Durante las vacaciones de navidad se estima que de media, se suelen ganar entre 1-2,5Kg de peso corporal. Muchas personas sienten la necesidad de hacer un parón con la excusa de que se trata de una época del año especial, pero no es un argumento para descuidar los hábitos dietéticos saludables. Y, por otro lado, a pesar de los compromisos familiares, cenas de empresa o de amigos, no es imposible evitar la ganancia de peso y cuidarse durante las fiestas.
Para facilitar
el proceso, hoy os propongo los siguientes 10 consejos para las navidades en la
siguiente infografía. Debajo hay una explicación detallada de cada punto.
Recordad que estos consejos no son solo útiles para la navidad, se pueden poner
en práctica en cualquier época del año.
1. Disfruta de
las comidas
O de las cenas
importantes de estas fechas. Probablemente éste sea el consejo principal ya que
lo más relevante es disfrutar de la buena compañía y de las conversaciones,
tratando de comer despacio y relajadamente. Aquí conviene hacer una pequeña
puntualización ya que está muy arraigado el concepto de que solo se puede
disfrutar de una comida siempre y cuando se consuman alimentos “especiales”
(que generalmente corresponden a aquellos grasos o dulces). Perfectamente se
puede y se debe disfrutar de alimentos saludables. Quizás sea necesario
reeducar el gusto ya que estamos sobre-estimulados y acostumbrados a sabores
muy específicos como el dulce, que puede llegar a crear adicción. Pero no es
imposible. Con paciencia y perseverancia se consigue.
2. No
compenses los excesos
Ayunando o
realizando comidas demasiado ligeras o desequilibradas. Al contrario de lo que
se suele pensar, este método no es útil para no coger más kilos después de una
comida copiosa. Además, este hábito puede estar asociado con un fuerte
sentimiento de culpa “comí demasiado y no debería haberlo hecho, por lo que
ahora no debo comer más” que hay que evitar a toda costa. Debemos tener una
buena relación con nuestra alimentación.
3. Evita comer
con mucha hambre
Esto solo hará
que se consuma más cantidad de alimentos de los que uno debiera. Para evitarlo,
se recomienda seguir un horario regular de comidas y fraccionar el consumo
total diario de alimentos en un número de tomas adecuado y adaptado para cada
persona. Las tomas deben incorporar alimentos nutritivos que a la vez produzcan
saciedad como aquellos que contienen fibra: verduras, frutas, cereales
integrales, legumbres y frutos secos.
4. Evita
salsas y acompañamientos grasos
Se pueden
elaborar salsas ligeras sustituyendo productos generalmente grasos por otros.
Por ejemplo, en un paté casero, utilizar queso fresco batido en lugar de
mayonesa. Generalmente las salsas elaboradas a partir de ingredientes vegetales
resultan más ligeras. Además, se pueden emplear una gran variedad de hierbas
aromáticas o especias como condimentación. Hay infinidad de posibilidades.
5. Evita los
azúcares añadidos
Los dulces
navideños, con o sin azúcar, son una tentación de la cual se puede y se debe
prescindir como indiqué en esta entrada del año pasado. No deben constituir el
postre de las comidas y cenas festivas. ¿Qué tal si lo cambiamos por una
macedonia, una gelatina rellena de frutas, unas brochetas de fruta con
chocolate negro, unas peras o manzanas al horno con canela o unas trufas de
aguacate y cacao en polvo? Todas estas alternativas son dulces, ¡y sin azúcares
añadidos!
6. Evita picar
Si las comidas
son lo suficientemente saciantes no será necesario picar para paliar el hambre.
Respecto a los aperitivos que se sirvan el embutido, los patés tradicionales o
los frutos secos fritos no son buenas elecciones. Se pueden sustituir por algún
paté vegetal, hummus de distintos tipos (garbanzo, remolacha, guisante…),
guacamole, frutos secos al natural, etc.
7. Calcula las
raciones
Es preferible
ajustar la cantidad de comida que se va a cocinar al número de comensales,
teniendo en cuenta la cantidad que suele consumir cada uno. Esto no solo
evitará que se consuma lo mismo durante los siguientes días (especialmente si
se trata de platos calóricos) sino que ayudará a reducir notablemente el
desperdicio de alimentos.
8. Sírvete en
el plato
Es aconsejable
evitar dejar fuentes con alimentos en el centro de la mesa de la que se sirvan
todos los comensales. De esta forma se evitará consumir más de la cuenta y los
platos serán más equilibrados.
9. Consume más
frescos
Y menos
alimentos procesados. Los alimentos procesados tienden a aportar grasas de mala
calidad como la palma, azúcares añadidos (en diversas formas), harinas
refinadas, gran cantidad de sal, etc. Por ello siempre va a ser mejor cocinar
ya que de esta manera se pueden controlar perfectamente la calidad y cantidad
de las materias primas utilizadas. No obstante hay alimentos poco procesados
como algunos ultracongelados, envasados o enlatados, encurtidos o fermentados
que son perfectamente saludables. Tan solo hay que consultar su etiquetado para
identificar qué opciones merecen la pena.
10. Bebe agua
Durante las
comidas y cenas. Si habitualmente se consume alcohol y resulta imposible no
tomarlo, se puede reservar únicamente para brindar. El alcohol aporta calorías
vacías, esto es, energía sin nutrientes de interés. Las bebidas de mayor
graduación y las copas aportan más. El alcohol está totalmente desaconsejado y
no existe un consumo mínimo aceptable.

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