Hay gente con la que cualquier conversación es una pérdida total de tiempo. No escuchan, no quieren entender y convierten cualquier diálogo en un pleito o en una farsa. Aquí van cinco tipos con los que de verdad no vale la pena desgastarse:
1. El necio empedernido
Es el típico que siempre tiene la razón. No hay forma
de hacerlo entrar en razón — ni con datos, ni con lógica, ni con honestidad. No
escucha: solo espera el momento de soltar su “te lo dije”. Hablar con él es
como hablarle a una pared. Y la pared es de concreto armado.
2. El pseudoexperto
Cree que lo sabe todo… pero apenas y conoce lo básico.
Se la pasa lanzando términos “inteligentes” que ni siquiera entiende bien. Y
aunque no tenga ni idea del tema, va a intentar convencerte de que él sabe más
que nadie.
3. El que explota a la primera
Con él, cualquier conversación se convierte en
discusión. En vez de argumentos, gritos. En vez de diálogo, una competencia
emocional. Puedes estar hablando de lo más trivial… y de pronto ya están
peleando como si fuera un juicio. Mejor aléjate y no entres en ese juego.
4. El que te odia en silencio
A veces se nota. Tú hablas y tus palabras son
retorcidas. Das una opinión con buena intención y te la ridiculiza. Eres
sincero, y te responde con sarcasmo. No es una charla: es veneno disfrazado de
diálogo. Y lo peor: tú no hiciste nada. Solo que esa persona tiene un rencor
escondido y lo disfraza de “objetividad”.
5. El altanero que se siente superior
Él todo lo sabe. Él ya “salió adelante” y ahora mira
desde arriba. No escucha, no le interesa tu punto de vista. Para él, tu opinión
es puro ruido de fondo. No conversa — da cátedra. Y ni se da cuenta de que tú
ya te fuiste en silencio.
Moraleja sencilla:
En lugar de gastar saliva con quien no escucha, habla
con quien sí quiere conversar contigo. Porque las palabras solo tienen sentido
cuando alguien de verdad quiere entenderlas.

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