El ex líder del Cártel de Sinaloa fue considerado como uno de los billonarios más poderosos del mundo, pero ahora las excentricidades de la narcocultura quedaron en el pasado para él y su esposa.
Tras casarse por la Iglesia en 2007, la pareja tuvo que acostumbrarse a una
vida difícil, porque el capo se encontraba huyendo de la justicia (Foto:
Reuters)
Lejos de la vida lujosa, Emma Coronel Aispuro y su esposo Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, ahora viven en condiciones de deterioro, con frío, pocas posibilidades de higiene y comida de la prisión; pero aún más que eso, sin poder abrazar a sus gemelas, sus madres ni hermanos.
La pareja contrajo matrimonio en 2007, en la sierra de Canelas, Durango,
donde el narcotraficante se escondía de la justicia. Una bella joven de 17 años
fue coronada como reina del “Festival del café y la guayaba” cuando Guzmán
Loera se obsesionó con ella tras acudir en varias visitas a la casa de la
familia Coronel Aispuro, pues el padre de Emma, Inés Coronel Barrera, era un
productor de marihuana y amapola que pasaba por ganadero en la región.
Si bien, el líder del Cártel de Sinaloa pasó la gran parte de su carrera
criminal huyendo y después de Emma Coronel se relacionó con varias amantes, no
quedaba duda que las ganancias por venta de drogas les eran provechosas.
Ropa de marca, autos deportivos de alta gama, armas personalizadas con
incrustaciones de diamantes o bañadas en oro, fiestas de cumpleaños costosas
para sus hijas y una que otra excentricidad de la llamada narcocultura formaban
parte de ese mundo.
ADX Florence se encuentra en el condado de Florence, Colorado y es una prisión de máxima seguridad (Foto: Especial)
Pasarían cuatro años desde la boda en La Angostura para que la tercera
esposa del Chapo diera a luz a las gemelas Emali Guadalupe y María Joaquina, en
un hospital de California, EEUU. Poco se hablaba de ella antes de convertirse
en madre, pues en aquel entonces se libraba la guerra entre poderosos cárteles
de la droga en México y la nota eran los descuartizados, las fosas
clandestinas, los operativos y el río de sangre de cientos de miles de
víctimas.
El Chapo era protagonista en esa batalla que comenzó casi al mismo tiempo
que su relación con Emma Coronel. En 2008 fue detenido el primo lejano de
Guzmán Loera, Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo. El hermano de este último,
Arturo, atribuyó el aseguramiento a una traición interna; sin embargo, solo fue
la gota que derramó el vaso entre previas diferencias, el Barbas se fortaleció
con quienes eran sus enemigos, los Zetas, y mantuvieron una lucha sangrienta
contra los liderados por el Chapo e Ismael Zambada García, el Mayo.
Sin embargo, tras la primera recaptura de Guzmán Loera en 2014, Emma
Coronel fue un foco de atención mediática, porque denunciaba las malas
condiciones en que tenían a su esposo en el penal del Altiplano, Estado de
México. Las cámaras estaban listas para captar cuando se formaba para entrar al
penal en los días de visita.
Desde entonces, decenas de cuentas en Instagram fueron creadas para
compartir la vida personal de Coronel Aispuro. Tras el juicio a Guzmán Loera en
Nueva York, ella decidió verificar su perfil porque, acusó, personas cercanas
filtraban sus fotografías en redes. Fue a través de esta plataforma que se pudo
acceder a los gustos y actividades de quien convivió con el enemigo público
número uno de Chicago.
Las visitas en la prisión de Alexandria están suspendidas desde marzo del año pasado (Foto: Detention Center Alexandria)
Mientras se desarrollaba el proceso contra el Chapo, los reporteros
registraban cómo iba vestida: un día con abrigo azul, leggins, lentes de pasta;
otra ocasión asistía a la Corte con su bolsa de mano Luis Vouitton café.
En el llamado “juicio del siglo” se supo, por ejemplo, que Guzmán Loera
regalaba relojes Rolex y autos a sus empleados. Ya en 2009, 2012 y 2013 había
aparecido en las listas de la revista Forbes como billonario y, en el número
701 de los hombres más poderosos del mundo por su fortuna. Mandaba a pavimentar
vías, electrificar comunidades o mejorar escuelas, como un filántropo de
recursos inagotables.
Pero ahora, los días de Emma Coronel transcurren en una celda muy pequeña,
sin acceso a patios exteriores para respirara aire fresco y con visitas
limitadas a un salón diminuto donde puede hacer llamadas a sus familiares más
cercanos y abogados. Se baña cada cuatro días y ve una hora de televisión. Por
las noches se cobija con una manta muy delgada y con las luces dándole en el
rostro todo el tiempo.
Debe tomar el agua de la llave, algo que al principio le causó náuseas, por
el sabor tan repugnante, según contó su abogada Mariel Colón Miró en una
entrevista televisiva. Pese a que ha podido llamar a sus hijas en dos ocasiones
y eso la ha reanimado, el porvenir para la esposa del Chapo se vislumbra
complicado, porque podría cooperar con las autoridades y exponerse a
represalias, o no delatar a nadie y ser condenada a diez años de cárcel como pena
mínima.
El "Chapo" era un hombre de negocios ilícitos, coordinaba envíos, se transportaba en aeronaves, recibía a socios, viajaba y se ocultaba (Foto: Facebook@THEREALEMMACORONEL)
Mientras tanto, el Chapo Guzmán paga una cadena perpetua en la cárcel de máxima
seguridad ADX Florence y no está contentó con el aislamiento extremo que vive
ahí.
“Está prácticamente sentado inactivo en su celda, rodeado por las mismas
cuatro paredes, en un ambiente lúgubre y deshumanizador”, afirmó el periodista
estadounidense Nate Gartrell, en un reportaje publicado en Vlad Tv hace un par
de días.
Se le niega el contacto humano, las visitas legales, las visitas familiares
e incluso el español, según los documentos legales. Su defensa ha denunciado
condiciones de prisión crueles e inhumanas, cual tortura física y mental.
Prácticamente está inactivo en su celda, en un ambiente de tristeza.
Entre otras quejas, los abogados dicen que los guardias le hablan en
inglés, le niegan el acceso a programas de aprendizaje en español, y solo
recibe dos llamadas al mes de 15 minutos de su hermana, sus hijas gemelas y su
madre. También dicen que no tiene comida adecuada, le niegan los medios para
limpiar su celda, además de que ha desarrollado hongos en los pies, pues todos
los reclusos usan el mismo cortaúñas.
A través de Instagram la ex reina de belleza compartía su vida privada donde presumía lujos (IG: therealemmacoronel)
Ninguno de los dos goza de privilegios. La pareja padece como el resto de
prisioneros y el glamour del narco se ha diluido. Lejos quedaron aquellas
fiestas en Puente Grande, Jalisco, donde el capo pudo introducir servidoras
sexuales, bebidas alcohólicas, comida de restaurantes, dulces, entre otras
comodidades gracias a la corrupción de los funcionarios mexicanos. Emma Coronel
ya no hace gala en TikTok e Instagram de los Ferraris ni fiestas en piscinas y
cuartos de hotel lujosos.
De acuerdo con cálculos de Google Maps, la pareja está 683 kilómetros más
lejos ahora, que cuando la ex reina de belleza se encontraba libre en Culiacán,
Sinaloa. Pese a que se encuentran en el mismo país, la distancia entre ambos se
acentuó, además de la interrupción en comunicaciones. De ADX Florence a la
prisión de Alexandria, Virginia, hay 2,750 kilómetros; mientras que de Culiacán
a la cárcel de Colorado, el recorrido más directo es de 2,022 km.
Fuente: infobae
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