Resulta
inverosímil observar como nuestro pueblo desfila detrás de una mente tan corta
afectada de un delirio de grandiosidad.
Este
tipo de conducta que aflora en algunas personas y que adquiere notoriedad de
una gran parte, surge siempre en momentos en que la ciencia no ha podido dar
respuesta a un problema existente.
FORMACIÓN, EDUCACIÓN Y
CONDUCTA
Este
tipo de delirio, de grandeza es peligroso en una sociedad con desesperanza, y precisamente
es el momento en que las autoridades deben estar atentos por la peligrosidad que
encierra este tipo de actitud. Aquí podemos hallar a personas con formación,
políticos, militares y esto afianza la creencia de los más débiles.
EL PEREGRINO
El
señor Migdomio Adames (el peregrino), no es culpable de su inconsciencia, de su
desconocimiento, delirio de grandeza y busca de notoriedad. Más bien podemos
decir que, nuestras autoridades en un momento tan delicado no han estado a la
altura, al permitir el accionar de un trastornado autoproclamado enviado por Dios
en una población hambrienta de esperanza y que se aferra a la fe.
LA INCONSCIENCIA Y LA
FE
Estar
afectado por el coronavirus y asistir al peregrinar en busca de la salud, es un
acto de fe. ¿Pero cómo llamaremos a los que no están infectados y fueron por fe
para evitar ser contagiados? ¿Los inconscientes? Esto lo dejaré a la
consideración de ustedes.
LA FE
No
voy a entrar en tratar el tema de la fe, esto es algo muy complejo y La Biblia
ha sido tratada e interpretada por las diferentes religiones de acuerdo a los
intereses religiosos que promueven. Por lo tanto solo puedo decirles, que siga
creyendo en lo que usted tenga su convicción y, otorgue ese respeto que merecen
los demás a creer en lo que creen. Pero cuidado, creer no significa ser ignorante
y mucho menos idiota.
LAS MEDIDAS
Ahora
debemos esperar la reacción de nuestras autoridades a este inconsciente y
deproporcionado peregrinar celebrado en Puerto Plata el pasado fin de semana.
Con
el cariño de siempre
Danny
Valdez
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