De Buena Tinta/Diario Libre
Todo
el mundo dominicano sabía que Eduardo repetiría como presidente del Senado,
menos sus colegas del PRM que no llegaron a postulantes.
La ambición es ciega, y como Shakira sorda, pero no muda. Replica con insolencia innecesaria, ya que agraviarlos nunca fue intención ni estuvo en agenda descalificarlos.
Sin
que nadie los alentara salieron a camino y predicaron sus posibilidades con la
largueza de sus ilusiones.
Hubo
uno que dijo contar con el apoyo de todas las bancadas, y no solo la de su
partido. A pesar del calor y los mosquitos, Pilarín duerme mucho y sueña más.
Con
Eduardo Luis va cómodo, como si manejara su auto eléctrico y las calles tan
suyas como las ciclovías sin bicicletas.
Los
senadores oficialistas no se han dado cuenta, pero ese es su problema. Eduardo
no solo es un senador, o un aliado, sino que rebasa ambas condiciones y es más
que admirable su integración.
A
dónde Eduardo va o Luis lo lleva, no lo hace como presidente de la cámara alta,
sino como miembro prestante de la administración.
La
separación o distanciamiento de poderes ambos lo disimulan muy bien, y no son
una mancuerna, pero sí socios de la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
PrensaLibreNagua se reserva el derecho de no publicar comentarios de contenido ofensivo.