Tamara Gil/BBC News
Mundo
En
medio de la brutal pandemia que ha detenido el mundo, Latinoamérica mira a
China.
De
ahí están llegando múltiples donaciones de equipos médicos, expertos y consejos
para combatir la covid-19: forman parte de lo que algunos analistas ya han
bautizado como la nueva "diplomacia de las mascarillas" de China.
En
pocos meses, el país ha pasado de ser el origen y centro de una desconocida y
nueva enfermedad -que al principio parecía lejana para muchos en Occidente- a
exaltar sus victorias contra el nuevo patógeno y ofrecer ayuda a otros.
Se
trata de un cambio que algunos expertos consideran un intento de Pekín
"por cambiar la narrativa" y mejorar su posicionamiento global,
también en Latinoamérica, en un momento en el que Estados Unidos parece
ausente.
"¡Gracias,
China!"
Uno
de los primeros países en recibir ayuda del socio chino fue Venezuela, con la
entrega de unos 4.000 tests de covid-19 a mediados de marzo poco después de que
el Fondo Monetario Internacional (FMI) negara los US$5.000 millones que el
gobierno de Nicolás Maduro había pedido al organismo, pese a sus duras críticas
en el pasado contra el mismo.
El
apoyo de Pekín también fue recibido con entusiasmo y amplio agradecimiento por
países como Bolivia, Ecuador, Argentina o Chile, que incluso mandó a expertos a
China a estudiar su respuesta a la epidemia.
No
obstante, no todo han sido donaciones; también se han producido compras, como
de la que informaba recientemente México: insumos médicos por un valor de
US$56,4 millones, incluyendo 11,5 millones de máscaras KN95.
"Queremos
agradecer a la República Popular [de China] la prontitud con la que se ha
atendido este planteamiento de México", destacó el canciller Marcelo
Ebrard en medio de la escasez de equipos protectores contra la covid-19 y la
batalla internacional por hacerse con ellos.
China,
aseguró el viceministro de Exteriores Luo Zhaohui a finales de marzo,
"capeará el temporal junto a los pueblos de otros países, estrechará la
cooperación y peleará por ganar hasta la última victoria en la lucha contra el
virus".
Mientras
políticos y algunos expertos consultados por BBC Mundo alaban esta asistencia,
otros consideran que las acciones de China "no son altruistas".
"Lo
que quiere China es hacer dinero. Esto no es ayuda para el mundo",
sentencia Bonnie Glaser, consejera sénior para Asia y directora del Proyecto el
Poder Chino del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
¿"Al
rescate"?
Teniendo
en cuenta el prominente papel que adquirió China en Latinoamérica tras la
crisis de 2008 -con su enorme respaldo financiero, de inversión y comercial-
diversos observadores de la política internacional se hacen una pregunta:
¿saldrá la potencia asiática al rescate de la región como lo hizo entonces?
América
Latina afronta la creciente amenaza del virus en una débil situación económica,
estrechamente ligada a China, lo que inevitablemente supone un doble golpe para
la zona en esta coyuntura.
"Es
muy probable que China ofrezca de nuevo [un salvavidas crítico] a
Latinoamérica, si la región le invita a hacerlo en el futuro", considera
Cui Shoujun, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad
Renmin de Pekín, una de las más prestigiosas del país.
Cui
no duda en que las autoridades chinas proveerán mayor financiamiento para el
desarrollo de infraestructura o instalaciones médicas o humanitarias, si bien
destaca que el país prefiere mantener un perfil bajo.
"China
simplemente prefiere ser un amigo en la adversidad, más que un salvador".
Dada
la magnitud de las relaciones en este momento, para Margaret Myers, veterana
analista de las relaciones China-Latinoamérica, no cabe duda de que el país
asiático jugará un papel crucial en el alcance y la velocidad de la
recuperación de la región.
La duda es cómo.
"La
forma en la que China puede ayudar a la región será muy, muy diferente a como
lo hizo post-2008", advirtió la directora del Programa sobre Latinoamérica
y el Mundo del centro de estudios Diálogo Interamericano, en una conferencia
organizada por el Consejo de las Américas (AS/COA).
El
posible rescate que ofrezca China dependerá de sus propias perspectivas de
recuperación económica, que los analistas describen como "sombrías",
además de su voluntad por aumentar su rol en la región.
Y
es que el ritmo de financiamiento de China a Latinoamérica se ha ralentizado en
los últimos años, lo que siembra nuevas dudas sobre esa posible asistencia.
"El
año pasado, solo vimos US$1.100 millones dados a gobiernos latinoamericanos.
Así que, si esa era la situación antes de esta crisis, ¿habrá [por parte de
China] ganas de mayor colaboración después de esta pandemia?", se pregunta
Myers.
Pese
a que la oferta de mascarillas y otros equipos protectores pueden ser muy
importantes a la hora de ayudar a la región a enfrentarse a la fase aguda de la
pandemia, la situación será completamente distinta en el largo plazo, opina
Matt Ferchen, director del programa de investigación sobre China del Instituto
de Estudios de China Mercator (MERICS) en Alemania.
"No
es realista esperar que China, especialmente por sí sola, pueda ofrecer una
asistencia eficaz para superar las brechas sistemáticas y profundas de los
sistemas sanitarios en países latinoamericanos o ayudar a impulsar el
crecimiento económico en medio de la ya existente profunda recesión económica
regional y global".
Con
o sin plan de cooperación global, lo que necesita Latinoamérica es armarse
desde ya con un plan regional, urge por su parte la economista y exdiplomática
brasileña Tatiana Rosito, quien también participó en el panel del AS/COA.
"Debemos
empezar a tratar de nuevo y de manera más profunda la integración", instó
la investigadora del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales.
No
caer en la "trampa" de escoger entre Estados Unidos y China es clave,
según Rosito, que apunta al vacío de liderazgo que deja Washington, que aún no
ha sido ocupado completamente.
"Puede
que China no sea capaz de hacerlo ahora mismo, aunque ha mostrado una destreza
impresionante y una gobernanza suficiente para gestionar y contener [el virus],
y ha mostrado liderazgo en la cooperación bilateral y enorme esfuerzo en que
este problema fuera reconocido en el país y en el mundo".
¿Un cambio en el orden
global?
A
lo largo de la historia, las crisis han sido caldo de cultivo para un cambio en
el poder que rige nuestro mundo y en esta ocasión también surgen quienes
advierten de intereses en esa dirección.
"No
creo que el intento de China sea realmente ser el salvador de Latinoamérica. Si
ocurre, claro, se atribuirán el logro. Pero creo que sus intereses están en
otro lado", señala Eric Farnsworth, exfuncionario del gobierno
estadounidense y vicepresidente del Consejo de las Américas.
Para
Farnsworth y otros expertos consultados por BBC Mundo, la maquinaria de Pekín
se centra en "desviar su culpa" en la pandemia.
Estas
fuentes señalan al inicio del brote en China, cuando las autoridades
silenciaron a médicos que alertaron sobre una desconocida neumonía o las
recientes declaraciones de funcionarios chinos poniendo en duda que el virus se
originara en el país.
"Las
autoridades del Partido [Comunista chino] han tratado de confundir sobre el
tema de la responsabilidad, pero no hay ninguna duda en que el mortífero virus
se originó en China y la situación se ha visto exacerbada por los errores de
las autoridades provinciales y centrales", opina Willy Lam, profesor del
Centro de Estudios de China de la Universidad China en Hong Kong y autor, entre
otros, de "Política china en la era de Xi Jinping".
Glaser,
la experta del CSIS, también se muestra muy dura con la actuación del
gobernante Partido Comunista y cree que muchos de sus esfuerzos ahora se ven
como "intentos directos" de China por beneficiarse económicamente de
esta crisis.
Brasil
ha sido uno de los poco países en Latinoamérica del que salieron acusaciones
hacia Pekín en ese sentido, con polémicos comentarios rechazados duramente por
las autoridades chinas y tildados de "racistas".
"Sin
duda alguna, China quiere mejorar su estatus internacional", admite por su
parte Cui Shoujun desde Pekín, si bien zanja: "Reemplazar a Estados Unidos
no es algo que esté buscando".
"EE.UU.
es y seguirá siendo el país más poderoso en la arena internacional. En el
hemisferio occidental, ningún jugador regional extra puede sobrepasarle".
Pese
a las diferencias, si en algo se ponen de acuerdo la mayoría de analistas es en
que el coronavirus ha provocado un importante debate que nos concierne a todos.
"Como
mínimo -dice a BBC Mundo Margaret Myers-, el virus será una suerte de
referéndum sobre la gobernanza democrática y su relativa eficacia".
No hay comentarios:
Publicar un comentario