Santo
Domingo, República Dominicana. En su reunión de política monetaria de junio de
2019, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió reducir su
tasa de interés de política monetaria en 50 puntos básicos, pasando de 5.50 % a
5.00 % anual. De acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del
BCRD, la tasa de depósitos remunerados (overnight) disminuye de 4.00 % a 3.50%
anual y la tasa de la facilidad permanente de expansión (repos), se reduce de
7.00 % a 6.50% anual.
La
decisión de reducir la tasa de referencia se fundamenta en el análisis
detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación,
incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las
expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo. La inflación
mensual de mayo fue de -0.03 %, mientras que la inflación acumulada en los
primeros cinco meses del año disminuyó a 1.36 %. Por otro lado, la inflación
interanual, es decir de mayo 2018 a mayo 2019, descendió a 1.31 %, ubicándose
por séptimo mes consecutivo por debajo del límite inferior del rango meta.
Asimismo, la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias al
excluir los precios de los bienes más volátiles como alimentos y combustibles,
se redujo a 1.98 % en mayo, mientras se observó una revisión a la baja en las
expectativas de inflación de los analistas económicos para todo el horizonte de
política monetaria. Considerando esta decisión, el sistema de pronósticos del
BCRD indica que la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del
rango meta de 4.0 % ± 1.0 % hasta finales del año 2019, convergiendo al centro
de la meta en 2020.
En
el entorno internacional se han incrementado los factores de incertidumbre, al
acentuarse los riesgos geopolíticos y persistir las disputas comerciales entre
las economías de mayor tamaño. Asimismo, ha continuado la desaceleración de la
actividad económica global. Ante estas condiciones, las perspectivas de
crecimiento para la economía mundial se han revisado nueva vez a la baja,
estimándose una expansión de 2.7 % tanto en 2019 como en 2020, de acuerdo a
Consensus Forecasts.
El
desempeño de las economías avanzadas continúa liderado por Estados Unidos de
América (EUA), aunque indicadores de coyuntura muestran indicios de que esta
economía podría desacelerarse en el mediano plazo. En efecto, las perspectivas
de Consensus para el crecimiento de EUA se han reducido, señalando que la
economía pasaría de una expansión de 3.6 % en 2018 a 2.5 % en 2019 y a 1.8 % en
2020. En este contexto, la Reserva Federal indicó que, ante el incremento en la
incertidumbre, está preparada a aplicar medidas monetarias expansivas para
contribuir a sostener el crecimiento y evitar desvíos inflacionarios, por lo
que los analistas del mercado esperan una reducción en la tasa de interés de
referencia en la próxima reunión del mes de julio.
Asimismo,
las perspectivas de crecimiento para la Zona Euro (ZE) se mantienen bajas,
estimándose expansiones de 1.1 % en 2019 y 1.3 % en 2020, de acuerdo a
Consensus. Considerando este panorama y las bajas presiones inflacionarias, el
Banco Central Europeo ha destacado que está evaluando reducir su tasa de
política monetaria y aplicar nuevos programas de provisión de liquidez, en caso
de que las condiciones económicas continúen deteriorándose para este bloque de
países.
En
América Latina, las previsiones de crecimiento se han corregido a la baja para
casi todas las economías, esperándose una expansión de 1.1 % para la región en
2019. Es importante subrayar que el comportamiento a lo interno de la región es
heterogéneo. Por un lado, se acentúan las condiciones recesivas para Venezuela,
Argentina y Nicaragua, mientras se proyecta que las dos economías de mayor
tamaño, Brasil y México, crecerían en torno a 1.0%. Por otro lado, un grupo de
economías se mantendrían creciendo de forma saludable, como Panamá, Perú y
Bolivia, y de manera particular la República Dominicana, que registraría la
mayor expansión en América Latina durante el presente año.
En
relación a las materias primas, la volatilidad reciente en los precios del
petróleo ha estado asociada al escalamiento de los conflictos geopolíticos en
algunas de las principales economías productoras del crudo. No obstante, las
proyecciones apuntan a que el precio promedio del petróleo intermedio de Texas
(WTI) durante 2019 no superaría el valor estipulado en el Presupuesto Nacional
de US$60.5 el barril, debido a factores estructurales como la moderación en la
demanda global y el incremento en la capacidad de producción petrolera de EUA.
En
el contexto doméstico, de acuerdo a informaciones preliminares del Índice
Mensual de Actividad Económica (IMAE), la economía se expandió en 5.1 % en el
período enero-mayo, moderándose con respecto al crecimiento de 5.7 % observado
en el primer trimestre del año. El comportamiento de la actividad económica
reflejó una desaceleración de la inversión privada, asociada a factores de
incertidumbre externos e internos.
En
un contexto de bajas presiones inflacionarias, la decisión del BCRD de reducir
la tasa de política monetaria, junto a las medidas recientes de liberación de
recursos del encaje legal, permitirá acelerar el mecanismo de transmisión de la
política monetaria a través de una disminución en las tasas de interés del
sistema financiero y de la dinamización del crédito privado, que contribuirán a
impulsar el crecimiento económico en torno a los niveles previstos en el
Programa Monetario de 5.5 %.
En
lo concerniente a la política fiscal, se mantiene el proceso de consolidación
de las finanzas públicas, esperándose que se alcance un superávit primario
durante 2019, según lo contemplado en el Presupuesto Nacional. En el sector
externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera
directa, las remesas y, en cierta medida, el turismo, continuarían
contribuyendo a la estabilidad relativa del tipo de cambio y facilitando la acumulación
de reservas internacionales.
El
Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la
política monetaria al logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de
los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la
estabilidad macroeconómica. En ese sentido, el ente emisor se mantendrá dando
seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de
incertidumbre del entorno internacional, así como a su posible impacto sobre el
desempeño de la demanda interna, encontrándose preparado para reaccionar de
forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de las metas
macroeconómicas del Programa Monetario.
Santo
Domingo, 28 de junio de 2019
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