Muchas conjeturas, comentarios y hasta declaraciones indecorosas a través de las vías telefónicas en diferentes programas de radio, sobre el robo de los 9 millones de una residencia de esta localidad, un dinero que estaba acumulando desde que la pandemia comenzó a tomar curso y que, por temor a visitar hasta los bancos, pues se utilizó la vieja práctica de guardarlo en un lugar cualquiera, dinero que de ahí se debía pagar el personal y trabajos que habían sido realizados por el personal médico y administrativo de un centro bucal.
Independientemente de que alguien sabía que ese dinero estaba en ese
vehículo, eso es verdad, pero el cerebro de la operación fue una persona que se
estaba ganando la confianza de la casa, nos referimos al joven Alejandro Rojas
Dicent, quien según declaraciones ante la policía de una hija de la señora
afectada por el robo, quien expresó: ´´Él tenía varios días rondando la casa y
no entraba, luego me invitó a dar una vuelta para enseñarme a manejar y le dije
que mis padres no quieren que uno se monte en vehículos extraños y luego él me
dijo que nos fuéramos en uno de los vehículos de la casa, a lo que ella respondió
que no, porque su madre había guardado algo en la jepeta azul y no se podía
tocar´´. Es por eso que cuando penetraron según expresa la señora fueron
directo al grano, ya sabían que algo de valor había ahí.
Ante los investigadores uno de los participantes dijo que quien orquestó
todo fue Alejandro y que ellos fueron buscados por él, Ya que sabía a donde
iban y que eso era un cachú. Es así como en horas de la madrugada del sábado 16
de octubre, a través de un árbol frondoso que hay en una de las calles de la
residencia, cerca da le pared, pues penetran al patio y posteriormente a la
marquesina, rompen el cristal trasero, abren la puerta izquierda y cargan con
el dinero, donde además se les ven los rostros, por eso fueron identificados
inmediatamente se hizo la denuncia, esos videos según la policía serían
entregados al ministerio público, para hacerlos validar ante el tribunal
encargado del caso.
En diferentes cámaras de seguridad de la zona quedó grabado el vehículo
cuando entraron a la urbanización y en el seguimiento de otras, se le vio
cargando el recipiente donde estaba el dinero. Entonces compraron carros, disfrutaron
por una semana y la pregunta del siglo es: ¿Dónde están los cuartos que no
fueron invertidos?, porque si en el proceso de investigación declararon que Alejandro
se quedó con la mayor parte del dinero, que les dijo a los investigadores o
revisaron bien las actas que fueron emanadas sobre el caso desde la Policía Nacional.
Esto recuerda un caso cuando estuvo comandando en Nagua un joven coronel que
mandó hacer un acta cinco veces, porque la misma contenía errores que en el
tribunal pues serian debatidos y en favor de los atracadores.
De los nueve millones de pesos solo recuperados son cuatro mil dólares, más
un carro sonata, pero supuestamente al muerto de Sánchez le habían entregado
420 mil pesos, que supuestamente era quien los trasladaría hacia Puerto Rico en
una lancha rápida, pero en las investigaciones se descubre que el fallecido no
era el capitán de la embarcación y que este anda prófugo, porque había recibido
700 mil pesos, un tal Arnaldo.
Entonces a Alejandro y Dionis les impusieron un año prisión preventiva, mientras
que, a otro prisión domiciliaria y visita periódica por la herida de bala en el
muslo, otros dos fueron descargados, porque no encontraron nada sobre ellos con
relación al robo de los nueve millones.
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