, Ney Rafael Nivar Seijas.

Consideró que el sometimiento estuvo vinculado en la misma dirección de esa investigación que, según el presidente en funciones del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Joaquín Ricardo, se encomendó al entonces jefe policial. Empero, aclaró que ese expediente nunca llegó a las jurisdicciones apoderadas, sino que ese informe se lo llevó el jefe de la Policía de entonces al presidente Balaguer.

Eso provocó, precisó el ex juez de la instrucción, en ese momento la renuncia en bloque de los jefes de Estado Mayor, porque la orden homicida partió del entonces jefe del Estado Mayor de la Fuerza Área Dominicana.

Dijo que el referido informe nunca se pudo ubicar, aunque personalmente llegó a interrogar personas que conservaron copias del mismo para su propia seguridad.

Explicó que la investigación lo que hizo fue ubicar a los responsables y recuperar una parte de ese expediente, tras señalar que la pieza acusatoria completa nunca se recuperó, “eso está extraviado”, agregó.

Sostuvo, empero, que los interrogatorios a los que fueron sometidos por el asesinato de Orlando Martínez son los mismos que posteriormente fueron incluidos en la providencia calificativa dictada por él cuando era juez del cuarto juzgado de la instrucción del Distrito Nacional.

Señaló que la confrontación de la evidencia material que se pudo recuperar como fotografía del occiso, del vehículo, interrogatorio del patólogo forense que hizo la autopsia al cadáver del comunicador social, la cual nunca apareció, y otros elementos adicionales, fue lo que permitió enviar por ante un tribunal criminal al grupo de implicados.

Expresó que también fueron interrogados oficiales que llegaron a participar en la investigación ordenada por el presidente Balaguer.

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