J.C. Malone
Los presidentes George W. Bush y Barack Obama aseguraron grandes ganancias para las industrias petrolera y armamentista, generosas donantes
de sus campañas. Bush ofrendó a Irak y Kuwait, Obama a Siria y Libia.En su primer
gobierno, Donald Trump nada ofrendó; Joe Biden nada garantizó para los
petroleros, pero los armamentistas están vendiendo en Ucrania desde 2022.
En su segundo
gobierno, Trump quiere cumplir sus “compromisos pendientes”; le donaron en dos
campañas a cambio de nada, intentará pagar con Venezuela y Colombia.
Venezuela
tiene la principal reserva petrolera mundial. La Premio Nobel de la Paz y
aspirante presidencial, María Corina Machado, le promete a Trump, como Javier
Solís, la “entrega total” del petróleo, una propuesta absolutamente
“petro-erótica”.
Además,
Venezuela tiene 161,2 toneladas de oro en su Banco Central y otras 10,000
toneladas sin explotar. El oro sustituye al dólar como reserva mundial, y el
petróleo, la principal energía del planeta, pagará deuda e intereses.
Si atacan a
Nicolás Maduro en Venezuela por “traficar drogas”, atacarán al “productor”
colombiano Gustavo Petro. Colombia tiene oro, petróleo, esmeraldas y otras
riquezas.
Petro y Trump
ya se escupen insultos como se escupieron Maduro y Trump.
Bush “combatió
el terrorismo”, Trump “combate el narcotráfico”.
Vietnam tenía
40 millones de habitantes cuando Estados Unidos invadió en 1965. Colombia tiene
53 millones, Venezuela tiene 29; más del doble de Vietnam en 1965, con oro,
petróleo, esmeraldas, tierras raras y otras golosinas.
Puede ser una
aventura larga, tortuosa y sangrienta, ellos esperan jugosas ganancias.
Trump teñirá
con sangre nuestro embrujado mar Caribe, 533 años después del saqueo original,
de aquella maldición.
Con Estados
Unidos, vienen sus antecesores imperiales, Inglaterra, Francia y Holanda,
buscando “su propiedad”.
Lo dijo Ciro
Alegría, “El mundo es ancho y ajeno”.
Inglaterra,
Francia y Holanda nacieron como imperios en el Caribe, pirateándose riquezas
saqueadas, hoy, 533 años después, retornan unidos. En el Caribe también mueren
imperios, como el español, y se revierten las maldiciones.
Cualquier cosa
puede pasar.
Muy pronto
podemos tener un Vietnam en el Caribe.
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